Al día siguiente después de haber descansado y ya sintiéndome mucho mejor, saludé a mis padres con una ligera sonrisa y después les avisé que iba a ir a regar el jardín de enfrente. El clima era perfecto, cálido, ligeramente nublado; no hacía viento y el sol se asomaba de vez en cuando detrás de las esponjosas nubes.
Respiré profundamente y miré al cielo por algunos segundos. La realidad de las cosas había cambiado mi forma de pensar. Me encogí de hombros cuando recordé la charla que había tenido con mi amiga el día anterior y pensé que podría tener razón.
—Buenos días.
No imaginé eso. Incluso recordé el momento en el que Tomoyo casi lo había afirmado y entonces, sostuve con fuerza la manguera y miré frente a mí, con rostro sorprendido y también intrigado.
—Buenos días.
Sí. Allí, frente a mí, estaba la madre de Lian. Ylean Li, llevaba un vestido de verano y el cabello fuertemente recogido como lo solía usar la mayor parte del tiempo. Estaba parada, con la espalda tan recta como si llevara una tabla amarrada a la parte posterior de su vestido, y me observaba cuidadosamente.
De inmediato recordé la forma en la que me había comportado el día anterior y me sonrojé.
—Lamento el modo en la que salí ayer de su casa. Después de todo, me dieron refugio por la noche y no pude agradecerle —comenté, acompañada por el sonido del agua al caer en el pasto.
—No te preocupes, entiendo. Mi hijo a veces puede llegar a ser realmente exasperante —observó ella con una mueca de disgusto en su rostro y yo sonreí como para darle a comprender que estaba de acuerdo.
—No lo culpo. Tiene varias buenas razones para comportarse así. —Ylean asintió, regresándome la sonrisa y después caminó algunos pasos para poder acercarse a mí. No alcanzaba a entender todavía lo que hacía ella en mi casa... no hubo de otra; tuve que preguntar—. ¿Puedo... ayudarla en algo? —Sus ojos brillaron de inmediato y casi inmediatamente negó.
—Yo... solo vine a cerciorarme de que estuvieras bien.
No tenía idea de por qué, pero en ese punto, Ylean Li dejó de ser la mujer que hasta hacía dos días yo conocía. Algo había cambiado pero no estaba muy segura de lo que podría haber sido.
—Se lo agradezco.
—Háblame de tú —pidió rápidamente mientras se tomaba las manos.
—No creo... que pueda.
Todo eso era tan extraño. Jamás imaginé que aquella mujer llegaría a tener algún tipo de conversación así conmigo. Ella debería odiarme y hablarme de forma grosera o impertinente por lo que le había sucedido a su hijo; sin embargo, estaba allí, frente a mí, parada y sonriéndome como si fuera algo bueno.
—Bueno, como sea. También he venido a hablar contigo. ¿Tienes un poco de tiempo? —asentí rápidamente y dejé la manguera caer al pasto, luego corrí hacia la llave, la cerré y volví a su lado—. ¿Te gustaría dar un paseo?
Asentí sin encontrar el modo de contestar y ambas empezamos a caminar por la acera. La miré de reojo, como queriendo adivinar qué iba a decirme; ella me pilló y sonrió tímidamente.
—¿Has de creer que estoy loca por querer venir a hablar contigo, verdad?
—No sé qué sería acertado contestar a eso —sostuve en voz baja mientras me metía las manos a los bolsillos del pantalón y miraba hacia el frente—. Porque... si le digo que no, estaría mintiendo, pero si le digo que sí, pareceré muy impertinente. —Ella se rio y de inmediato la imagen del de cabellos chocolate invadió mi mente; se reía como él. Suave e igual de refrescante.
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Prohibido enamorarse
FanfictionEnamorarse es difícil, pero lo es aun más cuando es de la mujer equivocada. Shaoran Li, está estrictamente prohibido que te enamores de ella. +18. ShaoranxSakura. TomoyoxEriol.