—Señorita Daidouji, tiene una llamada. —Me giré para encontrarme con la mirada de la recepcionista del primer piso y sonreí mientras me ponía la bolsa al hombro y me acercaba para contestar el teléfono que ella me alargaba.
Era temprano todavía y yo ya estaba en la editorial porque había tenido insomnio y de todos modos me había levantado temprano. Fruncí el ceño, solo un poco, porque no podía imaginarme quién podría haber hablado para comunicarse conmigo.
—Gracias —dije y me puse en el auricular luego de que carraspeé un poco—. ¿Diga?
—¿No tienes idea de quién soy, verdad? —preguntó una voz masculina desde el otro lado del teléfono. Abrí los ojos sorprendida por la pregunta y de inmediato la voz me pareció ligeramente conocida, pero era cierto... no tenía idea de quién era.
—¿Disculpa?
—Posiblemente estés pensando que soy un acosador o algo así, ¿no es cierto? —No pude evitar reírme ante su comentario y él me respondió de la misma forma.
—Tal vez.
—No te preocupes, no soy un acosador... la mayor parte del tiempo. No cuelgues, me gustaría hablar contigo.
—Ciertamente no hablo con personas que no conozco —confesé mientras miraba a la recepcionista que sonreía con descaro ante la llamada, estaba segura de que ella sabía quién era el individuo con quien yo hablaba.
—Oh... lo que sucede es que... sí me conoces —su tono se volvió lento y calculador y yo me sentí extraña—. Aunque solo me has visto una vez... supongo que hay una leve posibilidad de que me recuerdes —agregó divertido.
—No pienso jugar al gato y al ratón... dime tu nombre o colgaré —anuncié sin hablar en serio y el rio ante mi tono condescendiente.
—Soy Yue.
Me quedé callada y sorprendida al mismo tiempo. Tenía mucho sentido. Él sabía el teléfono de la editorial y de seguro la recepcionista lo conocía, pero no entendía cómo se había enterado de mi hora de llegada.
—¿Qué tal? —contesté lo más fríamente que pude. No me agradaba que el hermano de Eriol me llamara por teléfono, al menos no después de que Eriol le había comunicado lo que sentía por mí.
—No te agrada que te haya llamado, ¿verdad? —A él parecía hacerle gracia esa afirmación, casi como si ya se hubiera imaginado mi reacción.
—Preferiría no contestar a eso. ¿En qué puedo ayudarte?
—¿Es que mi hermano no te dijo que me encantaría salir contigo? Estuve esperando tu respuesta y nunca me llegó.
—Sí, me lo dijo, pero de todos modos no creo que te hubiera gustado mucho saber la respuesta.
—Ya. Estaba preocupado de que mi querido hermano hubiese tergiversado información.
—Para nada. Eriol fue muy claro y mi respuesta también fue clara. Te agradezco el interés, pero...
—¿Te gusta Eriol?... me dijo que lo habías rechazado —pero qué descaro de tipo, interrumpiéndome con ese tipo de pregunta personal; de inmediato me sonrojé y tardé en contestar.
—Sí, lo hice.
—¿Cuál es el problema entonces? Podríamos salir juntos una vez... soy una compañía muy agradable —su tono era afable y tranquilo.
—No lo dudo y te lo agradezco, pero estoy determinada a dejar eso de las citas a un lado y solamente involucrarme con mi trabajo. —No podía hablar de que iba a seguir saliendo con Eriol, porque si lo hacía, cabía la posibilidad de que Kaho se enterara.
—Tomoyo, te diré algo. —Me quedé sin aire cuando sin ningún reparo utilizó mi primer nombre—. Soy un hombre muy persistente.
—Me alegro por ti, ese tipo de cualidad no se encuentra en cualquier persona. Curiosamente... yo también lo soy.
—Verás, me temo que no me has comprendido del todo. Voy a hacer que quieras salir conmigo... así es esto.
Dios, no de nuevo.
Los dos hermanos eran sumamente egocéntricos... qué demonios. Sonreí al recordar que Eriol había dicho lo mismo; a Yue ya se le habían adelantado.
—Debo irme, tengo mucho trabajo que hacer. Me dio gusto saludarte — finalicé educadamente.
—Te veré pronto.
—Adiós.
Le alargué el teléfono a la recepcionista que tuvo el buen tino de no decir nada y después de unos segundos saqué mi teléfono celular de mi bolsa, y me dirigí al ascensor para ir hacia mi oficina. Comencé a escribirle a Sakura un mensaje de texto, porque hacía ya días que no sabía de ella y necesitaba hablarle con urgencia.
Pulsé el número y después comencé a escribir. Esperaba que ella estuviera bien y que fuera yo a la única a la que le pasaran cosas raras.
—Buenos días, Tomoyo —saludó Rin, que cuando las puertas del elevador se abrieron, casi chocó conmigo. Fruncí el ceño... ya era tarde de seguro. La llamada me había hecho subir al momento justo en el que todos estaban llegando.
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Prohibido enamorarse
FanficEnamorarse es difícil, pero lo es aun más cuando es de la mujer equivocada. Shaoran Li, está estrictamente prohibido que te enamores de ella. +18. ShaoranxSakura. TomoyoxEriol.