Prohibido enamorarse

Capítulo 13 Parte 3

El aire se atoró en mis pulmones y por un momento no pude respirar. ¿Qué estaba haciendo él allí? Se suponía que iba a tardar tres días más, todavía. Giré lentamente la cabeza y mis ojos se encontraron con los suyos, que nos observaba completamente confundido.

—¿Lian? —la voz le salió casi a fuerzas. Ylean no estaba en casa y posiblemente él no estaba enterado de nada de lo que había sucedido. Shaoran cerró los ojos y después los abrió y negó aún más confundido—. ¿Qué pasó aquí?

De inmediato Lian tomó su bastón y se puso de pie como pudo porque yo no me pude levantar para ayudarlo, él se adelantó y miró fijamente a su hermano, luego sonrió.

—Madre pensó que sería mejor si los sorprendíamos con mi recuperación, no quisimos avisarles porque estaban muy ocupados. —Lian observó a Shaoran con un gusto tan grande que el corazón se me encogió—. No te había visto desde hacía años, hermano... —y ya sin más, se acercó a él y lo abrazó con fuerza, mientras Shaoran seguía igual de anonadado—. Me dijeron que estuviste visitándome cuando estuve enfermo. Gracias por todo. Por regresar y cuidar a nuestros padres. Estás justo como te recordaba, no parece que tengas más años encima. —Shaoran respondió con una sonrisa corta, pero verdadera y luego me observó por el hombro de Lian—. ¿Sakura?

—¿Sí?

—Acompáñenme a mi habitación, por favor. Estuve todo el día de pie y creo que debo descansar. Tu llegada me ha causado una gran sorpresa, hermano.

—Por supuesto —me levanté como pude de la banca y caminé con paso inseguro, Shaoran lo guio y lo ayudó a caminar por las escaleras, mientras yo iba detrás. Cuando lo dejamos instalado, ambos nos colocamos a un lado de la cama.

—Creo que será mejor que me vaya, para que puedan... platicar —anuncié y Shaoran de inmediato me miró molesto. Lian sonrió en agradecimiento y asintió.

—Te acompañaré a la puerta —dijo el de ojos miel y yo tragué con nerviosismo y negué con la mano.

—No. Está bien, quédate con él. —No es que no quisiera que fuera conmigo, pero quería darle tiempo para asimilar las cosas; sin embargo, hizo caso omiso a mi petición y cuando yo salí por la puerta, él salió como un rayo detrás de mí. Bajé las escaleras y él me tomó del brazo para detenerme—. Aquí no —advertí con tono cauteloso, y con bastante esfuerzo Shaoran aceptó. Seguimos caminando hasta llegar a la parte de afuera de la casa.

—¿Qué demonios fue eso? —soltó de pronto al cerrar la puerta mientras se pasaba la mano por el cabello en gesto de desesperación—. ¡Por qué no nos dijeron!

—No me acuses a mí. Yo solo respeté el deseo de tu madre. Ella no quería ponerlos en un aprieto cuando sabía que estaban tan ocupados.

—¿Cuándo pasó? —quiso saber mientras yo me apoyaba ligeramente cautelosa contra la pared y él surcaba de ida y de regreso, la entrada de la casa.

—Al día siguiente de que ustedes se fueron.

—¿Has estado con él todo este tiempo?

—¡Tranquilízate!

—Estoy bastante sorprendido, discúlpame si no lo puedo evitar —argumentó con molestia.

—¿Crees que no fue una sorpresa para mí?

—No fuiste tú la que entró a la sala de tu casa, esperando encontrar cualquier cosa menos a tu novia, con su ex novio, que debería estar en coma, por cierto, abrazados. Sin contar que es MI hermano, Sakura.

—Es mi amigo.

—No solo quiere ser tu amigo. Demonios, ¿por qué no me lo dijiste? —volvió a preguntar, enfurecido.

—No tengo por qué responder a eso. Ya te lo dije, si no quieres entenderlo es tu problema. ¿Es que no estás feliz de que haya despertado?

—¡No lo sé!

Su respuesta tan directa me hizo perder aire y de inmediato lo miré, y me di cuenta de todo lo que eso significaba para él. Suspiré y me peiné el cabello hacia atrás con la mano mientras él, cruzado de brazos, apoyado contra el pilar a un lado de las escaleras, miraba al suelo.

—Ha sido difícil para todos, pero no es algo que deba hacerte sentir mal, Shaoran. Tu hermano no solo está vivo, sino que además ha despertado y ya no está enfermo. Olvídate de mí por ahora y solo piensa en el bienestar tuyo y de tu familia, hasta que puedas sentirte más tranquilo y que todo esté un poco más ordenado.

—No puedo olvidarme de ti, cuando fuiste en lo que estuve pensando cada minuto del día, desde que me fui, Sakura. Es irracional que me pidas eso.

Me acerqué a él y le acaricié la mejilla, al principio insegura y después un poco más decidida. Shaoran me miró directamente a los ojos y me acarició con la suya, mi mano.

—Solo ponme a un lado por unas horas, hasta que arregles lo que sientes y también las cosas con tu hermano y tu madre. Shaoran mírame. —Él lo hizo de inmediato y yo sonreí con cariño—. No importa la decisión que tomes, no va a cambiar lo que siento por ti. No te presiones ahora con nada acerca de nosotros hasta que estés tranquilo con lo demás.

Yo no estaba tan tranquila, más porque no había estado del todo preparada para su llegada tan repentina. Shaoran se inclinó y me besó delicadamente en los labios, como despedida y yo me obligué a separarme casi al instante por miedo a no poder dejarlo ir.

—Te veré luego. —Y salí de allí, lo más rápido que pude.