SPOILER Y ADVERTENCIA DE ESPACIO CON CONTENIDO SEXUAL. SI NO ERES MAYOR DE 18, FAVOR DE PASAR A LA PARTE 5 DEL CAPÍTULO 11.
CAPITULO 11
Lo que dejamos atrás
Por alguna extraña razón, sentí la necesidad de golpearme contra algo, o en cualquier parte del cuerpo, como para despertar de aquella bizarra situación en la que me encontraba. Es decir; acostada en la cama de Shaoran, en el departamento de Shaoran y con él encima, observándome con atención e interés completamente visibles.
Carraspeé solo un poco y recordé la anterior conversación que habíamos tenido y lo que había sucedido después. Mi pulso latía con tanta fuerza que estaba casi segura de que aunque hubiera un maldito terremoto, ni siquiera eso, me haría salir de allí o me provocaría alejarme de él.
Shaoran todavía sobre mí, llevó una de sus manos a mi rostro y comenzó a acariciarme lentamente las mejillas y el mentón. Su cabello, aún húmedo y que por el peso del agua, se impulsaba hacia abajo, me hacía cosquillas en la frente y todo el frío que había sentido al salir de la ducha, se había borrado gracias al calor que emanaba de su cuerpo y chocaba contra el mío con fuerza.
Me mordí el labio inferior y me sonrojé al percatarme de que él estaba completamente desnudo sobre mí. Podría llegar a pensarse que él era el que estaba en desventaja, pero desgraciadamente, parecía ser todo lo contrario.
No estaba segura de qué debía o no decir; ni siquiera estaba segura de si debía decir algo. Estaba ligeramente nerviosa porque las cosas habían sido completamente diferentes a las veces anteriores; ya que ambos estábamos completamente conscientes de la situación y no se debía a una racha de lívido elevado. Tragué de nuevo antes de pensar en algo que decir, sin que se arruinara el momento, pero al final de cuentas no se me ocurrió nada por el maldito bloqueo mental. Fue él quien habló.
—¿Tienes una mínima idea de cuánto te deseo? Preguntó con voz tan suave que tuve que aferrarme a la colcha con las manos, cuando aquella declaración me hizo querer olvidarme por completo de la realidad.
—¿Estás seguro de que quieres... yo... —No pude continuar porque la voz se me cortó y los ojos se me nublaron. Shaoran frunció el ceño y ladeó el rostro ligeramente.
—¿Hay algo que te preocupa?
—Me preocupan muchas cosas, Shaoran —susurré sin mirarlo directamente.
—¿Como qué?
—Pues que... no lo sé. No quiero que luego te arrepientas.
—Sakura, jamás podría arrepentirme de estar contigo. Si existiera la posibilidad de algún tipo de arrepentimiento, sería por no poder estar a tu lado.
—Te quiero. —Lo dije sin pensar... pero en ese momento, las emociones fluían de una forma tan fuerte, que ni siquiera podía darme cuenta de lo que sucedía. Los ojos miel brillaron de tal modo, que me percaté de que jamás podría sentirme de esa forma con nadie, sin importar cuánto tiempo pasara o cuántas personas conociera. No. La situación no volvería a ser así.
—Tenía planeado decírtelo primero —dijo sonriendo ligeramente—. Yo también te quiero, Sakura; si tú... si tú no quieres hacerlo... lo entenderé perfectamente, no quiero presio...— pero lo dejé sin poder terminar de decir lo que tenía pensado decir, cuando me elevé ligeramente y lo besé directo en los labios. Él suspiró como si se hubiera deshecho de un enorme peso de encima y me respondió con entusiasmo.
Shaoran movió sus manos lentamente por todo mi cuerpo que aún estaba cubierto por las prendas que él me había prestado y me presionaba hacia abajo con la fuerza del suyo. Introduje las manos en su cabello con los mechones mojados y lo atraje con más intensidad hacia mí.
Sentí las yemas de sus dedos recorrer con suavidad la base de la sudadera que traía puesta y luego el contacto con mi piel desnuda porque yo no llevaba absolutamente nada abajo. Jadeé contra sus labios y llevé una mano a su espalda y de ahí a su hombro, bajando por su brazo y al mismo tiempo obligándolo a subir más rápido por mi cintura y por mi abdomen. Sentía una urgencia primitiva de que me tocara y de tocarlo también y él no se hizo del rogar para nada. Rodeó con toda la superficie de su mano uno de mis pechos y yo ahogué un gemido sobre sus labios mientras cerraba los ojos con fuerza, intentando controlar mis impulsos de gritar, en cuanto él presionó y apretó mi piel caliente; sin embargo, antes de que pudiera hacer otra cosa, aparté su mano como pude y lo hice girar para que quedara debajo de mí.
—Déjame verte —le susurré al oído y él sonrió en respuesta y tomó mi mano para depositarla sobre su pecho. Yo me impulsé hacia arriba, quedando a horcajadas y sintiendo la fuerza de su excitación chocando contra la parte baja de mi cuerpo.
Ciertamente la imagen que había tenido de él cuando lo había conocido, no pudo haber sido más acertada. Él era todo un Adonis... no había otra palabra para describirlo. Su piel de color trigo brillaba con la poca luz del foco de mesa que estaba prendido y sus músculos parecían haber sido elaborados por un escultor. Lo miré a los ojos y me olvidé de respirar. Sí, su cuerpo era magnífico, pero la chispa sagaz que emergía de las profundidades del ámbar, me hicieron temblar. Su mente y su corazón eran aún más hermosos que su cuerpo. No me podía creer la suerte que tenía por poder estar con alguien como él... por haberlo conocido.
Me elevé solo un poco, para alejarme de la parte en donde estaba sentada, y lo observé con cuidado. Al darme cuenta de que él ya estaba bastante excitado, no pude evitar dejar salir una exclamación de sorpresa.
—Demonios, Shaoran... ¿Cómo pudiste esconderlo por tanto tiempo? —Él comenzó a reírse y me acarició las piernas mientras negaba lentamente, como si no pudiera creer mi comentario.
—Fue muy difícil.
—Imagino que sí —le di total razón y entonces lo toqué. Primero con cuidado y luego abarcando con mi mano todo el glande, que se extendía con fuerza y bastante determinación.
Shaoran se mordió el labio inferior y ahogó un gemido, cuando yo apreté suavemente y comencé a deslizar mi mano de arriba hacia abajo, una y otra vez. La piel entre mis manos estaba sumamente caliente y era suave también, incluso yo me sentía bien al acariciarlo y no era la que estaba recibiendo directamente las oleadas de placer.
Me deslicé un poco hacia atrás y me incliné, haciendo a un lado mi cabello, para poder maniobrar mejor.
—¿Vas a hacer lo que creo... que vas a hacer? —preguntó al apoyar los codos en la cama y elevó el torso ligeramente para observarme con un poco de diversión y sorpresa en sus ojos.
—Tú dime... —De un momento a otro, toda la pena y la vergüenza que había sentido minutos antes, se esfumó dando paso a mi creciente curiosidad.
Me agaché y con una mano me apoyé en la cama todavía tomándolo con la otra y luego, con la lengua rodeé la piel que vibraba debajo de mi mano. Él negó con la cabeza y yo puse las manos en sus caderas para atraerlo hacia mi boca, antes de que pudiera hacer algo para detenerme.
Dejó salir un gemido poco controlado de sus labios cuando succioné y comencé a subir y a bajar del mismo modo que había hecho con la mano, pero con mi boca. Shaoran recorrió con las manos mi cabello y me impulsó suavemente hacia abajo, con la respiración entrecortada. Nunca lo había hecho antes pero por alguna razón quería probar todo de él.
Me di cuenta de que el poder femenino que yo había estado guardando en ese instante, se había esparcido por toda la habitación. Podía hacerle lo que fuera y él no podría negarse... posiblemente ni siquiera podría moverse. Comencé a moverme mucho más rápido y él suspiró con fuerza, dejando caer su cabeza contra la madera detrás de él, cerrando al mismo tiempo los ojos fuertemente. Mis movimientos se volvieron mucho más insistentes y pude sentir la palpitación que provocaba en él, dentro de mi boca.
—Sa... Sakura, basta. —Me levanté de inmediato y sonreí mientras me llevaba las yemas de los dedos a los labios, que ahora estaban ligeramente hinchados por la actividad.
—¿Por qué?, ¿no te gusta?
Shaoran comenzó a reírse ligeramente y negó, luego se levantó solo un poco, para halarme por la sudadera y hacerme caer sobre él.
—No es que no me guste... es que me gusta demasiado.
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Prohibido enamorarse
FanfictionEnamorarse es difícil, pero lo es aun más cuando es de la mujer equivocada. Shaoran Li, está estrictamente prohibido que te enamores de ella. +18. ShaoranxSakura. TomoyoxEriol.