Heaven Cowan.Pongo 1 minuto en el temporizador digital del microondas y espero pacientemente a que los segundos transcurran para retirar mi waffle. Tomo asiento frente a Agni, él y yo nos miramos de frente, cualquier persona notaría que está muy molesto conmigo. Entiendo que lo esté por lo ocurrido ayer con la mal llamada: despreocupación temporal. La verdad también estoy molesta conmigo, siento arrepintiéndome en mi pecho.
—¿Por qué no los haces tú?, Ya sabes, darte el tiempo de preparar la mezcla con tus manos —dice Agni. Él juega con una cucharada dentro de una taza llena de té—. Mencionabas que los waffles pre-calentados sabían a cartón con azúcar.
—¿Hace cuánto dije eso? —Agni me dedica una mirada breve—, hace mucho tiempo. Ahora los compro congelados, los dejo descongelarse 30 segundos y los meto en un microondas, también estoy poniendo de mi parte.
Agni se cruza de brazos sobre el mesón mirándome claramente agotado y triste. Me pone tan sentimental su mirada de agotamiento, sé perfectamente que no pudo dormir anoche aun así intentándolo cada hora que tuvo a disposición la oscuridad.
—Heaven, estás pérdida —desvío la mirada, evitando a toda costa su rostro—. Te he visto desvanecerte y perderte casi por dos años.
—Déjame en paz —susurro viendo la venda que cubre mis nudillos de una sola mano.
—Sé que te importa poco lo que yo piense sobre ti, pero estás sobrepasando los límites y como buen amigo debo hacértelo saber —se levanta de su sitio—. Olvidaste tus sueños, apagaste tus ojos verdes, perdiste la confianza en ti misma y dejaste de intentar ser más grandiosa a lo que eras. ¿No crees que ya es hora de tomar otro camino?
—Agni, ya cállate, por favor —mi voz no es grosera a pesar de mis palabras. Me levanto lentamente de la silla—. Mi vida se fue a la mierda hace mucho tiempo, no sé qué esperabas.
Mi mejor amigo hace aparecer mi bolsa pequeña con xanax, se pone a mi lado y lo tira al piso con una fuerza desmedida, luego la pisotea una y otra vez, hasta moler cada pastilla.
—Tal vez deberías buscar formas para encontrarte contigo misma —toma una taza de té y se aleja de mí—, luego de lo de anoche en el baño pensé, pensé mucho y yo iré con un terapeuta, espero tú también hagas algo bueno por ti. —Abre la puerta de su cuarto— Hoy no iré a la universidad, cuídate mucho.
Agni se encierra en su habitación. Apoyo mis codos en el mesón que tengo en frente y sujeto mi cabeza con ambas manos, reprimo un fuerte llanto y cierro los ojos con una maldita fuerza dolorosa.
Veo mi mochila gastada y mi teléfono con una sucia funda blanca a mi costado, tomo mis cosas a regañadientes y cubro mi cuerpo con una sudadera que saqué del armario de Agni hace días.
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Colores Primarios ©
Romance"Hay colores que te quitan la vida" • ────── ✾ ────── • Heaven Cowan, una chica con problemas que a menudo no tiene mucho que decir se enamora de un casi poeta que solo siempre tiene mucho que expresar y le roba las palabras. ...