7 - Aprendiendo

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Ante el llamado de Kagome, InuYasha abrió lentamente la puerta, con las manos ligeramente temblorosas. La chica ya había pasado un buen rato encerrada en el baño, él aún pensaba en sus palabras 'prepararé el baño...Tengo ganas de lavar tu cabello' mientras el solo esperaba sentado del otro lado. Al dar unos pasos dentro, notó que a pesar de la fría noche que había llegado, la habitación del baño estaba a una temperatura muy agradable y con un ligero vapor en el ambiente. Encontró a Kagome agachada junto a la bañera redonda de madera, la que él mismo había construido, y que estaba casi totalmente llena de agua tibia.

- Ya está listo InuYasha- comentó la chica con una leve sonrisa y luego agregando un leño bajo la bañera para mantener el calor.

El hanyou se quedó en la entrada sin saber qué hacer ante tal declaración. ¿Debía esperar que la chica saliera para poder bañarse? ¿O acaso pretendía que se desvistiera allí mismo con ella dentro?

- El agua está como te gusta- continuó la chica con una gran sonrisa poniéndose de pie y saliendo de la habitación.

InuYasha suspiró algo más tranquilo, allí estaba su respuesta. Mientras se sacaba la ropa, pensó en lo tonto que había sido en confundirse sobre las intenciones de Kagome con su baño. Con una media sonrisa y totalmente desnudo, se sentó en la banca junto a la tina y comenzó a asearse mientras pensaba que una gran parte de el en realidad si le gustaba la idea de que Kagome se hubiese bañado con él o a lo menos le hubiese lavado el cabello. Se arrojó un poco de agua por sobre la cabeza pensando que si ella lo hiciese, de seguro lo disfrutaría.

- Me he vuelto un pervertido- masculló con una sonrisa torcida mientras alzaba un poco su rostro hacia el techo.

- ¿Ya empezaste, cierto?- dijo Kagome interrumpiendo todos sus pensamientos.

La chica abrió la puerta lentamente e ingresó al baño algo tímida. InuYasha le dio la espalda con rapidez sintiendo fuego en su rostro, encontró una toalla cerca de él y la tomó con urgencia envolviéndola en su cintura. ¿Qué hacía adentro? Su corazón dio un fuerte latido haciendo sus manos temblaran ligeramente. Nadie más que Kagome lo ponía tan nervioso, haciendo tambalear su seguridad y volviéndolo vulnerable.

Kagome se apoyó en la puerta con la mirada baja, un poco avergonzada.

- ¿Te lavo el cabello?- preguntó la chica levantando una botella de shampoo sin hacer referencia a la desnudez del chico.- Usaré una crema sin olor para que no te maree...

InuYasha la miró por sobre su hombro sin quitar su bochorno y asintió secamente, a lo que la chica se acercó a él. Estaba usando una especie de túnica gruesa de color blanco que se cruzaba frente a su cuerpo y se amarraba con un lazo del mismo color. La chica colocó el frasco a un costado y se paró justo frente a él con un leve sonrojó en sus mejillas. InuYasha la miró fijamente y su respiración pareció detenerse al ver como Kagome, lentamente, abría su túnica. La dejó caer a un lado y él tragó duro al ver que solo una tela triangular color rosado le cubría sus pechos y otra aún más pequeña, su zona íntima.

InuYasha la miró embelesado, disfrutando de la clara visión que la miko le entregaba de su cuerpo. Mientras que el cuerpo del chico empezó a reaccionar, por lo que agradeció de sobremanera cuando Kagome sin esperar mucho, tomó asiento tras él. "Esto me pasa por tener pensamientos pervertidos, maldito Miroku", pensó acomodando la pequeña toalla que lo cubría y causando que a una considerable distancia temporal, un joven monje estornudaba sonoramente.

 CONTINUANDO (INUYASHA)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora