18 - Enamoramiento

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Abrió los ojos lentamente, aún sentía demasiado sueño y su cuerpo parecía pesar mucho. Se acomodó, apretando el cuerpo cálido que estaba a su lado y soltó un pequeño suspiro. El aroma de la chica se colaba por su nariz, sentía tranquilidad y nuevamente quedo dormido.

Ya en el hotel. El hanyou aún estaba muy preocupado por el tema de las energías de la miko y no entendió lo que había pasado hasta que ella se lo explicó: Al momento de marcarla, no sólo Kagome había recibido energía demoniaca por parte de InuYasha, sino que él también recibió energía pura de ella. El que tal mezcla no le afectara de igual forma, era por que InuYasha era mitad humano y, por lo tanto, mucho más resistente a tal energía, en cambio Kagome no tenía nada que la ayudara a resistir energía demoniaca. Es por ello que le pidió que la mordiera, para que de esta forma la miko absorbiera parte de la energía pura que ella le había entregado meses antes.

Sintió la respiración de ella contra su cuello, mientras colocaba casi la mitad de su cuerpo sobre él. Era un placer sentir como, incluso inconscientemente, quería estar lo más cercano a él posible. ¡Esto le era tan agradable! No recordaba haber dormido tan bien, no como lo hacía con Kagome.

Y, ahora, ya había anochecido. Llevaban 2 días en ese lugar y no habían podido disfrutar. Pero, la verdad, es que él ya quería irse. Ya fueron advertidos que alguien estaba tras ellos y claramente, sabían su ubicación actual. No se le ocurría alguna forma en que pudiesen saber aquella información, considerando el hecho que solo los del templo y la familia de Kagome sabían.

Abrió los ojos asustado por sus pensamientos, mirando fijamente a su esposa. Acaso... ¿algún amigo de ella estaba involucrado con el demonio? Maldijo en sus pensamiento. ¿Quién podría hacer aquello? Y ¿por qué estar tras ellos? No podía pensar en ningún motivo, no se habían visto enfrentados a nadie luego de Naraku. Entonces ¿por qué?

- ¿Inu?

Kagome masculló su nombre, levantándose para verle la cara. Tenía los ojos semicerrados por el sueño que la invadía y su voz sonaba muy suave. El hanyou la miró y por unos instantes olvido sus preocupaciones.

- ¿No puedes dormir?- susurró la chica alzándose.

El negó en forma de respuesta, sin querer decir qué rondaba por su cabeza. Kagome lo instó a InuYasha a acomodarse sobre ella. Él solo se dejó hacer. La abrazó por su cintura mientras apoyaba su cabeza en su pecho, escuchando los latidos de su corazón.

- Sabía que llegarías - susurró la miko ya con los ojos cerrados y acariciándole las orejas con suavidad, pensando que ese era el motivo de la preocupación que le impedía dormir.

- Perdona la demora- susurró InuYasha, enterrando más su cara en el pecho de la chica apretandola un poco más.

- Somos un equipo InuYasha- respondió Kagome con la misma suavidad.- Nos protegemos mutuamente, nos ayudamos y apoyamos... Sabía que llegarías, por lo que solo me dediqué a hacer tiempo.

- Mmmhhh- masculló InuYasha no muy convencido.

- InuYasha- susurró la miko con ternura.- Ya no soy una chica indefensa que debes proteger de todo, soy perfectamente capaz de hacerlo...

- Pero si te hubiese pasado algo...

- No hubiera pasado nada, porque me sé cuidar y sé que en cualquier momento llegarás a ayudarme.- interrumpió la miko abriendo un ojo.

 CONTINUANDO (INUYASHA)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora