14 - Despertar

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- Kagome!!! -InuYasha en un rápido movimiento la tomó de los hombros intentando mantenerla estable.

- Estoy bien- le respondió, aunque en realidad el olor dulzón que desprendía la demonio tigre le estaba provocando náuseas. Se cubrió la nariz con su mano.

-Kagome, que te sucede? - dijo el hanyou.

- No grites InuYasha- chistó la chica sujetándose de su haori. Supo que Sango estaba junto a ella y le medía la temperatura con su mano.

- Llévala a la cabaña de Kaede de inmediato- escuchó a Sango que gritaba en sus oídos.

- Buscaré a la anciana - gritó a su vez Miroku alejándose.

Kagome apenas se percató que InuYasha se movía recordó que algo no había dejado claro.

- ¡No le vuelvas a decir Inu!- gritó con todo lo que daban sus pulmones para que la youkai la escuchará. Con ese grito que perforó sus oídos quedó semi inconsciente.

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- Su fiebre finalmente está bajando- susurró Kaede.

InuYasha asintió preocupado. En el momento en que ella lo encontró con Mina, la demonio tigre, sintió la presencia demoníaca dentro de la miko, mezclada con la espiritual.

Bajo los cuidados de la anciana miko, la salud de Kagome mostraba una mejora, luego de tener una fuerte fiebre y no resistir ningún olor fuerte sin vomitar. Además, el más pequeño ruido la hacía rogar por silencio. En todo momento estuvieron susurrando, pero para Kagome era como si estuvieran gritando en sus oídos.

InuYasha tomó el pedazo de tela que estaba en su frente y lo volvió a sumergir en agua helada. Mientras lo acomodaba nuevamente sobre la frente de la chica y recordaba lo que sus amigos le explicaron.

"- La llevaré a su época para que la curen- respondió InuYasha en voz baja al ver que su mujer no mejoraba.

- No es necesario- respondió Kaede negando con la cabeza.

- Esto es normal- agregó Sango que quemaba unas hierbas que neutralizaban todo olor.

- ¿Qué quieres decir?- preguntó InuYasha ceñudo.

- Su cuerpo se está adaptando a tu energía vital InuYasha- explicó Sango.

- Quiere decir que el poder espiritual de Kagome está buscando el equilibrio de sus energías- dijo Miroku acomodando unos pergaminos que rodeaban el cuerpo de la miko y la ayudaban en su proceso.

- Ustedes son dos especies distintas- continuó Sango- Es normal que el cuerpo de Kagome se deba acostumbrar a la energía que recibió de ti ahora que se estan unidos.

- Eres un pillín- interrumpió Miroku moviendo las cejas- Veo que mis consejos fueron realmente efectivos. ¡No te demoraste nada!

- ¡Feh! Déjate de hablar tonterías- respondió InuYasha girando su rostro sonrojado.

- Ahora entiendo por qué sentí energía demoníaca en Kagome- comentó la anciana.- Sospeché que algo así había sucedido, pero no quise ser entrometida... La unión entre los demonios es muy íntima. Y como no vi señales de que algo estaba mal, pensé que la estabilización de ambas energías ya había sucedido.

- ¿Por eso se enfermó?- preguntó InuYasha amargamente. Era su culpa que Kagome estuviese sufriendo en ese momento, de su ignorancia. Todos parecían enterados, excepto él, que no sabía nada respecto de lo que implicaba el haberla marcado y ahora ella sufría por su estupidez.

 CONTINUANDO (INUYASHA)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora