23 - Nervios

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- ¿Encontraste el báculo?- preguntó el humano.

- Sí - respondió el otro humano con una voz grave y alzando un poco el brazo para mostrar el objeto.

- Bien, ahora ve y entrégaselo a Zettai - dijo señalando el espejo.

El humano rubio asintió y de inmediato se movió hacia el objeto señalado con el báculo en las manos.

Michael estiró el brazo y atravesó el pequeño espejo luego de que el otro humano hiciera un rezo con las manos juntas, este le permitió pasar a través de él como si fuese agua. Al pasar todo su cuerpo por el espejo, Michael que llevaba el largo báculo con una gran piedra oscura en su punta, hizo una reverencia y se lo entregó a Zettai.

- Bien...- una sonrisa maléfica se perfiló en el rostro del sujeto al tomar el objeto.- Ahora nada, NADA NOS DENTENDRA... Las cosas cambiarán y no podrán acabarnos...

Apretó con fuerza el báculo y lo golpeo en el suelo, haciendo que un sonido seco saliera y a la vez una potente luz verde emergiera de él, mientras tanto el sujeto tras el espejo lanzaban una tétrica y similar carcajada de igual manera que el youkai. Michael observaba la situación con un rostro sin emoción.

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Regresaron al palacio en silencio. Todo los aldeanos se reunieron para agradecerle y despedirla. Según Sora, era la primera humana que era querida, respetada y apreciada en el pueblo youkai que eran súbditos del reino de Sesshomaru. Aunque entendió que el único motivo por el cual no fue comida en cuanto llegó fue por ser la protegida del gran youkai. Rin estaba sorprendida del poder que Sesshomaru ejercía y de las atrocidades que había escuchado que el youkai había hecho. La verdad se le hacia difícil comprender aquello, no podía entender que aquel que acababa a todos que estorbaban en su camino, era el mismo que cuidaba de sus heridas y que la protegía que todo mal.

- ¡Amo bonito!- exclamó Jaken al ver ingresar al youkai en compañía de Rin- ¡Qué bueno que ya regresó!

- Espero nuestro desayuno en mi estudio.- dijo Sesshomaru pasando de largo e ignorando al pequeño demonio.

Jaken miró con la boca abierta como Rin le daba una sonrisa nerviosa y seguía a paso rápido a su ex amo. Al ingresar al estudio, Sesshomaru ya estaba sentado tras su escritorio tomando unos pergaminos. Rin cerró la puerta tras de sí y se quedó cerca de la puerta observándolo por unos segundos sin saber exactamente qué hacer. Con la orden de que llevasen la comida a su despacho entendió que el youkai también la quería allí, pero no sabía para qué.

- Siéntate Rin- indicó Sesshomaru sin levantar la mirada de su pergamino.

Ella tímidamente avanzó hacia el escritorio del youkai y se sentó en una cómoda silla que estaba a un costado. Con cautela paseó la mirada por el escritorio que estaba llena de pergaminos, plumas y tinta. Todo perfectamente organizado. Notó como algunos de los documentos tenían un lenguaje que no conocía, letras redondas y perfiladas que estaban mayoritariamente unidas. ¿Serian mensajes? ¿De dónde habrán llegado?

- Kinshu se hizo cargo de las decisiones políticas en mi ausencia, así como Jaken las relativas a la administración del palacio en conjunto con Kukiko- explicó Sesshomaru. Eso Rin ya lo sabía, le había preguntado a Kinshu todo aquello, pero aun así asintió- Sin embargo, hay situaciones solo pueden ser decididas por mi - dijo Sesshomaru anotando algo en un pergamino.- Por eso necesito que tus lecciones sean lo más rápido posible, para comenzar a familiarizarte con las políticas y las relaciones sociales- explicó sin mirarla- Son molestas, pero necesarias.

 CONTINUANDO (INUYASHA)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora