5 - Realidad

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No pudo evitar Gemir fuerte al sentir las manos de InuYasha sujetar con fuerza sus caderas. Al parecer el finalmente se había quitado la timidez de encima y era él quien se atrevía a dar un paso adelante. Enterró sus manos en la espesa cabellera de InuYasha, disfrutando de su suavidad mientras los besos no cesaban.

Quizás todo iba demasiado rápido, considerando que era la primera vez que ella llegaba tan lejos con alguien y solo habían pasado dos días desde que se volvieron a ver, pero algo impedía que parara, algo le decía que estaba haciendo lo que por tantos años deseó y que para esto no había una velocidad correcta.

Levantó un poco su cuerpo para colgarse en la cintura del hanyou, que la sujetó con firmeza por su trasero y se alejó de su boca para lamerle el cuello. Kagome sintió los colmillos de InuYasha rozando su piel, causándole un fuerte estremecimiento que la recorrió por completo erizandole la piel y la hizo gemir con más fuerza. De pronto escuchó un sonido a lo lejos, como una especie de timbre que no logró reconocer e InuYasha se separó rápidamente de su cuello, alertado.

- Tranquilo- susurró la chica reconociendo el sonido como el teléfono- Iré a atender.

Le golpeó el pecho suavemente para que la bajase. Escuchó un gruñido de molestia ante lo que no pudo evitar soltar una pequeña risa. InuYasha, reacio a dejarla ir, la miró molesto por la interrupción mientras ella se acercaba al teléfono maldiciendo internamente a quien estuviese al otro lado de la bocina.

- Familia Higurashi- saludó intentando que su voz sonara tranquila.

- ¿Kagome?- se escuchó la voz de Ryu agitada por el otro lado. Parecía que estuviese corriendo- Alerta roja al sur del Monte Fuji, área 2. Nos encontramos en 10 minutos allá. El maestro dice que InuYasha será de ayuda así que no le impidas ir.

- Entendido.- respondió la chica seriamente colgando el teléfono.

InuYasha escuchaba apoyado en el marco de la puerta con los brazos cruzados. Aún tenía un suave sonrojo en sus mejillas a pesar de su confundida mirada.

- ¿Qué es alerta roja?- preguntó mientras veía que Kagome se dirigía a las escaleras.

Lo miró sorprendida, esas orejas estaban más agudas de lo que recordaba.

- Vamos, debemos cambiarnos ropa, te explico en el camino.

- Pero, Kagome...- exclamó el hanyou de inmediato intentando detenerla de alguna forma. Se sintió extremadamente nervioso, pero algo debía decir para que no se fuese. Maldita incapacidad de expresar lo que siente.- estábamos... ocupados...- terminó por decir sintiendo hervir su cara.

La chica se giró y no pudo evitar sonrojarse al ver la mirada intensa que le dirigía. Ella tampoco quería dejar todo pendiente e irse, pero una alerta roja no era algo que podía ignorar, había vidas en peligro.

- Debemos ir InuYasha- comentó la chica acercándose a él. Colocó una mano en el pecho masculino desnudo y se mordió el labio- créeme que lo último que quiero es ... dejar de estar ocupada contigo, pero... es una emergencia.

- ¡Keh!- exclamó el nombrado mirando a un lado con el rostro más sonrojado al sentir ese toque- Pero luego...- tragó duro, reunió valor y la miro- seguimos, ¿no?

Kagome soltó una carcajada, estaba fascinada ante las nuevas actitudes de ese loco, se sentía en su mejor momento.

- ¿De qué te ríes, eh?- gritó InuYasha molesto cruzándose de brazos.

 CONTINUANDO (INUYASHA)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora