Dreams (Volkacio/Intendenteplay)

Capítulo 18

Horacio:

Me desperté en la cama de Volkov, ya que en la noche anterior este me dijo que no había habitación de invitados. El ruso se quedó a dormir en el sofá como la última vez que pasé la noche en esta casa. Oí ruidos por el apartamento, por lo que supuse que ya habría despertado.

—¡Volkov! —lo llamé gritando.

A los pocos segundos la puerta se abrió y el de pelo gris apareció tras ella, sonriente. 

—¿Ya está despierto? —preguntó mientras se sentaba en la cama.

Me acarició la cara y me dio un suave beso en los labios, esto hizo que me sonrojara un poco, ya que no estaba acostumbrado a ese tipo de afecto por parte del comisario.

—¿Quiere desayunar?

—Si, por favor —le supliqué.

Acercó la silla de ruedas a la cama y me ayudó a sentarme en ella. Arrastró la silla a la cocina y me dejó ahí mientras preparaba el desayuno, este tenía el pelo alborotado e iba sin camiseta. Durante el tiempo que estaba cocinando me dediqué a observar su trabajada espalda. 

—¿Qué mira tanto? —Volkov se volteó dándose cuanta de mi mirada.

—N-nada —dije nervioso. 

Con otra persona no habría dudado en ser descarado, pero con él era diferente. Salimos a la terraza del piso a tomar lo que había preparado el comisario, que básicamente se resumía en café y unas tostadas y empezamos una agradable conversación. 

—¿Hoy no vas al trabajo?

—Conway me ha dado unos días libres para poder estar pendiente de usted, así que vamos a pasar mucho tiempo juntos —dijo al tiempo que tomaba un sorbo del café.

Sonreí inevitablemente al escuchar sus palabras, me gustaba que estuviera cogiendo confianza conmigo. Durante el poco tiempo que llevaba en su casa había conocido a un Volkov completamente diferente, el que no se dejaba ver en su trabajo. De repente su móvil sonó, cuando vio de quién se trataba se disculpó y se levantó de la mesa alejándose un poco.

—¿Michelle? —oí que preguntaba.

El comisario se adentró en la casa en busca de más privacidad, por lo que decidí mandarle un mensaje a Gustabo. Tenía que contarle lo ocurrido con el de pelo grisáceo.

Gustabooooooo

No t lo vas a creer

Que a pasao?

Me he besado con Volkoffff 

                                                                                                              Con el niño enfermo? Que ascoooooo :S 

Es broma, me alegro x ti bb

;D
Visto 10.37am

No pude responder a los últimos mensajes porque el ruso había vuelto, se veía más animado que antes. Se sentó en frente mío y me agarró la mano, mirándome fijamente. Me perdí en la inmensidad de sus grandes ojos azules, cada día estaba más enamorado.

Volkov:

—¿Michelle? —pregunté extrañado.

La mujer casi nunca me llamaba y se me hacía raro. 

—Volkov, tengo una buena noticia para ti.

Me metí dentro del piso yendo a mi habitación. Una vez cerrada la puerta comencé a hablar.

—Le escucho —le indiqué que podía seguir.

La verdad es que estaba intrigado, ¿que buenas noticias tendría para mi?

—Ya no te volverán a molestar en comisaría —me aseguró.

—¿Cómo? ¿A qué se refiere? 

—Conway va a tomar medidas con Ivanov y Greco, me enteré por las cámaras que lo estaban molestando.

—Muchas gracias, Michelle —le agradecí.

—Que conste que tenéis todo mi apoyo y que hacéis una pareja increíble. 

Me senté en la cama y me puse la mano sobre la cara ahogando un suspiro. Estuve tentado a colgar, pero era mi jefa y no podía hacerle eso.

—¿Usted también? —pregunté.

—Todo el mundo, pero la diferencia es que yo no lo hago cuando estas en servicio y hay gente cotilleando. 

Nos despedimos y me tumbé en la cama para pensar en lo sucedido. La situación era extraña, pero me alegraba que se le diera una reprimenda a ese par de zoquetes. Me levanté y me dirigí de nuevo a la terraza, allí seguía Horacio, estaba hablando con alguien por mensaje. Me senté y le cogí la mano, en ese momento me acordé de lo que dijo el doctor muerte. 

Lo quería invitar a salir, pero no se me ocurría donde llevarlo. Decidí decirle que era una sorpresa y mientras tanto pensar en una idea.

—Horacio, esta noche le voy a llevar a un sitio.

Sus ojos se iluminaron y se mostró interesado por saber todo.

—¿Dónde iremos? —preguntó emocionado.

—Es una sorpresa —le respondí dando un apretón a su mano para después soltarla.

—¿Se podría considerar una cita?

—Es una cita —afirmé.

Cuando terminamos de desayunar recogí la mesa y limpié lo que habíamos ensuciado. El resto del día lo pasamos viendo una serie y conversando sobre cualquier tema, eran las siete de la tarde y la hora de la cita se acercaba. Ya lo tenía todo pensado, lo llevaría a ver el atardecer a la playa. 

—Volkov, ¿puedes acompañarme a mi piso? Tengo que ducharme y prepararme —dijo el de cresta con vergüenza.

—Claro. 

Lo llevé a su puerta, abrí la puerta y entramos. Me dijo que iría a su habitación a escoger la ropa que se pondría para la cita, obviamente le avisé de que no sería algo formal. Estuve esperando al rededor de 15 minutos en el salón, pasado ese tiempo salió con la ropa en el regazo. Cogí una bolsa para que se la pusiera en la escayola de la pierna y un taburete de plástico para que se pudiera sentar.

Una vez en el baño coloqué el taburete dentro de la ducha. Horacio se empezó a desvestir delante mío, rápidamente aparté la mirada y me di la vuelta. 

—¿Q-que hace?

—Voy a ducharme, y ahora voy a necesitar tu ayuda para entrar a la ducha —dijo. 

—¿No puede usted solo? —pregunté intentando calmarme.

—Hombre, con una pierna escayolada es difícil —se rió.

Cuando me avisó para ayudarlo, me volví a dar la vuelta, pero no giré la cabeza, incluso cerré los ojos. Intentando no tocar nada comprometedor lo ayudé, una vez estuvo dentro suspiré. 

—¿Te has puesto nervioso comisario bombón? —dijo con voz sugerente.

—Cállese —le respondí saliendo del baño con cierto nerviosismo.

Este chico iba a acabar conmigo.