Conway:
¿Cómo se me podía haber pasado algo tan importante? La respuesta era simple, hoy fue un día movido en cuanto a trabajo se refiere. Cada vez tenía más informes que redactar, pero eso no era una escusa, tenía que afrontar las cosas tal como eran. Salí de servicio lo más rápido que pude y me monté en el coche para después dirigirme a mi casa a toda velocidad, saltándome los semáforos y haciendo caso omiso a las señales de tráfico. Llegué media hora tarde a nuestro encuentro, cuando me bajé del vehículo vi a Gustabo sentado en el portal abrazando sus piernas.
—Lo siento mucho Gustabo —me disculpé con el menor.
—No pasa nada —dijo restando importancia a la situación.
Le ofrecí mi mano para ayudarlo a levantarse, pero no la solté hasta que llegamos a la puerta de mi piso. Saqué las llaves de mi bolsillo, abrí y dejé que entrara él primero. Una vez los dos dentro nos sentamos en el sofá a charlar, el ambiente al principio estaba tenso, pero a medida que avanzaba la velada la cosa mejoró. Logré sacarle una sonrisa unas cuantas veces. Me sentía un poco mal por haberle hecho esperar tanto tiempo y necesitaba disculparme de una forma más apropiada. Quería explicarle que mi trabajo era así, imprevisible.
—Gustabo, siento mucho haber llegado tan tarde. No era mi intención hacerte esperar, pero se me ha ido la hora revisando informes y... —me cortó.
—No hace falta que te disculpes, lo entiendo perfectamente, es tu trabajo y tienes que cumplir con él.
Sonreí, no me creía la suerte que estaba teniendo. El haber conocido al rubio había sido una de las mejores casualidades de mi vida, sin dudas. Cuando menos me lo esperaba puso su mano en mi nuca y me atrajo hacia él besándome con intensidad, se notaba que ambos necesitábamos ese contacto físico, nos separamos para tomar aire.
—Joder, por fin —dijo Gustabo.
Volvimos a juntar nuestros labios en un beso más calmado donde traté de expresar el cariño que le tenía. El rubio se recostó en mi pecho y le acaricié la cabeza, nos quedamos un rato en esa posición, disfrutando de la cercanía del contrario, hasta que nos entró hambre. Fuimos a la cocina y empecé a hacer algo para cenar.
—No sabía que supieras cocinar —comentó Gustabo.
—Hay muchas cosas que no conoces de mi —le respondí sonriendo.
Mientras que sacaba la olla de un armario el menor se sentó en un taburete, dedicándose a observarme. A decir verdad su mirada me ponía nervioso, sus ojos azules clavados en los míos me producía una sensación inexplicable. Al poco tiempo la mesa ya estaba puesta, adornada con unas cuantas velas que tenía guardadas en un cajón. Le corrí el asiento a Gustabo para que se sentara y luego lo hice yo, enfrente suyo. Probamos la cena y al parecer al rubio le encantó, ya que se acabó el plato en un tiempo record.
—Tranquilo Gustabín, que te vas a atragantar —le dije de forma pícara guiñándole un ojo.
Y como si lo hubiera predicho empezó a toser, dándose golpes en el pecho tratando de calmarse.
—¡Ha sido por tu culpa! —exclamó indignado.
Yo solo atiné a reír con fuerza, me encantaba ponerlo nervioso como él lo hacía conmigo. Continuamos comiendo sin ningún percance más, cuando terminamos el rubio insistió en ayudarme a recoger, me negué rotundamente.
—Tu ve al salón mientras yo me encargo de limpiar.
Gustabo negó con la cabeza sonriendo y me hizo caso. Traté de ordenar todo lo más rápido posible para poder pasar más tiempo juntos, ya que se estaba haciendo tarde y en breves se tendría que ir a su casa. Pero se me ocurrió una idea mejor.
—¿Te quedas a dormir? —le pregunté apareciendo por el salón.
—¡Vale!
Se levantó del sofá y dio un salto colgándose encima mío, lo rodeé con mi brazos para que no se cayera y lo llevé a mi habitación.
—Esto me trae recuerdos —comenté.
Lo dejé sentado en mi cama mientras me dirigía al armario, saqué dos pijamas y le tiré uno al más bajo a la cara.
—Oye, lleva cuidado —dijo haciéndose el enfadado.
Se bajó de la cama y con el pijama en mano se fue al baño para poder cambiarse con más intimidad. Yo me quité la ropa allí mismo, para después ponerme solo el pantalón, hoy hacía mucho calor, así que me quedé con el torso descubierto. Gustabo entró y se sorprendió al verme así.
—Madre mía Jack...
Sin más nos acostamos abrazados dando comienzo a una nueva estapa en mi vida.
![](https://img.wattpad.com/cover/237577016-288-k907858.jpg)
ESTÁS LEYENDO
Dreams (Volkacio/Intendenteplay)
FanfictionDónde los protagonistas tendrán que aprender a aceptar sus sentimientos, sobrellevar sus diferencias y asumir que no todo en la vida se consigue fácilmente. Créditos a los dibujantes de la portada. No se permiten adaptaciones o copias de esta histor...