Conway:
Eran las 6:55 am cuando entré por la puerta de comisaría, fui directamente a mi despacho ignorando a los agentes del turno de noche. Al llegar me puse directamente a hacer papeleo, esperando la llegada de Ivanov y Greco. A la media hora entraron de servicio y rápidamente los llamé por radio.
—Vosotros dos a mi despacho, ahora.
Dejé lo que estaba haciendo y me encendí un cigarro, lo necesitaría para soportar la situación. Abrieron la puerta sin tocar y entraron. Les mandé que se sentaran y comenzamos a hablar.
—¿Qué querías Super? —preguntó Ivanov.
—Os voy a dar una sola oportunidad, como le volváis a decir algo a Volkov sobre Horacio os bajo a Oficiales y os suspendo de empleo y suelpo por tres semanas.
—Pero lo hacemos por su bien, queremos ayudarlo —dijo Greco indignado.
Sabia que no tenían malas intenciones, pero la habían cagado a base de bien. Los miré fijamente con el ceño fruncido y con mi faceta más seria.
—Creedme, ya no necesita vuestra ayuda. Si conocieras un mínimo a Volkov sabríais que solo lo estabais alejando de Horacio.
—Lo sentimos, no volverá a ocurrir —se disculpó Ivanov.
Cambié mi expresión y sonreí de forma cínica, encendí el ordenador y puse las cámaras en bucle. Me levanté de la silla y me puse detrás de ellos.
—Vale, ahora que no nos está escuchando la jefa podemos hablar con tranquilidad.
Greco suspiro y relajó su postura en la silla.
—Lo sabía —se rió el de barba.
—¿Entonces qué? ¿Están juntos? —intervino Ivanov.
—Ahora mismo Horacio se está quedando unos días en el piso de Volkov —les expliqué para ponerlos al día.
Cuando les dije eso empezaron a gritar como dos adolescentes con las hormonas revolucionadas, puse los ojos en blanco mientras intentaba ocultar una sonrisa. Aunque lo intentase ocultar me encantaba cotillear con ellos, siempre y cuando no se enterase nadie más. Lo que pasaba en esta sala se quedaba en esta sala.
—Conway le llaman al móvil —dijo Greco pasándome el teléfono.
Era Gustabo, lo cogí y me alejé un poco de ellos. Eran unas marujas y no me fiaba nada de ellos, era gracioso comentar cosas de la gente, pero que se metieran en mi vida no me gustaba nada.
—Dime —contesté seco.
—¿Por qué no te quedaste a dormir anoche? —preguntó, por su voz sabía que estaba haciendo un puchero.
—No sabía si querrías, no quise incomodarte —le respondí.
Se rió al otro lado de la línea.
—Y... ¿hoy tienes un hueco libre para mi?
—Claro, ven a mi casa esta noche, sobre las 9.
Nos despedimos y colgó. Los dos comisarios seguían ahí, mirándome con los ojos muy abiertos y las cejas levantadas. Suspiré y me pasé la mano por la cara. Sabía que tendría que responder muchas preguntas para salir del paso. Al final, no se como, se fueron y me dejaron continuar con mi trabajo.
Gustabo:
Me había despertado solo en mi casa, supuse que Conway se había ido al dejarme en mi cama. Ya eran las cinco de la tarde y estaba demasiado nervioso, esta noche iba a dar el paso. Revisé mi móvil y me di cuenta de que tenía varios mensajes de Segismundo.
Gustaboo
quedas esta tarde?
tengo que comprarme ropa
esta noche tengo una cita uwu
No jodas
Claro q voy
Ven a por mi en media hora
Fui a prepararme, ya que había quedado con Segis para ir de compras. Me venía bien porque no tenía claro lo que ponerme esta noche para verme con Conway. A la media hora el gallego se encontraba en mi puerta esperándome, salí a la calle y me lo encontré subido en su coche. Tardamos poco en ir al centro comercial, el camino se hizo ameno gracias a la compañía del de pelo oscuro.
Entramos a un montón de tiendas sin éxito por lo que decidimos descansar un poco tomando algo. Nos encontrábamos en un bar conversando cuando se me ocurrió preguntarle con quien tenía la cita.
—No te lo puedo decir, me da mucha vergüenza —dijo tapándose la cara con ambas manos.
—¿La conozco?
—Si, lo conoces. Por eso no te lo quiero decir —me respondió haciendo énfasis en la palabra "lo".
Estuve un rato insistiendo, sabía que en el fondo me lo quería contar, pero su timidez se lo impedía.
—¡Vale, es Emilio! —elevó el tono de voz.
Me tapé la boca mientras reía, no me lo podía creer. Emilio y Segismundo. Pensándolo bien hacían buena pareja, me alegraba por los dos, ya que eran muy buenos amigos míos.
—¿De qué te ríes? —se cruzó de brazos.
—Nada, nada. Simplemente me ha pillado por sorpresa, pero me alegro por vosotros.
Puse mi mano en su hombro y di un apretón en este. Decidimos que lo mejor era seguir buscando ropa, porque se nos hacía tarde. Al final me compré un pantalón vaquero un poco roto y una camisa ancha de rayas azules y amarillas. Segis me llevo a mi casa, me duché y me cambié de ropa a la que había comprado.
Salí a la calle y fui al aparcamiento de mi barrio, cogí mi coche y puse rumbo a la casa del superintendente. Llegué al edificio y toqué el timbre unas cuantas veces, pero no respondía. Esperé unos minutos, a lo mejor estaba en la ducha y no podía abrir. Insistí unas cuantas veces más con la misma suerte. Decidí que lo más sensato era llamarlo, tardó un poco en cogerlo.
—¿Si? —preguntó despreocupado.
—¿Donde estas? —dije intentando que no se notara la decepción en mi tono de voz.
Se había olvidado de que habíamos quedado.
—Joder, voy para allá. Espérame, llego en cinco minutos.
Colgó el teléfono y me senté en el portal. No sabía como tomarme esto. Mordí el interior de mi boca y parpadeé unas cuantas veces tratando de contener las lágrimas.
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Dreams (Volkacio/Intendenteplay)
FanficDónde los protagonistas tendrán que aprender a aceptar sus sentimientos, sobrellevar sus diferencias y asumir que no todo en la vida se consigue fácilmente. Créditos a los dibujantes de la portada. No se permiten adaptaciones o copias de esta histor...