48 HORAS AL DIA Parte 1 Terminada

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"Capitán, ¿qué debemos hacer ahora?" preguntaron los piratas en la Ventisca.

Hutcheson también estaba en un dilema. El casco de Quidah había sido severamente dañado por otro barco pirata antes. Parecía que estaban a punto de romperse. No sólo no se detuvieron para hacer reparaciones, sino que continuaron cargando contra la Ventisca, llevando a cabo un ataque suicida.

Por otro lado, el Jackdaw se las había arreglado para lidiar con los intrusos que venían de la borda, listos para ayudar al Quidah. Después de un largo período de vacilación, Hutcheson decidió que se retiraría por ahora. Inmediatamente, la grava fue tras ellos. Intentaron disparar contra la Ventisca, pero desafortunadamente, Hutcheson se las arregló para esquivar todos los ataques con sus magistrales habilidades de maniobra.

Anne tampoco se alegró cuando vio que la Ventisca intentaba huir y quiso seguir persiguiéndolos. Sin embargo, fue detenida por Dufresne. Aunque el Grajo superó a la Ventisca, ahora había menos piratas con ellos. Con solo 20 personas a bordo, la gacela no pudo utilizar su poder de fuego al máximo.

La ventisca podría incluso tomar represalias si la grava continuaba la persecución. Así que después de una corta persecución, la grava decidió volver a la Lanza de la Diosa. Al ver que la grava ya no les seguía la pista, Hutcheson se frustró muchísimo. Esta fue, en efecto, una pérdida significativa para él. Inicialmente, tenía la intención de atacar y saquear el Quidah y la Lanza de la Diosa con dos barcos piratas. Si lograba hacerlo, se convertiría en el pirata más poderoso de la zona.

Su plan no sólo fracasó, sino que le costó un barco y la mitad de su tripulación. Afortunadamente, su Blizzard no sufrió ningún daño. Al final, quiso eliminar al Grajo como premio de consolación. Lamentablemente, la grava no continuó su persecución. Al no tener otras opciones, la Ventisca tuvo que huir de la escena lo más rápido posible. Aunque la batalla fue emocionante y tumultuosa, duró sólo 20 minutos de principio a fin.

Actualmente, la condición de los Quidah era peor de lo que Hutcheson estimaba. El agua de mar se derramaba en el fondo del barco. A pesar de que sus carpinteros se esforzaban por tapar el agujero, el agua de mar había inundado la cabina y ahora estaba hasta las rodillas de los piratas. Sería imposible para ellos participar en otra batalla.

Antes de que la ventisca huyera de la escena, los Quidah ya habían empezado a reparar su barco. El timonel, Eric, y todos los demás a bordo contribuyeron a ayudar. Buscaron todo a su alrededor que pudiera ser usado para cerrar el agujero. Al mismo tiempo, algunos piratas activaron una bomba, con la esperanza de sacar el agua de mar que entraba. Con su esfuerzo combinado, se las arreglaron para sacar el agua más rápido de lo que podía entrar.

Al mismo tiempo, el Príncipe Negro Sam terminó de contar el botín de la Lanza de la Diosa. Con la ventisca fuera del juego, ahora era más fácil para ellos dividir el botín.

"Quiero agradecerles por ayudarnos. Honestamente, ustedes merecen una parte más grande que nosotros. Sin embargo, los Quidah sufrieron mucho daño en la batalla con la Ventisca. Necesitaremos mucho dinero para reparar nuestra nave. Considerad que os debo un favor por lo que habéis hecho por nosotros", dijo un arrepentido Príncipe Negro Sam.

"Capitán Sam, es usted muy bienvenido. Si el Quidah no estuviera aquí, seguramente nos habrían apuntado a nosotros en su lugar. Es un milagro que su barco haya logrado tomar represalias y hundir al enemigo. Sólo su tripulación puede hacer una locura como ésta".

El Príncipe Negro Sam simplemente se encogió de hombros. No fue una tarea fácil para los Quidah el cambiar la marea después de que su barco fuera severamente dañado por el enemigo. El Príncipe Negro Sam acogió todos los cumplidos que se le hicieron a él y a su tripulación con un gran corazón.

"Eric es bueno coordinando batallas. Con sus agudas habilidades, es más que capaz de convertirse en capitán. He hablado mucho con él sobre este asunto. Sin embargo, parece que no está interesado en absoluto".

Mientras discutían, sus piratas terminaron de dividir el botín. El Príncipe Negro Sam era probablemente el capitán más razonable de todo Nassau. Tenía un cierto encanto que podía acercar a la gente a él. Siempre se comportaba humildemente, le decía a todos que su tripulación era la razón de su éxito. Sin embargo, casi todos los del Quidah podían ser reemplazados excepto el Príncipe Negro Sam. Sin su encanto, sería imposible que toda la tripulación pirata se uniera y trabajara por el mismo objetivo.

La gente influyente solía venir con un temperamento poderoso, algo que nunca cambiaría con el paso del tiempo. El Príncipe Negro Sam podría parecer un capitán fácil, pero la verdad era que era el único en el barco que podía hacer que todos obedecieran sus órdenes sin ser cuestionados.

……..

La Gracia se estaba acercando a la Lanza de la Diosa. Rescataron a un par de piratas que habían saltado del barco enemigo antes. Después de una serie de interrogatorios, finalmente descubrieron sus antecedentes. La tripulación pirata de Hutcheson se había formado recientemente. Inicialmente eran una banda de asaltantes. No hace mucho tiempo, se encontraron con un barco mercante con bandera británica. Técnicamente, se suponía que no debían saquearlos, pero cuando descubrieron que transportaban una cantidad considerable de seda, Hutcheson decidió romper las reglas y los atacó. Para asegurarse de que nadie lo supiera, ordenó a sus hombres que mataran a todos los del barco mercante. Desafortunadamente, alguien en su barco lo vendió al final.

Una vez que se enteró, tuvo que huir del puerto con el resto de sus hombres. Antes de irse, no buscaron información sobre su próximo objetivo, y finalmente vagaron por alta mar durante dos semanas. Un buen día, Hutcheson se encontró con dos barcos piratas que luchaban entre sí. Luego ayudó a uno a eliminar al otro. No sólo recibió una parte del botín, sino que el capitán ganador incluso le agradeció su ayuda. Sin embargo, Hutcheson, siendo Hutcheson, decidió rápidamente que debía destruir el otro barco también. El otro barco, por otro lado, no estaba preparado para enfrentar el ataque sorpresa de Hutcheson. Al final, los destruyó y tomó todo su botín en su posesión.

Después de este incidente, Hutcheson sintió que no era tan mala idea llevar a cabo un negocio del tipo "perro-come-perro". Así que puso a algunos de sus hombres en el barco pirata que capturó, reclutó a un pequeño grupo de piratas y les ordenó que merodearan por las aguas infestadas de piratas. Saquearían los barcos mercantes y otros piratas que estuvieran cargados de botín. Fue lo suficientemente inteligente como para asegurarse de que sus dos barcos no se acercaran demasiado entre sí, con sólo un espejo para comunicarse entre sí. Cuando uno de sus barcos atacaba a su objetivo, Hutcheson fingía que pasaba por allí. Ayudaba al objetivo a "atacar" a su barco pirata. Cuando llegaba el momento adecuado, se daba la vuelta y atacaba el barco al que "ayudaba".

Ese fue el momento en que Hutcheson dominó la habilidad de esquivar las balas de cañón. Muchas poderosas tripulaciones piratas de la zona perdieron con sus tácticas. Esta vez, sin embargo, Hutcheson cambió de estrategia, pero su objetivo siguió siendo el mismo. El botín no fue la única razón que motivó a Hutcheson a atacar a los Quidah. Después de varias victorias, las ambiciones de Hutcheson también se volvieron más exigentes. El dinero ya no podía satisfacer su deseo, y ahora, anhelaba que su nombre fuera conocido en toda la zona. Si lograba derrotar al legendario Quidah, seguramente sería capaz de hacerse un nombre por sí mismo.

Desafortunadamente, su deseo no fue concedido esta vez. El capitán Sam había traído un grupo de piratas de élite para abordar la Lanza de la Diosa, y se las arregló para engañar a todos con su actuación realista también. La mejor parte fue que logró que el Quidah sufriera graves daños. Sin embargo, el Quidah de alguna manera se las arregló para destruir una de sus naves y lo acorraló.