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Todo quedo en shock.

El trafico se congelo, la brisa golpeo mi corazón, mi rostro enrojecio, parecia que me encontraba en una historia de acción, por la adrenalina que senti cuando tus ojos barrieron mis ojos.

Tu iris brillante me examino, viste hasta mi cabello ponerse en mi rostro.

La luna se alojo en tus esferas de color desconocido, no podia describir quien eras, solo se que todo se paralizo.

Las extrellas cayeron, mi cabello jugaba entre la brisa, me sentia volar por tus iris brillantes, tus labios tenian una torcida sonrisa, te burlabas de mi gentileza, pero te agradaba que me interesaras... Te encantaba que removiera tus piezas de rompecabeza.

Caminaba entre la hierba con la madrugada serena, le pedia a Dios que cuidara tus iris abrillantadas, esas que por un momento llegaban a ternerme dominada, no me sentia enamorada, sin embargo hablaba con rubor al Artista de tu nombre.

Mis pies descalzos y la fria noche mientras me dejaba cargar por el Artista, sin embargo tu mano no queria soltarme, y no me molestaba tu presion en mis dedos delgados y enrojecidos por tu tacto.

No queria un corazón roto y lagrimas de mar en mis mejillas que corrieran en mi pintura labial roja, no queria enamorarme de tus iris que acariciaban a las mias.

Eso le dije al Artista.

Es que tu, chico de iris brillantes me tienes confundida, no quiero imaginarte, pero llegas como prosa refulgente quemando mis pestañas, aquellas que esconde mis iris examinadas por ti.

Cierro mis ojos, me dejo guiar por la emoción, corro con mi chaqueta de jeans descalza por la playa creada por mi Padre Pintor, mis uñas moradas se perdian en la arena mojada, escondia mi mirada de ti aun con el rostro agachado y tus iris brillantes que me perseguian por detras para examinarme.

¿Que ganas?

¿Que ganas con ruborizarme?

Disfrutas mirarme y hablarme por tus esferas de color desconocidos, disfrutas el estar lejos y observarme y ver mi rostro ponerse claro como la madrugada que sale de su escondite.

Tus iris impacta mi mirada que ruega por evadir tus ojos observantes que acusan mis iris para examinarlas y descubrir pensamientos destellantes que se ponen en el brillo de mis ojos.

Tanto diste tú, lienzo pintado por Jesús, tanto perseguistes y buscastes mis ojos, que ahora nuestros rostros se encuentran alineados, tu cabello sin tono desordenado, tu sueter que me quedaria gigante color turqueza de seda te queda interesante, de veras rima con tus iris brillantes, querido desconocido con ojos impensables.

Tanto mirarme, tanto el buscarme, me hizo perderme en el ruido de tu poco parpadear.

¿Que hare contigo, señor iris brillante?

Que hare para que me dejes de inquietar con tus incesantes ojos desconocidos.

Mejor dejemos el poema hasta aqui.

Querido chico de iris brillantes.
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MIND (COMPLETED)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora