15: Cumpleaños

9 3 2
                                    

Los primeros rayos del sol entraron por la ventana semi abierta, una agradable brisa helada corría por las calles y una escandalosa música llenaba cada espacio de la habitación. El ruido le hizo despertar casi de inmediato, pareciendo un resorte al sentarse sobre la cama y apagar la alarma previamente puesta, restregó sus ojos mientras salía de entre sus sábanas para empezar a ponerse manos a la obra. 

Arregló su habitación, o al menos una parte de ella, encendió su laptop colocándola sobre el colchón, de debajo de la cama sacó un cartel adornado con distintos colores y un mensaje muy claro en el centro <Feliz cumpleaños, Kenzie>, sonrió al verlo, recordando lo mucho que le había costado que quedara bien, había estado preparándolo desde hace una semana y aunque no fuese a estar físicamente con el pelinegro quería darle una sorpresa. Peinó sus largos cabellos rojizos que apenas y cortaba en las puntas cada mes, se sentó sobre frente a la laptop vistiendo un pullover gris e inició la video-llamada.

Esperó pacientemente a que el británico contestara y cuando vio su imagen en la pantalla levantó su obra de arte.

-¡Feliz cumpleaños, Kenzie!-exclamó el de orbes azulados-¡Happy Birthday!

El contrario sonrió ampliamente mirando encantado al mitad japonés, y es que ese chico no hacía otra cosa que enamorarlo.

-gracias, Akira-le dijo con emoción en su voz-es demasiado lindo ¿tú lo hiciste?

-sí. Todo por mi británico favorito-respondió orgulloso el pelirrojo-te lo enviaré por correo después

-me encantaría conservarlo-suspiró el pelinegro. Demasiada felicidad no le cabría-

-¿y qué tiene pensado el cumpleañero?-indagó Akira, dejando con cuidado el cartel a un lado-que sepas que no dejaré de llamarte todo el día de hoy

-mis padres me dijeron que podía pedir lo que sea puesto que cumplo mi mayoría de edad-explicó el mayor, sonriendo de lado-

-¿enserio?-el más bajo parecía maravillado-¡eso es genial! ¿y qué pediste?

-un viaje a Irlanda. Al condado de Clare-respondió de forma inocente-sabes, es una casualidad enorme que vivas allí

-¡Kenzie!-se quejó el menor, frunciendo un poco el ceño-dime que no hablas enserio

-siempre hablo enserio-contestó el británico-

-pudiste haber pedido un viaje a Disneyland, un colección de libros, un violín nuevo, clases de arte ¡¿Cómo se te ocurre?!-continuaba un indignado Akira-

-cariño, estás todo rojo-rió suavemente el pelinegro-

-no me llames cariño, no somos novios, ya te lo he dicho-el menor de cruzó de brazos-¿gastaste tu regalo para venir a verme?

-sí-respondió un sonriente Kenzie-¿algún problema?

-me siento mal por eso-admitió el irlandés-¿no había otra cosa que hubieses querido?

-lo que más quiero y deseo es verte directo a los ojos, poder abrazarte y tenerte conmigo. Tú eres mi mejor regalo, Akira-habló con dulzura el británico-

-como hablas-murmuró un sonrojado Akira-

-entonces ¿irás a verme al aeropuerto?-el de orbes grisáceos enarcó una ceja-

-claro que sí, tonto-sonrió ampliamente el menor-¿a qué hora llega tu vuelo?

-media hora-respondió el contrario con una media sonrisa-

-enserio voy a matarte Kenzie Riley-bufó el mitad japonés-¿por qué me avisas ahora? ¡Debo cambiarme!

-era una sorpresa-se excusó el más alto-

-tu concepto de cumpleaños está distorsionado-Akira se palmeó la frente-se supone que tú recibas sorpresas

-¿qué puedo decirte?-Kenzie se encogió de hombros-no hay un día específico para demostrar cuanto quieres a alguien. Además, estoy feliz con esto, no habría mejor regalo para mí que tú, ya te lo he dicho. Eres como lo mejor que me ha pasado ¿sabes?

-alguien cállelo-pidió el pelirrojo, hundiendo su rostro en una almohada-si Faith te escucha decirme todo esto querrá matarme

-lleva una bate de beisbol para hacerlo en caso de que no llegues puntual al aeropuerto-contó con diversión el británico-no conocemos el lugar, quería saber si puedes llevarnos al hotel donde están nuestras reservaciones

-lo haré, pero me pondré un casco por si acaso-suspiró Akira-iré a cambiarme, nos vemos en unos minutos

-está bien. Te quiero-dijo Kenzie-

-también te quiero-el pelirrojo sonrió sin poder evitarlo-a veces eres demasiado gay

-pero tú me sigues la corriente-Kenzie le guiñó un ojo-

Sería un gran cumpleaños.

Our storyDonde viven las historias. Descúbrelo ahora