Los primeros rayos del sol entraron por la ventana semi abierta, una agradable brisa helada corría por las calles y una escandalosa música llenaba cada espacio de la habitación. El ruido le hizo despertar casi de inmediato, pareciendo un resorte al sentarse sobre la cama y apagar la alarma previamente puesta, restregó sus ojos mientras salía de entre sus sábanas para empezar a ponerse manos a la obra.
Arregló su habitación, o al menos una parte de ella, encendió su laptop colocándola sobre el colchón, de debajo de la cama sacó un cartel adornado con distintos colores y un mensaje muy claro en el centro <Feliz cumpleaños, Kenzie>, sonrió al verlo, recordando lo mucho que le había costado que quedara bien, había estado preparándolo desde hace una semana y aunque no fuese a estar físicamente con el pelinegro quería darle una sorpresa. Peinó sus largos cabellos rojizos que apenas y cortaba en las puntas cada mes, se sentó sobre frente a la laptop vistiendo un pullover gris e inició la video-llamada.
Esperó pacientemente a que el británico contestara y cuando vio su imagen en la pantalla levantó su obra de arte.
-¡Feliz cumpleaños, Kenzie!-exclamó el de orbes azulados-¡Happy Birthday!
El contrario sonrió ampliamente mirando encantado al mitad japonés, y es que ese chico no hacía otra cosa que enamorarlo.
-gracias, Akira-le dijo con emoción en su voz-es demasiado lindo ¿tú lo hiciste?
-sí. Todo por mi británico favorito-respondió orgulloso el pelirrojo-te lo enviaré por correo después
-me encantaría conservarlo-suspiró el pelinegro. Demasiada felicidad no le cabría-
-¿y qué tiene pensado el cumpleañero?-indagó Akira, dejando con cuidado el cartel a un lado-que sepas que no dejaré de llamarte todo el día de hoy
-mis padres me dijeron que podía pedir lo que sea puesto que cumplo mi mayoría de edad-explicó el mayor, sonriendo de lado-
-¿enserio?-el más bajo parecía maravillado-¡eso es genial! ¿y qué pediste?
-un viaje a Irlanda. Al condado de Clare-respondió de forma inocente-sabes, es una casualidad enorme que vivas allí
-¡Kenzie!-se quejó el menor, frunciendo un poco el ceño-dime que no hablas enserio
-siempre hablo enserio-contestó el británico-
-pudiste haber pedido un viaje a Disneyland, un colección de libros, un violín nuevo, clases de arte ¡¿Cómo se te ocurre?!-continuaba un indignado Akira-
-cariño, estás todo rojo-rió suavemente el pelinegro-
-no me llames cariño, no somos novios, ya te lo he dicho-el menor de cruzó de brazos-¿gastaste tu regalo para venir a verme?
-sí-respondió un sonriente Kenzie-¿algún problema?
-me siento mal por eso-admitió el irlandés-¿no había otra cosa que hubieses querido?
-lo que más quiero y deseo es verte directo a los ojos, poder abrazarte y tenerte conmigo. Tú eres mi mejor regalo, Akira-habló con dulzura el británico-
-como hablas-murmuró un sonrojado Akira-
-entonces ¿irás a verme al aeropuerto?-el de orbes grisáceos enarcó una ceja-
-claro que sí, tonto-sonrió ampliamente el menor-¿a qué hora llega tu vuelo?
-media hora-respondió el contrario con una media sonrisa-
-enserio voy a matarte Kenzie Riley-bufó el mitad japonés-¿por qué me avisas ahora? ¡Debo cambiarme!
-era una sorpresa-se excusó el más alto-
-tu concepto de cumpleaños está distorsionado-Akira se palmeó la frente-se supone que tú recibas sorpresas
-¿qué puedo decirte?-Kenzie se encogió de hombros-no hay un día específico para demostrar cuanto quieres a alguien. Además, estoy feliz con esto, no habría mejor regalo para mí que tú, ya te lo he dicho. Eres como lo mejor que me ha pasado ¿sabes?
-alguien cállelo-pidió el pelirrojo, hundiendo su rostro en una almohada-si Faith te escucha decirme todo esto querrá matarme
-lleva una bate de beisbol para hacerlo en caso de que no llegues puntual al aeropuerto-contó con diversión el británico-no conocemos el lugar, quería saber si puedes llevarnos al hotel donde están nuestras reservaciones
-lo haré, pero me pondré un casco por si acaso-suspiró Akira-iré a cambiarme, nos vemos en unos minutos
-está bien. Te quiero-dijo Kenzie-
-también te quiero-el pelirrojo sonrió sin poder evitarlo-a veces eres demasiado gay
-pero tú me sigues la corriente-Kenzie le guiñó un ojo-
Sería un gran cumpleaños.
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Our story
RomanceIncluso si muchos piensan que es sólo es un amor de verano, si nuestras familias se oponen, si las distancia nos juega malas pasadas, incluso si las estrellas dejaran de brillar... Yo te seguiré amando hasta el final.