Habían pasado dos meses desde aquella despedida, desde su primer beso, desde sus promesas; era difícil tratar de sonreír cuando los recuerdos los invadían, seguir sin no pensar en la sonrisa del contrario, permanecer como normalmente lo habían hecho después de haberse flechado como ellos lo hicieron.
¿Amor a primera vista?
Sí, tal vez, y aunque Akira no creía que aquello existiera...Kenzie lo hacía suspirar como un tonto.
Muchas noches la nostalgia les invadía, las lágrimas ardían bajo sus mejillas, las palabras dichas retumbaban como un eco, muchas noches se preguntaban si de verdad podrían seguir hablando solo por mensajes y llamadas pero, al día siguiente, cuando los rayos de la mañana entraban por la ventana y un nuevo mensaje llegaba a su móvil, las penas parecían desaparecer y las sonrisas volver a reinar.
Aquella tarde en particular Akira se hallaba solo en casa, la brisa helada del otoño daba contra sus ventanas y las hojas en colores ocres volaban por las calles, poblando cada acera, otorgándole color a sus días. Con una bufanda como única prenda para mitigar el frío que hacía, y a punto de caer la noche el irlandés arreglaba su habitación, la cual bastante desordenada tenía un montón de ropa sobre su cama que no era ni medio normal.
Suspirando con pesadez decidió empezar recogiendo los libros y restos de comida del piso pero, el tono del móvil le detuvo, igual que desde hace dos meses corrió hacia al aparato a contestar y chilló con felicidad al ver que Kenzie quería hacer una video-llamada.
Se arregló los largos cabellos rojizos y contestó.
-Akira, Hola-sonrió ampliamente el británico al observar al menor a través de la pantalla-
-Hola, Kenzie ¿cómo estás?-preguntó el de orbes celeste, sentándose sobre la cama-
-atareado con tareas ¿tú qué tal?-cuestionó el pelinegro-
-tengo que arreglar mi habitación-Akira puso los ojos en blanco-
-le hace falta, hasta aquí veo ese montón de ropa-señaló el tumulto a sus espaldas-
-luego-el menor hizo ademán de poca importancia-Kenzie, te extraño
-lo sé, me lo dices tras cada llamada-sonrió burlón el británico-yo también te extraño
-el mitad japonés suspiró-sabes, he subido mis notas en la secundaria. Todos mis castigos fueron quitados
-me alegra escuchar eso, Akira-le dijo el de orbes grisáceos-sabía que podrías hacerlo, sólo debías esforzarte un poco
-sí, y justo a tiempo, he escuchado que están organizando una fiesta en casa de un compañero-contó el pelirrojo a lo que el contrario frunció el ceño-
-¿e irás?-preguntó con cierto recelo el pelinegro-
-¡por supuesto!-exclamó el pelirrojo-será divertido
-ten cuidado ¿sí?-pidió Kenzie-y...procura no beber nada
-¿ni un coctel?-Akira enarcó una ceja-
-rayos, Akira, tienes diecisiete, no tienes porqué beber-se quejó el británico luciendo molesto-
-Kenzie...-el menor bajó la mirada. Él jamás le había hablado así-
-lo siento-el más alto suspiró-lo siento, Akira. Yo...es que no soporto la idea de que bebas cuando sales, es dañino para tu salud y puede ser peligroso
-Kenzie, vivo en Irlanda-explicó suavemente el pelirrojo-Irlanda produce bebidas de ese tipo, el whisky irlandés es muy famoso. Beber no es algo tan difícil de ver aquí
-tú no tienes que hacerlo por eso-continuó el británico-
-si te quedas más tranquilo...no beberé mucho-le sonrió con ternura-sólo...un coctel y ya
-bien-asintió Kenzie, tratando de convencerse de ello-por mucho me gustaría seguir hablando contigo, tengo un montón de tarea que hacer
-siempre parezco un vago junto a ti-se quejó el pelirrojo-
-eso es porque eres muy desorganizado, bebé
-¡No me digas, bebé!-protestó con las mejillas empezando a coloreársele-
-mejor ve a terminar de limpiar tu cuarto-bufó divertido-
El mitad japonés asintió.
-te quiero, Akira-le dijo el británico, antes de colgar-
-te quiero, Kenzie...
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Our story
RomanceIncluso si muchos piensan que es sólo es un amor de verano, si nuestras familias se oponen, si las distancia nos juega malas pasadas, incluso si las estrellas dejaran de brillar... Yo te seguiré amando hasta el final.