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El ambiente de algarabía de siempre en Irlanda les recibía esa mañana de invierno, los primeros días de diciembre daban paso a las decoraciones llenas de luces y colores, a las personas llenas de vida y alegría, a las llamadas familiares y los regalos por comprar; el aire frío propio de los inicios de invierno obligaba a la gran mayoría a portar abrigos y bufandas mientras que la antes, verde y vistosa vegetación ya no existía. Pelirrojo y pelinegro se hallaban en el estudio de ballet de Carey, hoy sería el día en que Akira presentaría al británico como su novio, sin embargo, antes tuvo que ir a las clases que su tía le impartía con mayor ahínco desde que él le dijo que se instruiría en una academia de ballet en Londres.

-Akira, estira tu mano, el arabesque es una posición armónica. Estás muy rígido-regañó la mujer rubia, paseándose frente al pelirrojo-

-el irlandés suspiró frustrado-lo siento

-ve a practicar adagio, recuerda, lento y elegante. Después de eso puedes irte-señaló Carey-es todo por hoy

El de orbes azulados asintió, dirigiéndose en silencio hacia la barra, se posó de perfil frente al espejo y empezó con una serie de ejercicios que le ayudaría a tener movimientos delicados y elegantes.

-a mi criterio lo estabas haciendo bien-le comentó el pelinegro, quien se encontraba observando desde el otro lado del salón-

-cállate, no es cierto. Estaba mal, tía Carey tiene razón-dijo el pelirrojo, ignorando los pasos de su novio acercándose-

-bueno, si te ves algo tenso ¿Ocurre algo, bebé?-cuestionó el mayor, apoyándose en la barra junto al menor-

-me pone nervioso que estés mirándome mientras practico-admitió Akira sin dejar de realizar la secuencia de pasos ordenada-

-es inevitable no hacerlo, lo haces realmente bien y esos movimientos favorecen a tu cuerpo-comentó como si nada el británico-

-¡Akira!-el mitad japonesa desvió la mirada-

-¿qué?-Kenzie rió por lo bajo-te ves muy sexy con esa ropa ajustada y también te ves elegante y decidido al bailar

-eres un tonto-murmuró Akira con las mejillas encendiéndose en color carmesí-es difícil. Practicar ballet es agotador y demanda mucho compromiso y esfuerzo, tengo que obligar a mis piernas a resistir. Fue muy doloroso cuando aprendí a bailar el ballet clásico

-a mí me parece que en la academia quedarán encantados contigo, amor-Kenzie le sonrió, acercándose para acariciar la mejilla del contrario-lo haces de maravilla. Tu esfuerzo ha valido cada paso.

-gracias...-musitó el de orbes celestes, deteniendo sus movimientos para únicamente observar a su novio-pero, no es solo eso. Estoy nervioso por lo de hoy

-bebé, tranquilízate-el pelinegro dejó un casto beso sobre los labios de Akira-iremos, me presentaré como tu novio y, en el caso de que no lo acepten ¿Qué más da? En dos meses estarás viviendo conmigo en Londres.

-tienes razón-el irlandés se acercó a abrazarlo-al menos tenemos a Dexter de nuestro lado

-y a tu tía-puntuó Kenzie-así que, ve y cámbiate, cariño

Minutos después ambos salieron del estudio rumbo a la casa del menor. Los nervios del pelirrojo eran palpables incluso mayores a los del día que se presentó en casa de su novio pero, quería y necesitaba creer en las palabras de Kenzie, que todo estaría bien. Llegaron sin siquiera darse cuenta de que sus pasos los habían dirigido hacia la puerta del pelirrojo, tomando un respiro Akira tocó la puerta con suavidad.

-Akira, tranquilo-le susurró el británico-estás temblando, amor

-lo siento, lo siento-negó rápidamente el menor-es que...mi padre...no tenemos buena relación y...

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