19: Novios

6 3 0
                                    

El reloj marcaba la una de la madrugada, el clima cálido permitía dejar las ventanas abiertas aunque a veces un frío imprevisto se colara por ellas, el silencio de la noche reinaba bajo la oscuridad, tiempo en que los amantes mantenían aun largas conversaciones antes de poder permitirse viajar al mundo de los sueños.

-¿ya acabas?-preguntó el pelirrojo, acomodando su cabeza sobre la almohada-

-no, mi amor. Si tienes sueño ve a dormir por favor-le dijo el británico con dulzura impregnada en su voz-

-no tengo sueño-negó suavemente el menor-es sólo que necesitas descansar

-debo terminar este trabajo escrito-el pelinegro hizo una mueca-

-¿A qué universidad estás aplicando?-cuestionó el irlandés-

-mis padres quieren que intente en Cambridge Y Oxford-respondió con total naturalidad el más alto-

-¿estás de broma?-Akira se quedó atónito-¡Con razón has tenido tanto que hacer! ¿Es mucho trámite?

-mucho-asintió el de orbes grisáceos-exámenes que presentar, formularios que llenar, trabajos por entregar y una entrevista al final para pasar el último filtro

-¿te irás a Londres entonces?-el pelirrojo enarcó una ceja-

-no he decidido nada, bebé-explicó Kenzie-quizás busque otra universidad

-no digas tonterías. No dormir te está haciendo mucho daño, Riley-el de ojos azulados frunció el ceño-si estás haciendo todo este trámite es porque irás a una de esas universidades, te mudarás a Londres y serás el mejor graduado en Leyes

-no lo sé, hago esto porque mis padres así lo quieren-el mayor se encogió de hombros-hay muy buenas universidades en Irlanda también

-¿Qué?-el mitad irlandés abrió los ojos de golpe-No, no, no y no. No vendrás a estudiar a Irlanda y dejar esa oportunidad

-bebé, aun ni sé si me aceptaran-Kenzie le sonrió-tranquilízate

-claro que te aceptarán. Hasta tú mismo lo sabes. Veo la maldita seguridad en tus ojos, Kenzie-el de orbes celestes parecía molesto-siempre muestras seguridad en todo, eres brillante y sé que estudiarás en dónde quieras

-exacto, dónde yo quiera-puntuó el pelinegro-hay una universidad excelente en Dublín y, el viaje en coche hasta el condado de Clare es de casi tres horas. Podríamos vernos todos los fines de semana.

-¿ya estuviste investigando?-preguntó Akira, totalmente incrédulo-

-claro que sí-contestó el británico-tenía que empezar a ver por mi futuro

-el pelirrojo bufó-me haces sentir como un incompetente

-claro que no, amor-negó el de ojos grises-ya te he dicho que puedo ayudarte a escoger una carrera

-no soy bueno en cantidad de cosas-admitió el irlandés-

-el ballet se te da increíble-Kenzie sonrió, asintiendo orgulloso-y cantas muy hermoso

-lo dices porque eres mi novio-el menor le quitó importancia-bailo ballet desde los cinco gracias a que mamá me llevaba con ella al estudio de tía Carey. Después de que ella falleció dejé de ir pero, de alguna manera la persistente de mi tía logró llevarme de vuelta

-no lo digo por ser tu novio-le aseguró el más alto-realmente lo haces muy bien. ¿No has pensando en estudiar algo que te lleve a teatro o funciones? Podrías hacer presentaciones cómo lo hacía tu mamá. Dijiste que ella bailaba y actuaba, está en tus venas.

-no lo sé-suspiró Akira-no lo he pensado

-si te animas podemos buscar juntos un lugar donde te enseñen-insistió el pelinegro-en Irlanda o aquí.

-estás decidido a vivir en el mismo país que yo después del colegio ¿cierto?-el pelirrojo soltó una pequeña risa-

-lo he planeado desde hace dos meses que nos hicimos novios-declaró Kenzie, formando una mueca con sus labios-

-eres increíble-soltó con sarcasmo el irlandés-hablaremos esto después ¿sí?

-cariño, en unas semanas nos graduamos-le dijo Kenzie con total calma-no entiendo a qué se debe tu indecisión

-a nada-el pelirrojo desvió la mirada de la pantalla-

-estás mintiendo. Vamos, amor, confía en mí-le dijo el pelinegro maldiciendo el vivir tan lejos del amor de su vida, queriendo tener junto a él, abrazándolo, besándolo, escuchando todo lo que tuviese que decir mientras se perdían en su mirada, y no a través de una pantalla-

-no es nada, enserio-insistió Akira-a veces sólo me da nostalgia recordar a mamá y cuando nombraste el ballet y todo eso...Ella era increíble, Kenzie, era la mejor en lo que hacía, su cuerpo parecía que producía la música más dulce de todas, era bellísimo verla-suspiró-con suerte sería la mitad de lo que ella fue

-el pelinegro sonrió enternecido-amor, tú ya eres maravilloso y no tienes que querer ser cómo nadie. Estoy seguro que ella estaría muy orgulloso de ti, sé que lo está. Si te decidieras a bailar estoy completa y absolutamente seguro que serás el mejor, de que en ti aún vive la música de tu madre

-como hablas-murmuró el de cabellos rojizos con una pequeña sonrisa y ojos cristalizados-te quiero tanto, Kenzie

-y yo te quiero a ti, cariño. Te quiero demasiado-le dijo con suavidad el mayor-

Akira volvió a sonreír.

-creo que ya te dejaré trabajar-soltó de pronto el irlandés-ya me dio sueño

-está bien, cariño. Descansa ¿sí?-habló el de orbes grisáceos-

-tú también, tienes que dormir-Akira frunció los labios-

-prometo que dormiré enseguida-aseguró Kenzie-

-bien. Hablamos mañana-se despidió el menor-descansa

Tal vez debería intentarlo, después de todo Kenzie lo apoyaría siempre.

Our storyDonde viven las historias. Descúbrelo ahora