♧︎︎︎𝐂𝐚𝐩𝐢𝐭𝐮𝐥𝐨 𝐕𝐈𝐈-𝐏𝐞𝐬𝐚𝐝𝐢𝐥𝐥𝐚𝐬♧︎︎︎

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Casa Stilinski...

03:45 A.m.

Stiles despertó estrepitosamente, con la respiración agitada, sudor frío, ojos acuosos y muy asustado.

Otra vez estas malditas pesadillas, cuando decidió dejar de lado los accidentes cometidos por el Nogitsune, esos sueños dejaron de atormentarlo, finalmente había comprendido que la muerte de Aiden y Allison no eran culpa suya, sino más bien de esa criatura maligna que lo poseyó y provocó todo el daño.

Pero ahora venían estos nuevos y sumamente raros sueños, aunque éste último, era todavía más raro, los Centauros no existen ¿Verdad?

No.

Por supuesto que no.

Miró la hora y vió que eran las 3:46 Am, ¡Joder! Era temprano todavía, tenía tiempo para dormir.

Decidido a volver a ese sueño o a cualquier otro, intentó dormir, pero al cerrar los ojos un doloroso y sonoro gritó lo hizo casi saltar de la cama y reconocería ese grito donde fuera.

Decidido a volver a ese sueño o a cualquier otro, intentó dormir, pero al cerrar los ojos un doloroso y sonoro gritó lo hizo casi saltar de la cama y reconocería ese grito donde fuera

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Dolor.

Sufrimiento.

Muerte.

Eso es lo que se sentía en aquel campo de batalla, donde se podían apreciar cientos de cuerpos muertos, sólo 11 personas parecían estar con vida, pero se encontraban heridos y 1 de ellos parecía estar en estado de gravedad. Pues se encontraba en brazos de una persona que parecía estar llorando, mientras tanto a lo lejos, una gran bestia de 3 cabezas, similar a un dragón atacaba un enorme y antiguo, pero hermoso castillo y se podían escuchar los gritos de horror, miedo y súplica de la gente. Ignorando todo eso se acercó a donde estaban auxiliando al jóven herido para ver de quien se trataba, no le bastó acercarse tanto para verlo.

-Stiles-Dijo en forma de susurro.

No lo creía, no podía ser verdad, era él, el asesino de Allison y Aiden, por un momento pensó en irse y dejarlo morir, pero algo en él lo forzaba a quedarse, ese algo era su lobo, pidiendo ver a su mate y ayudarlo para que no le pasara nada, y tras pensarlo un momento decidió que lo mejor sería ignorarlo, no valía la pena ayudarlo si seguiría matando a gente inocente.

Dispuesto a irse comenzó a caminar en la dirección contraria a toda la escena de agonía que se estaba llevando a sus espaldas, hasta que escuchó una confesión, que en otro momento sería romántica y cursi.

-¡POR FAVOR PEQUEÑO! ¡REACCIONA!-Escuchaba que le rogaba el joven al moribundo que tenía en brazos-¡NO ME DEJES SOLO MI AMOR!
¡NO PUEDES HACERME ESTO!

Mi amor...

¿Por qué lo llamó así?

¿Por qué le está rogando que no lo deje?

𝘗𝘦𝘲𝘶𝘦𝘯̃𝘰 𝘡𝘰𝘳𝘳𝘰: 𝘌𝘭 𝘚𝘦𝘤𝘳𝘦𝘵𝘰 𝘥𝘦 𝐂𝐡𝐚𝐫𝐦𝐞𝐝Donde viven las historias. Descúbrelo ahora