Treintaisiete

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TREINTAISIETE | Fiestas aquí, sorpresas allá.

TREINTAISIETE | Fiestas aquí, sorpresas allá

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«La dejaste salir. Debía montar la tormenta para siempre».
«No permanecerá oculta. Debemos detenerla antes de que recupere sus fuerzas».

Por tres meses, Meredith soñaba prácticamente cada noche con las palabras de Halwyn y Lilith... O al menos, con lo que ella creía eran sus palabras.

La líder del Gran Aquelarre había mandado una simple, corta, nada específica carta en la que le decía que no se preocupara, que ella y Halwyn se ocuparían de atrapar a todos los criminales que escaparon de la Cacería Salvaje. También le pidió que si ocurría algo extraño en Beacon Hills no dudara en volver a contactarla y que, por favor, no tratara de hacer nada por su cuenta.

Cuando Isaac leyó dicha carta se alegró de que la bruja de mil años y el misterioso sabueso del infierno se ocuparan de todo, pero Mer no pudo sentirse igual, sentía que Lilith le ocultaba algo y quería descubrir el qué.

Durante un mes completo Mer estuvo buscando pistas que la guiaran en la dirección correcta, se mantuvo alerta por si acaso algo fuera de lo ordinario volvía a ocurrir e incluso le pidió ayuda a Liam, mas que una semana después de su encuentro con el sabueso infernal las cosas en Beacon Hills parecieron volver a la normalidad. No hubo más situaciones de animales muertos en extrañas circunstancias ni apareciendo en la escuela o el campo de lacrosse, tampoco hubo avistamientos de un hombre en llamas o una rubia con ojos brillando de morado. Fue como si de hecho nada raro hubiera sucedido en realidad.

Eventualmente, días después de que Malia regresara de Europa y ella se animara a contarle todo el asunto del que se perdió, la coyote la hizo ver que el no estar involucrada en todo ese rollo de los seres sobrenaturales que escaparon era algo bueno porque necesitaba enfocarse en sus aplicaciones para la universidad y no en un montón de criminales con habilidades especiales. Y justo eso había hecho, se enfocó en llenar las aplicaciones para las universidades con los mejores programas de historia del arte, además llenó los formularios para solicitar becas completas y se dispuso a trabajar en su ensayo, el cual decidió escribir desde cero y con una nueva perspectiva al anterior.

Aun así, con la mente ocupada pensando en su futuro el 85% del tiempo y el resto pensando en su prometido o sus amigos, Meredith comenzó a tener ese sueño recurrente que la hacía sentir culpable y angustiada, haciéndola dudar de su decisión de deslindarse del problema que la mismísima Lilith le pidió que se alejara.

—Quita esa cara —ordenó Malia de pronto.

Mer la miró ceñuda.

—¿Cuál cara?

—Esa que te delata cuando estás pensando en eso que no deberías estar pensando —pronunció, haciendo un ademán con la mano izquierda.

—Lo siento.

Steredith | Saga AW&W: ExtrasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora