TREINTAISÉIS | El fin del verano.

—Llegó hace como dos horas. Todavía no salía el sol —explicó Scott desde el otro lado de la línea tras ahogar un bostezo—. Fue tumbándose al sofá, cayó rendida. ¿Quieres que la despierte?
Stiles suspiró aliviado, acomodándose al hombro el asa de la mochila que su prometida le regaló y escondió en una de sus maletas. La última vez que había hablado con ella fue a media mañana del día anterior, cuando lo llamó para avisarle que ya no estaba en el motel e iba a pasar a desayunar algo antes de continuar con su viaje de regreso a California.
—No. No, está bien. Déjala descansar —le respondió a su cuñado—. La llamaré en la tarde.
—Okay —aceptó el lobo—. ¿Y cómo te sientes? De haber salido de aquí —esclareció.
Stiles pensó en sus palabras por un momento, sin dejar de caminar rumbo al edificio donde estaba el salón de su primera clase en el FBI.
—Por mucho tiempo pensé que iba a ser un desastre de nervios al dejar Beacon Hills, que iba a explotar en mil pedazos y solo veríamos el humo por el espejo retrovisor —confesó, aunque no era del todo un secreto—, pero va a sobrevivir sin nosotros. Va a estar bien. Nosotros vamos a estar bien, toda la manada va a estarlo —afirmó sin un rastro de duda en su interior—. Y vamos a seguir adelante, hacia cosas más grandes y mejores.
—Ojalá tengas razón.
—Scott, escucha, solo asegúrate de salir de Beacon Hills, ¿sí? Yo entiendo que tal vez creas que no puedes irte porque todo se caerá a pedazos si no estás ahí, lo que entiendo por completo —aclaró—, pero tienes que hacerlo. Tú, Mer, Isaac, Allison, Malia y Lydia tienen que salir de allí. Promete que lo harás.
—Lo prometo —le concedió y, aunque su mejor amigo no podía verlo, le sonrió.
Satisfecho con eso, Stiles optó por cambiar el tema de la conversación.
—Como sea, mi clase empieza como en cinco minutos. ¿Debería hacer todas las preguntas que tengo anotadas? ¿O sería mejor que hoy solo escuche al profesor y mañana hago las preguntas? Tal vez debería mostrar mi presentación de 101 diapositivas con todos los fallos del sistema judicial... Por cierto, ¿la recibiste? Se las mandé por e-mail como a las... ¿tres de la mañana? —dudó—. No sé, ya era tarde y yo no podía dormir. Pero me siento con mucha energía, quizá sea por los nervios del primer día.
—¿Hiciste una presentación de los fallos del sistema en una sola noche?
—No podía dormir —remarcó—. Oye, ya debo colgar. ¿Le dices a Mer que la llamo cuando salga de mi última clase?
—Claro. Suerte. Ten un gran día —le deseó animado.
—Igual ustedes —devolvió y entonces colgó la llamada.
Empujando la puerta con el hombro, Stiles entró al edificio mientras ponía el teléfono en silencio (para prevenir cualquier interrupción de su primera clase) y se lo guardó en el bolsillo derecho del pantalón a la par en que empezaba a subir las escaleras en caracol ubicadas a tan solo un par de metros de la entrada.
Se cambió la mochila al hombro derecho, echando un breve vistazo hacia arriba para mirar el extraño diseño del techo, luego optó por subir de dos en dos los escalones restantes, ansioso por llegar a su salón de clases. En el descanso que llevaba directo a un pasillo no muy estrecho ni muy angosto, se detuvo para apreciar el sello del FBI pintado en el suelo; las palabras "división de justicia de los Estados Unidos de América" estaban dispuestas alrededor de un águila con las alas abiertas, rodeada por seis estrellas amarillas y un listón en el que se leían tres simples pero muy importantes palabras.
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Steredith | Saga AW&W: Extras
RomanceEn donde les doy un vistazo más profundo a la relación de Stiles y Mer, además de llenar algunos huecos en la trama de la saga. [I M P O R T A N T E]: • Dividido en secciones para evitar spoilers. Prohibida la copia parcial o total de esta obra. Dil...