En donde les doy un vistazo más profundo a la relación de Stiles y Mer, además de llenar algunos huecos en la trama de la saga.
[I M P O R T A N T E]:
• Dividido en secciones para evitar spoilers.
Prohibida la copia parcial o total de esta obra. Dil...
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Stiles se hallaba recostado en la cama, con los brazos cruzados debajo de su cabeza y los ojos cerrados, oyendo los ridículos diálogos de la película de terror de bajo presupuesto transmitiéndose en la televisión. Entretanto, Mer estaba sentada sobre él, aplicándole una mascarilla en la cara. Toda la semana le pidió que la dejara aplicarle sus productos de skin-care hasta que finalmente accedió.
—Listo, amor —pronunció ella en tono satisfecho, estirando el brazo para dejar sobre el buró la brocha con la que le había aplicado la mascarilla y viendo la hora en la alarma digital—. Puedes abrir los ojos —añadió, recostándose sobre su pecho, apoyando el mentón en sus propios brazos para no mancharle la camiseta con la mascarilla que se había aplicado ella misma unos minutos atrás.
Stiles abrió primero un ojo y luego el otro.
—No siento la cara —se quejó, apenas moviendo los labios un poco.
—¿No la sientes? —repitió divertida. Desde que le empezó a aplicar los productos se la pasó diciendo eso de que no sentía la cara.
—Okay, si la siento... toda entumida —volvió a quejarse—. Es como si hubiera metido la cara en cemento.
—Eres un exagerado —le dijo sonriente, meneando un par de veces la cabeza.
—¿Cómo aguantas esta cosa por veinte minutos? O mejor aún, ¿cómo puedes sonreír con esta cosa puesta?
—La práctica, supongo.
—¿Para qué dijiste que es?
—Para transformarte en Chris Pine —bromeó, riéndose cuando lo vio virar los ojos y bufar ruidoso.
—Tu obsesión con ese sujeto me está matando.
—Oye, tu tienes algo por Jennifer Aniston y yo no digo nada —replicó animada, sin quitar la sonrisa de su boca.
—Yo solo dije que era mi crush cuando tenía seis años —le recordó, colocando las manos en sus muslos descubiertos—. Tú eres la que a cada rato está babeando por tu adorado Chris Pine.
—El único hombre por el que babeo eres tú —bisbisó Mer, lanzándole un beso y guiñándole un ojo a la par en que se enderezaba para volver a estar sentada.
Stiles intentó sonreír, pero la mascarilla le hacía sentir que la piel de la cara se le había endurecido, así que solo le devolvió el guiño antes de decir:
—Y tú eres la única mujer por la que yo babeo.
—Lo sé, siempre que estamos juntos tengo que cargar con una cubeta —apenas dijo eso, Mer se rió.
—Si no fuera por esta cosa —Stiles señaló la mascarilla en su rostro—, verías lo ofendido que estoy justo ahora de que no se me ocurriera esa línea a mí.
