Seis

2.3K 176 5
                                    

SEIS | Fiesta alocada.

Stiles estacionó el Jeep frente a la casa de Lydia, apagó el motor y volteó a ver a su novia, quien tecleaba un mensaje de texto en su teléfono celular

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.




Stiles estacionó el Jeep frente a la casa de Lydia, apagó el motor y volteó a ver a su novia, quien tecleaba un mensaje de texto en su teléfono celular.

—Entonces, ¿de quién dices que es la fiesta? —le preguntó, girándose un poco hacia ella.

—Un amigo de Brad —expuso Mer, terminando de escribir el mensaje de texto y presionando el botón para enviarlo.

—¿Quién es Brad? —cuestionó Scott sin mucho interés desde el asiento trasero.

—Un chico que conoció a principios del verano en la cafetería del centro —respondió su hermana, quitándose el cinturón de seguridad.

—¿Es el mismo que nos topamos el fin de semana en el IHOP? —curioseó Stiles.

—No, ese era Chad, el que estudia en Devenford Prep. Brad acaba de graduarse de Beacon High —explicó la castaña.

—Chad, Brad... —Stiles masculló, un tanto confundido—. ¿Por qué está saliendo con chicos que tienen casi el mismo nombre?

—Lo dices como si ella hubiera sabido cuáles eran sus nombres cuando los puso en su mira —respondió Mer en tono risueño; Stiles hizo una mueca, dándole la razón.

—Yo creo que una mejor pregunta es: ¿por qué todos tienen cierto parecido con Jackson? —manifestó Scott.

Mer abrió la boca pero nada salió de ésta. No tenía una respuesta para ello. Un segundo más tarde, la chica salió del vehículo para recibir a su mejor amiga con un entusiasmado abrazo, las dos lucían tan felices de verse, era como si no hubieran salido de compras esa misma mañana.

—¿Por qué las chicas siempre se saludan como si no se hubieran visto en un siglo? —inquirió Stiles, sumamente perplejo.

—Ni idea, pero es muy raro —masculló Scott—. En especial si consideras que apenas hace unos meses, Meredith odiaba a Lydia y parecía que ella también la odiaba.

—Sí, pero la odiaba porque yo estaba obsesionado con ella —le recordó Stiles, mirándolo por el espejo retrovisor, su rostro adquiriendo la expresión de una epifanía—. Esos eran celos. Mer estaba celosa de Lydia, ¿verdad?

Scott no tuvo tiempo siquiera de abrir la boca para darle una respuesta a su mejor amigo cuando la puerta del pasajero fue abierta y su hermana menor movió el asiento para que así Lydia pudiese subir y sentarse a su lado.

—Hola, hola chicos —los saludó la pelirroja con alegría.

—Hola, Lydia —la saludaron ellos devuelta, a unísono.

Stiles esperó a que su novia se acomodara en su lugar, cerrara la puerta y se pusiera el cinturón de seguridad antes de encender el motor. Una melodía pop resonando por lo bajo a través de los altavoces.

Steredith | Saga AW&W: ExtrasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora