Imaginas De Thomas Brodie-Sangster ©

"Newt III"

Gally seguía molesto, habían pasado ya dos meses desde lo ocurrido en la sala de juntas, Newt había cumplido su palabra, alguien había estado durmiendo unas noches contigo.
Sartén. A Newt no le agrado la idea ya que el se había ofrecido primero pero Alby no lo dejo, dijo que eso solo haría crecer más el disgusto del resto de los larchos hacia ti y daba paso a el rumor que aún seguía en el aire que ustedes estaban juntos.

-A menos que no sea un rumor...-- Alby miró a Newt, se le veía incómodo con la repentina charla "parental". Newt no acepto ni rechazo la idea de Alby sobre Sartén. Pero de lo segundo, solo en ese instante noto lo que estaba frente a sus narices.

Extraoficialmente Newt se quedó un par de noches cerca de ti, con Sartén vigilando que Alby no lo descubriera en lo que a Newt se le pasaba su capricho de cuidarte. Podía parecer incluso hasta una relación filial, más de un hermano preocupándose por su hermana, pero tanto el como tú, sabían que no iba del todo el camino por ahí.

Habían descubierto en los últimos meses que se llevaban más bien de lo que esperaban, y que aunque no recordarán nada de su pasado, tenían un buen rato de charlas sobre cómo pudo haber sido, y porque estaban allí. Curiosamente, sus personalidades encajaban perfecto, había veces que no necesitabas decir nada, ni Newt y eso les fascinaba, solo disfrutaban la compañía del otro, no preguntas, no responsabilidades, solo ustedes. Fue entonces cuando surgió tu duda. ¿Cuando empezo a ser un "nosotros" su amistad?

No paso mucho tiempo para que Alby descubriera que Newt estaba sacando su lado amable, incluso un lado suave de su personalidad que casi nunca había podido reconocer en el tiempo que llevaban ahí. Y lo más curioso es que lo sacaba contigo y lo hacia inconscientemente casi todo el tiempo con sus más allegados.

Tenía que olvidarse de niñerías y hacer de tripas corazón, el área no era un buen lugar para distracciones que no fueran el trabajo o la fiesta mensual de bienvenida de los novatos. No debía. No podía permitirse ese sentimiento que empezaba a nacer de el, casi sin percatarse. Y menos con la única chica que conocía y quien posiblemente podía ver ahora su carga emocional despues de esa noche en el laberinto. Claro que le apreciaba por poder haber entablado una relación amistosa, pero no podia seguir así.

Ese mes llegaba uno nuevo, se escuchaban gritos de la caja con el repentino y común sonido de los engranes y la alarma, todos estaban empezando sus actividades, y tú junto a un pequeño grupo de corredores estaban terminando de alistar unas cosas para ir al laberinto.

Casi todos en el área corrieron a rodear la caja, a ver quién sería el nuevito ese mes. Minho y tú permanecieron cerca de las puertas hablando de que secciones irían a ver ese día. La caja subió unos minutos después del murmuro y la risa de todos los que estaban junto a la caja, escuchaste la risa de Newt.

-¡Tenemos un corredor!

Era un chico castaño, corría como tú el primer día, pero a diferencia de ti se había tropezado unos metros más adelante de su origen, le pegaste con tu mano en el pecho a Minho quien seguía viendo el laberinto, el pelinegro sonrió y te miró, sabías lo que significaba.

El chico se levantó aturdido, estaba sudando frío, podías verlo por el sol que daba en su piel. Te acercaste a paso normal a el nuevo. Justo cuando estabas a sus espaldas hablaste.

-Hola novato--- dijiste con una sonrisa en tu rostro. Tus ojos estaban un poco cegados por el sol pero aún así pudiste ver su cara de asombro en sus ojos--- ¿Que tal el viaje?

-¿Dónde estoy?¿Que es esto?--- su labio temblaba.

-Relajate, mi bienvenida fue peor---- te destapaste un poco tu brazo, justo ahí donde había quedado una marca del empujón de Newt que ahora había quedado como cicatriz algo llamativa.--- Me llamo _________, bienvenido al área.