Imaginas De Thomas Brodie-Sangster ©

"Daño"

-Llegue--- dijiste en voz baja olvidando por completo lo que había ocurrido un par de noches atrás.

El departamento de Thomas estaba en total silencio, tu mejor amigo nunca había sido de estar en su casa todo el tiempo, sin duda estaría visitando a alguno de sus otros amigos o amigas, o tal vez atendiendo sus pendientes personales.

Te quedaste estática en el tapete de la puerta, sus palabras seguían rondando en tu cabeza, eran adultos, pero eso no significaba que no les hubiera caído como bomba las confesiones que se hicieron ebrios. Tu mente seguía intentando desmenuzar poco a poco todo. Thomas te amaba, te había comprado un precioso y delicado anillo para saltar la etapa del noviazgo e ir directo a algo más serio.

Pero ¿Cómo se suponía que tenías que tomar ese gesto? Era verdad que estuviste muchos años loca por el, pero al pasar el tiempo tuviste que hacerte la idea de que nunca serían más que amigos,fue duro y difícil para ti pero al final lo habías conseguido, por su parte él lo dejaba claro en sus acciones incluso Thomas había tenido varias novias y las había llevado a el departamento que compartían a dormir en varias ocasiones.

Nada los había preparado a ninguno de los dos ,ni to o ni sol con cambios repentinos de ambos. Pero es que que podían esperar después de semejante momento. Tus manos habían temblado y tú corazón se paró cuando Thomas hizo la pregunta "¿Te quieres casar conmigo?" Argumentos poco rigurosos habían salido de tu boca, muy torpes, que si bien te había dolido decirlos, para el escucharlos había sido como si le enterraran mil agujas en su cuerpo a la vez.

La confianza de lo que ya era su amistad bastante descompuesta se configuro en el final de ella con la desición que permitió que todo se viniera abajo "no" , así de simple.

Dejaste tu llaves sobre la mesita de la sala y te detubiste a mirar el piso del  recibidor, había correo acumulado, Thomas no había tenido el más mínimo interés en recogerlo.

Tomaste el puñado de cartas y las dejaste sobre la mesa. Tus ojos seguían picando, habías ido a recoger algunas maletas de ropa, despues del pequeño gran desastre llegaste a la obvia desición que no podrían seguir viviendo juntos por lo que había ocurrido, y de inmediato habías buscado por todos lados un sitio para rentar, aunque fuera lo más sencillo por el momento, pero que te sacará lo más rápido debajo del techo de Thomas.

Te sentaste en el sillón y bajaste la vista, tus manos fueron a tu pelo que recogiste hacia atrás de forma desordenada, ahí seguía la mancha de la bebida que Thomas había comprado para esa ocasión especial, donde se suponía que todo debía ser felicidad y amor, ahora solo quedaban lágrimas, y manchas de un vino ridículamente caro en la alfombra beige.

Negaste suavemente recordando lo dura que habías sido con el, no era justo, era un buen chico y sin duda se merecía a alguien mejor que tú.

-Eres una egoísta.

Giraste rápido tu cabeza hacia las escaleras, así que si estaba en casa.
Venía en la ropa de hace dos noches, en su rostro se podía ver un poco de barba crecida, pero solo un poco, Thomas odiaba no estar rasurado, era a lo que más atención le daba a su persona, pero nada le podía importar más ahora que su corazón roto. Dolía y le quemaba cada palabra que habías dicho, como si estás se hubieran quedado tatuadas con veneno en su piel para siempre y tu presencia ahí solo era como arrojarle alcohol a sus heridas, frescas, punzantes, ardían aún.

-¿Cómo te atreves a venir después de todo?---- se acercó a paso violento hacia ti, eso te hubiera asustado, pero no fue así, viste sus ojeras y sus ojos hinchados por las lágrimas, sentiste como tú pecho se comprimia ante su estado.

-Por si lo olvidas, yo también vivo aquí.---- contestaste cansada despues de un largo suspiro.

-Oh ¿De verdad? Porque no me pareció así en los últimos días. ¿Por qué mejor no vuelves con cualquiera que te hayas ido a meter? Zorr