Genya iba de camino hacia la finca del pilar, de lejos se podría ver el techo de su casa, pero algo le extraño, se veía una fina línea de humo saliendo de entre los ladrillos, de entre todos los escenarios posibles, se imaginaba el peor.
Llegó a la casa agotado después de haber corrido lo más rápido que sus piernas podían, con la respiración irregular y entrecortada. Entró siguiendo el fuerte olor del humo, el cual le dirigía a la cocina, casi cayéndose al haberse resbalado por su velocidad al andar.
Muichiro le miró sorprendido, no se esperaba su visita, y menos de esa manera, el horno estaba abierto y en su mano tenía un plato con un pastel.
-¿Ha pasado algo?, se te ve nervioso, Genya suspiró aliviado, se acercó al menor y le abrazo, relajándose, este le acarició el pelo confundido, igualmente le gustaba sentir esos brazos rodearle.
-¿Quieres pastel?, Genya tragó saliva, odiaba ser tan débil ante la dulce mirada de su pareja, no podría decirle que no aunque muriese envenenado. Su pareja tenía muchas virtudes, pero cocinar no era una.
-Cla-claro, el pilar sonrió, preparado para cortar un trozo para su usual invitado.
Este se sentó en una mesa baja cerca de Muichiro, le veía concentrado, intentado cortar un trozo perfecto, se lo llevo, lucía emocionado aunque no estuviese sonriendo.
- Que aproveche, dijo acomodándose a su lado, Genya asintió y miró el pastel con miedo, estaba quemado, se suponía que era de vainilla pero parecía chocolate negro, vio al menor comer a gusto, parecía que le gustaba, y eso era lo que más le extrañaba, suspiró y se metió un trozo a la boca, no mordió, simplemente tragó, y igual que se veía y olía, sabía horrible, estaba a punto de vomitar pero fingió que era una delicia, y no era delicado con la comida, pero eso no era normal.
-O-oye, ¿y si te cocinase algo yo?, me suele preparar cosas así que... , el cicatrizado estaba seguro de que comer puro quemado no sería sano, prefería que comiese algo... menos echo.
-Pero hay pastel, dijo ladeando la cabeza, Genya no podía pensar en una excusa.
- Yo he probado tu pastel, a cambio tú probarás un postre mío, Muichiro le miró y sonrió dulcemente.
-Seguro que te sale genial, Genya se sonrojó, no podía con ese tipo de sonrisas que no se iban de su mente, se clavaban en su débil corazón como flechas, y le gustaban, las amaba, cada una de ellas, porque además,eso significaba que estaba feliz, y eso era lo que más quería para Muichiro, su alegría.
El rapado había ido las suficientes veces a la casa del pilar y había cocinado tanto para este que ya sabía dónde estaban todos los ingredientes, no tenía mucha imaginación así que hizo algo que a Muichiro le gustase seguro, pastel de manzana.
El más bajo miraba como cocinaba, se levantó y se acercó.
-¿Te puedo ayudar?, dijo jalando de su manga, Genya se ruborizó y asintió mirando al suelo.
Ante esta imagen no pensó en lo que acababa de hacer, tendría que estar observando lo que hacía su pareja para que no quemase nada.
Muichiro cortaba la manzana en trozos de pequeño tamaño mientas Genya hacía la masa, el cicatrizado siempre se cortaba así que esa vez fue el pilar el quien no le dejó hacer algo.
El delantal del menor se había desatado solo que no lo había notado, el rapado se acercó por la espalda sin que le viese, le abrazó por la espalda, atándole la prenda por la cintura, mientras anudaba en un lazo le besaba el cuello, dejando pequeñas marcas, Muichiro se ruborizó, balbuceando, totalmente avergonzado.
-Ge-Genya, el chico terminó su lazo, besó la mejilla del chico haciéndole reír.
-Te quiero, el menor sonrió con los ojos cerrados.
-Yo también.
Genya metió el pastel en el horno, el lo vigilaría ya que su el otro no le transmitía la suficiente confianza como para que lo cuidase, ya que según él, cuánto más tiempo este en el horno mejor. Mientras recogía la cocina le pidió que hiciese una crema para decorar el pastel, acepto encantado ya que quería ayudarle lo máximo posible.
El pilar revolvió un poco la mezcla en un bol, no se dio cuenta de la fuerza que usaba y el líquido parte del líquido salió volando, manchándole la cara y la ropa, creía que era el único sucio, pero al ver a Genya se dio cuenta de que este estaba mucho peor.
-Ha-ha salido disparado, se excusó. Genya río un poco, no se enfadaría por ese tipo de cosas, si fuese Inosuke o Zenitsu seguramente lo haría, pero Muichiro era su debilidad, algo injusto, pero se lo había ganado.
El pilar le quitó el trapo de la mano con la cual se iba a limpiar su rostro lleno de crema, se puso de puntillas y tiró un poco los hombros del mayor, para que quedase más cerca de su altura, sacó la lengua y lamió los mofletes del contrario, quedándose con la crema en sus papilas.
Se relamió y miró el rostro del chico, más rojo que un tomate y con los ojos en blanco, como solía tenerlos cuando se ponía muy nervioso, le gustó esta reacción, por lo que siguió pasando su lengua por la piel de este, desde sus cicatriz, donde iba con más cuidado y cariño, hasta la nariz, donde tocó la punta juguetón.
Le robó un beso, donde él iba al mando debido a que Genya estaba con la mente en blanco ante tantas provocaciones.
Se separó y se rio ante la expresión contraria, el chico avergonzado apoyó su cabeza en el hombro del más bajo para ocultar su rostro mientras unía juntaban sus manos.
Le besó la cabeza, ya que la tenía cerca, el rapado ciertamente estaba al borde de un ataque de diabetes.
El pastel se les quemó pero no les importó mucho, preferían esos momentos juntos, y las risas que conllevaba.
Ya se acabaron las vacaciones :,D, seguramente tendré que escribir un cap cada dos día lo siento 😔,igual espero que les haya gustado qwq
Gracias por leer!💕💕
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