3. Miradas indiscretas

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Los días antes de la clasificación pasaron en menos de lo que esperábamos y aunque mi interés no era el mismo que el de Brandon y sus amigos no falte a ningún entrenamiento e incluso me quede a practicar fuera del horario.

    El equipo era bueno, habíamos entrenado, la técnica, la destreza, las habilidades individuales y las grupales, funcionábamos bien como equipo pese a la tensión que había con Manuel.

    La semana de clasificación estaba por concluir y hoy se escogerían los cuatro equipos que participarían en el torneo representado a la Zona Sur y nosotros hacíamos parte de esos finalistas.

    Había competidores muy buenos, pero como siempre los nervios podían jugar en contra de cualquiera.

    Desde donde estaba me encargaba de detallar los combates de mis posibles adversarios buscando formas de aprovechar sus debilidades. Hasta el momento Manuel y yo no habíamos perdido y gracias a ello éramos uno de los equipos que encabezaba la lista y teníamos muchas posibilidades de clasificar.

    Daniel y Brandon se habían mantenido fuertes en sus combates, pero habían perdido algunos por no prestar atención a sus contrincantes.

    — Espero que pasemos.

    Él jugaba con sus pies como siempre hacia cuando estaba nervioso y miraba cada tres segundos la pantalla sabiendo que él era el siguiente. Tomé su mano para tranquilizarlo y cuando su nombre se escuchó por los altavoces lo alenté para que fuera.

    Seguí todo su combate y me alegre cuando gano, él había usado una técnica que le enseñe y me alegraba el doble saber que la había tenido en cuenta. Brandon había sido el último en enfrentarse en esta fase y después de un cuarto de hora se mostraron los equipos que irían a la última prueba y como lo esperaba estábamos allí.

    Nuestro puntaje era bastante bueno y el individual para Manuel y para mí también estaba en el top cinco. Se avisó a los integrantes de los equipos que habían pasado que desactivaran su piedra Elemind, pues no la necesitaríamos porque la última fase era la prueba de combate cuerpo a cuerpo.

    Este tipo de prueba era la principal dificultad de la mayoría de los participantes, pero no estaba preocupada, tanto Manuel como yo éramos muy buenos, pese a eso, los chicos se inquietaban un poco. Les dije que si lograban ganar uno de los tres combates exigidos podríamos clasificar y les asegure que no era tan difícil.

    Esta última fase fue la más rápida, las arenas eran más numerosas y en la mayoría de los casos los combates acababan antes de los 12 minutos establecidos. En nuestro equipo ya todos habíamos hecho dos combates, Brandon, Manuel y yo habíamos ganado los dos y Daniel uno, pero éramos segundos en la lista grupal.

    Un chico rubio entro al campo vestido casual, pero su vestimenta no fue lo que había llamado mi atención, ni tampoco que no tuviese pinta de reportero o fanático, yo lo conocía de algún lugar.

    — Es impresionante lo sé. Intervino Brandon, sabiendo que estaba observándolo

     — Fue la primera persona desde hace décadas en ganar el Diamante de equipo y la nominación de Diamante de Fuego 7 el mismo año. Dijo Daniel exagerando su tomo.

    Por supuesto ya sabía quién era, es uno de los mejores Elemind de la actualidad o el mejor para muchos, participo cuatro veces en el torneo y siempre represento el elemento fuego. En su segundo año su equipo obtuvo el Ave, en el tercero la Corona y él llego a nominación Diamante de Fuego.

    El año pasado llevo a su equipo a la máxima victoria y repitió su logro del año anterior ganando un doble Diamante (grupal e individual) un acontecimiento que desde hace mucho no sucedía.

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