16. Sin aliento

7 6 3
                                    

Acompañe a Brandon a la pelea de Daniel porque el ultimo estaba nervioso por su enfrentamiento, sus combates individuales no habían sido limpios y en el reto grupal de ayer había obtenido una posición regular por lo que corría el riesgo de quedar eliminado.

Su enfrentamiento seria con un chico cuyos golpes eran fuertes al igual que su resistencia, pero todos tenía un punto débil y ese eran sus pies. Al entrar lo vi hablando con Connor y no pude evitar escucharlos mientras me dejaba guiar por Brandon y sus amigos. Hablaban del enfrentamiento, puntos débiles de Daniel, aspectos que él tenía que cuidar mientras peleaba y adelantarse a sus ataques.

Se dio el aviso para que los participantes tomaran su posición y comenzaran el duelo, el moreno camino en dirección a la arena, pero lo detuve antes de que llegara.

— Usa el movimiento que haces con el brazo antes de atacar para confundirlo y concéntrate en sus pies. Me agradeció y vi cómo se tranquilizó al subir, sentí la mirada de Connor sobre mí y le sonreí de vuelta.

La pelea comenzó con ataques simples y fue subiendo el nivel a medida que los golpes eran más fuertes, sonreí cuando se anunció el primer punto, Daniel había hecho lo que dije y había logrado sorprenderlo, ambos volvieron a sus posiciones y se enfrentaron nuevamente dando como resultado el que quería.

Bajo feliz y abrazo a sus amigos, había obtenido una victoria limpia, la primera de esta fase, volví a sentir la mirada de Connor sobre mí y como de costumbre conectamos miradas, hasta que Daniel se interpuso entre los dos abrazándome mientras agradecía mis consejos y cuando me soltó volví a buscar al rubio, pero ya se había ido.

***

El estrés obligaba a los participantes a respetar sus horas de sueño y los incitaba a entrenar siempre que no estaba comiendo o peleando por un lugar en los primero diez, lo que daba como resultado una sala de entrenamiento vacía a media noche.

Había ganado todos mis combates y aunque mi posición en el último enfrentamiento grupal había sido el cuarto estaba segura de que no sería eliminada, pero quería entrenar para no oxidarme. Sentí la puerta abrirse y voltee a ver quién sería el otro demente que vendría a entrenar además de mí.

— No sabía que entrenaras a esta hora. Exagere mi tono y lo mire curiosa.

— No lo hago, solo pasaba y note que eras tu. Se dio cuenta que me estaba costando ajustar los guantes a mi medida y se ofreció ayudarme. Seguí sus movimientos y sonreí por la forma en la que hizo los lazos.

— Mi hermano lo hacía de la misma forma. El chico frunció el ceño y me miro interrogante.

— Creí que no tenías hermanos. Mordí el interior de mi mejilla y me golpeé mentalmente por esa equivocación.

— En realidad es un primo, pero nos criamos como hermanos. Dije sin prestarle atención y pareció creerme porque dejo de hacer preguntas. Hablamos por un rato más hasta que decidió irse y yo volví a entrenar.

La puerta volvió abrirse y cuando pensé que era Manuel de nuevo fui sorprendida por Connor quien me sonrió mientras dejaba sus cosas y se quitaba su chaqueta dejando al descubierto sus brazos, se veía tan relajo muy diferente a hace unas horas.

Seguí practicando mis patadas ignorándolo por completo, pero se me hizo imposible seguir haciéndolo cuando se paró a mi lado sin permiso.

— Si no llevaras tu pierna tan alto podridas intensificar la fuerza de la patada, de esa forma el golpe sería más efectivo.

Sonreí al escuchar esas palabras, no era la primera vez que me lo decían y seguramente tampoco sería la última, desde niña mis patadas siempre fueron altas porque yo era pequeña.

ElemindDonde viven las historias. Descúbrelo ahora