Jugaba con las frutas de mi yogur y mientras esperaba a los demás, pensaba en lo que podía haber tras esa puerta, desde ese día había pasado un par de veces y siempre había escuchado a los técnicos entrar y después un vacío que solo era llenado con la voz de una persona.
También había prestado atención a como abrían la puerta y concluí que solo podía ser abierta desde adentro dando certeza a mi suposición de que siempre había alguien de guardia. Mi padre siempre fue muy cerrado con nosotros y misteriosos en todas sus cosas por lo que no me sorprendía.
Manuel se sentó al frente, su pie se movía dando toques constantes en el suelo, una actitud que solía tener cuando estaba nervioso y me recordó a mi hermano. Sabía que estaba alterado y también, que nunca me lo admitiría.
Nuestro equipo estaba entre los diez mejores y hacíamos parte de los últimos en enfrentarse, no había forma de que quedáramos en los últimos cuatro y fuéramos eliminados.
— Mañana es el día del corte deberías estar entrenando, tenemos un buen nivel, pero todo puede cambien con solo un enfrentamiento. Sonreí divertida.
Brandon y Daniel también estaban nerviosos, pero todos sabían que no era posible quedar descalificados, su preocupación era otra, uno de los cuatro equipos con los que nos enfrentaríamos era el de Connor.
Durante toda la fase Connor había tenido una racha de puntajes perfectos en cada combate individual y había ganado todos sus grupales, su equipo encabezaba la lista, pero su promedio no era tan diferente del segundo y tercer puesto, un error podría hacerlo caer.
— ¿Te parezco gracioso? Lo mire con una sonrisa inocente.
— ¿|Estas así por los puntajes o por el enfrentamiento con el equipo campeón?... e independientemente de cuál sea tu respuesta déjame decirte que estar nervioso no te ayudara.
Los chicos se unieron a nosotros, aunque hubiese preferido que no, ya que no soportaba a Manuel y tenerlos a los tres juntos en ese estado me sacaría de quicio. Salí para caminar a pesar de que los chicos querían que me quedara para hablar de estrategia.
Llegué al jardín donde me había quedado dormida, me pareció ver a alguien y al acercarme me encontré con Connor recostado en el mismo árbol donde yo lo estuve la otra vez. La serenidad y la paz que lo rodeaban me hacían creer que dormía, pensé en irme, pero no podía dejar de verlo.
— ¿Te gusta lo que ves? Su voz me había asustado. Sabía que mirarlo no era un delito, sin embargo, me había dado la vuelta para evitar que me viera, nunca había hecho algo así y me regañe mil veces por ello.
Sentí cuando se levantó y se puso atrás de mí, respiré profundo y volví a darme la vuelta para enfrentarlo.
— No te culpo de estar nerviosa, cualquiera lo estaría si supiera que se enfrentaría en mi contra, a menos que exista otra razón. Mis nervios se esfumaron y ahora era yo quien lo miraba con predominio.
— Si alguien debe estar nervioso eres tú. No pareció entender y me deleite con su confusión, él era bueno en cada aspecto que estuviese en relación con los combates y las entrevistas, sin embargo, era tan inocente si no podía ver la realidad.
— Cuando estas en la cima solo puedes caer, no salir primero podría costarle caro a tu racha y no solo eso, tu ego será afectado.
Se quedo mirando el suelo pensativo y después dirigió su mirada a la mía, la mantuvo por unos segundos para volverla a bajar al suelo y negar con su cabeza. Creí que mis ojos me engañaban cuando lo vi dudar, pero en breves segundos sonrió con arrogancia.
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Elemind
Science FictionPocos saben lo que quieren y como conseguirlo, él es una de esas personas y no tiene problema en aplastar a quienes lo rodeaban con tal de cumplir sus objetivos. Esa era la razón por la que ella decidió alejarse... y por la que le tenía tanto miedo...