Elemind

24. Puedo explicarlo

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    Desperté aturdida con la cabeza punzante como si hubiese sido golpeada con un tubo de hierro varias veces, a mi alrededor solo había oscuridad y de pronto las luces fueron encendidas, cubrí mis ojos con mis manos hasta que pude acostumbrarme a la nueva iluminación.

    Estaba en una habitación blanca como las de los hospitales, camine desorienta hasta que encontré mi reflejo en una pared, mi rostro era el mismo pero mi cabello y ojos eran oscuros como cuando era pequeña, como si el cambio de mis ojos nunca hubiese ocurrido y nunca hubiese sido obligada de cambiar mi cabello para fingir ser otra persona.

    Escuché que me llamaron por mi verdadero nombre y seguí la voz poco familiar por el pasillo que aprecio frente a mí, por cada paso que daba la voz de hacía más distante hasta que un grito me saco de mi trance y me hizo girar.

    Un cuerpo yacía a lo lejos, desde donde estaba parecía ser una mujer con las mismas características que yo, incluso llegue a pensar que era mi cuerpo el que estaba en el suelo y mi alma lo miraba, pero a medida que me acercaba este iba cambiando a uno más grande y con cabello más corto.

    Me acerque y voltee el cuerpo, ahogue un grito al darme cuenta de que era mi hermano, su cabello era negro y sus ojos abiertos me asustaron. Por más que lo sacudía no reaccionaba, pero si tenía pulso y seguía respirando.

    Tenía marcas en su cuello parecidas a inyecciones dejadas a la fuerza, sentí como alguien paso a mis espaldas y me tope con una sombra que me miraba desde atrás, solo veía sus manos llenas de pequeños tubos y jeringas.

    Volteé con la intención de arrastrar el cuerpo de mi hermano y sacarlo de aquí, sin embargo, ya no estaba y la sombra parecía mirarme como un depredador a su presa, me quedé congelada cuando le quito el plástico a lo que tenía en sus manos y mostró la larga aguja. Dio un paso hacia mí y se me puso la piel de gallina con la idea de que eso fue quien lastimo a mi hermano.

   Le exigí que me dijera donde estaba, pero no obtuve respuesta, y se acercó a mí, me tomo por el brazo lanzándome al suelo y dijo que era mi turno.

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    Desperté entre las sombras de mi habitación alterada, el corazón bombeaba mi sangre con tanta fuerza que temí que hiciera un agujero en mi caja torácica y saliera disparado de mi pecho.

    Había sido una pesadilla, nada era real lo sabía, pero tranquilizarme me estaba costando, no dejaba de temblar y mis manos sudaban por los nervios, mire por la ventana, el sol aun no salía por lo que los rayos no habían comenzado a entrar a la habitación.

    Suspire y me levante al baño, recibí un mensaje de mi hermano avisándome que me esperaría en el comedor, pero no le conteste y seguí haciendo mis cosas.

    Me negué a aceptar la idea de que papá quisiera lastimarnos y me pregunte si la sombra de mi sueño era una mala broma de mi subconsciente haciendo una referencia de él. Es cierto que nuestra relación nunca fue la mejor, pero muy dentro de mi quería creer que nos protegería de todo. Por supuesto me sentía una tonta al creer eso.

    Quizás si lo era.

    Mire mi reflejo por unos segundos y después salí del baño, pase por el aro para cambiarme y seguí mi camino hasta el comedor, mañana comenzarían los enfrentamientos de la última fase y todos se habían despertado a primera hora para comenzar sus entrenamientos por lo que el comedor estaba lleno.

    Pase cerca de la mesa donde estaban los chicos y los cuatro se quedaron mirándome, los ignore y seguí hasta la mesa donde estaba Connor, hablaba con uno de sus amigos, se despidieron cuando yo llegue y el chico se quedó mirándome antes de irse.