19. Quimera

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    Decidí caminar para despejarme y sin darme cuenta llegue al pasillo donde estaban los laboratorios, creo que era la primera vez que venía sin intenciones de toparme con papá, quise regresar, pero me lo encontré de frente.

    Venía escoltado de un grupo de hombres con su misma vestimenta, me sentí incomoda cuando todos fijaron su vista en mí y comenzaron a estudiarme sin ningún cuidado. Escuché murmullos entre los de atrás y sospechaba que eran sobre mí, hubiese agudizado mi oído, pero su mirada esmeralda me había paralizado por completo.

    — Danna.

    Creí escuchar mi nombre en su susurro y agité mi cabeza para salir del trance donde me encontraba, evitando sus ojos. Sabía que la posibilidad de que me reconociera era casi nula, pero de todas formas no era capaz de mirarlo a los ojos sin tener esa pizca de miedo.

    Desde que llegue al torneo planeaba saber lo que hacía, sin embargo, lo único que había descubierto es que escondía algo dentro de ese laboratorio. Levante el rostro cuando volví a escuchar mi nombre y contuve la respiración para poder sostenerle la mirada, estaba serio como siempre desde que tenía memoria, sus ojos parecían querer encontrar algo en los míos y sonreí forzada intentando disimular mis nervios.

    Asentí e intenté lucir despreocupada ofreciendo mi mano como saludo.

    — ¿Que hace una Elemind en esta zona? los salones de entrenamiento están del otro lado y solo falta unos combates antes del ultimo corte, creí que este tiempo era crucial antes del ultimo corte.

    Abrí la boca para después cerrarla sin saber que decir, quería con todas mis ganas responder a su pregunta y sonar despreocupada, pero me había petrificado y mi mente no podía pensar por sí sola.

Su mirada siguió escarbando en la mía, mientras yo aun intentaba pensar que decir para salir de esa situación. Tuve buenos puestos toda la fase creo que no tengo de que preocuparme Escuché que me decía una voz en mi cabeza y como si fuese un robot repetí las palabras.

    — En ese caso disfruta de tu paz y permíteme felicitarte por tus puntajes eres una fantástica Elemind. Contesto acompañando sus palabras con una sonrisa y un toque en mi hombro antes de irse.

    Lo único que pude sentir fue una punzada en mi pecho al darme cuenta de que él nunca me había sonreído de esa forma en los quince años que vivimos juntos.

    Levante la mirada cuando recupere las fuerzas y me encontré con Connor a unos metros, tenía una de sus manos en su nariz y apenas se dio cuenta de que lo veía se fue, intente seguirlo, pero él era más rápido que yo por lo que lo perdí cuando entramos al bosque.

    No tenía rastro de él y agudizar mi oído era inútil, pero como era muy terca seguía intentando, necesitaba que me explicara cuál era su problema ¿Por qué me ayudaba y después me ignoraba?, ¿Por qué era cálido conmigo y después era frío? No lo entendía y quería que me lo explicara en ese momento.

    Caminé entre los árboles, era una superficie irregular llena de pequeñas montañas, nunca había ido por esta zona, y el sentido de orientación nunca fue una de mis cualidades, por lo que decidí volver por donde había venido antes de profundizar más el camino y no saber cómo regresar.

    Me di vuelta dispuesta a irme, pero escuché un golpe y como si mi vida dependiera de ello corrí en esa dirección, vi como Connor peleaba con los mismos chicos del último enfrentamiento, solo que esta vez dos más se les habían sumado, dando como resultado una pelea de cinco contra uno. Connor era el mejor participante del torneo, pero no había forma de que él los venciera a todos.

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