La Chica Scamander y el Cáliz de Fuego.

Prólogo.

Regresaron a la madriguera después de que pasarán a recogerlos en la estación King Cross. La niña Scamander se sentía aliviada de ver a su madre en la madriguera. Ella era la primera vez que la veía, su estructura era muy extraña e imposible, la mejor parte es que la casa estaba sostenida por magia.

—Bienvenida a casa, _____(Tn)—dijo Molly.

—Gracias, señora Weasley.

Al entrar, se veía que todo en esa rara estructura era hogareño, colorido y muy único. ______(Tn) vio a su madre sonriendo.

—Muy lindo, ¿Verdad, cariño?—dijo Victoria.

—Lo es, al abuelo Newt y la abuela Tina les hubiera gustado estar aquí.

_____(Tn) camino hasta dejar su maleta en un costado de los sofás. Molly llegó sonriendo con ambas.

—______(Tn), cariño, tu compartirás habitación con Ginny—dijo tomando los hombros de Scamander—, en cuanto Charlie nos dijo que vendrías conseguimos una cama extra.

—Ay, Molly, no te hubieras molestado—dijo su madre.

—Como no, Victoria—le respondió Molly—, ella se quedará unos años y no creo que el suelo de la habitación sea tan cómodo. Igual la cama es lo suficientemente grande como para que duermas con ella este verano.

—Gracias, Señora Weasley

—No hay de que—sonrió—, ahora ve y deja tus cosas en la habitación.

Asintió y su madre conjuro el hechizo Leviosa para que no cargará su maleta tan alto. Camino subiendo las escaleras llendo por donde le indico la señora Weasley. Hasta que llegó a una habitación, era rosa, había dos camas una en cada lado de la habitación.

—La tuya es la que está pegada a la ventana—le indico Ginny.

—Gracias.

La maleta cayó al suelo justo al lado de ella, Scamander paso hasta la habitación y sentarse en su cama. La vista era muy linda, se veía una gran área verde por todos lados y los pensamientos que había tenido antes de venir a Londres se habían evaporado.

¿Que tan malo es vivir en el campo?

Sonrió sacando sus cosas de su maleta. La tarde se estaba acabando, ella ya había puesto su ropa en los cajones que le correspondían. Ginny había bajado para ayudarle a su madre con la cena.

—Supongo que tienes preguntas, ¿No es así?—su madre se asomó por el marco de la puerta.

Asintió viendo al pequeño escarbato en su cama.

—¿Por qué papá nunca dijo que era un animago?

Victoria entro por completo en la habitación cerrando la puerta

—Creo que es hora de contarte una historia. Yo estaba estudiando en Ilvermorny cuando un chico nuevo llegó, lo pusieron en la casa Wampus, yo estaba en la casa de la Serpiente. Tenía varias clases con esa casa, así que lo veía muy amenudo, se veía triste. Muy triste...

—Supongo que por dejar a sus amigos...

—Así es, cuando nos hablamos por primera vez, caí enamorada de él, era un alma tan libre, que hasta cierto punto yo le tenía envidia. Mi madre, tu abuela Ágata es muy estricta con la sangre, por eso no la visitamos—_____(Tn) sonrió un poco—. Aún siendo amigos, el me contó muchas de sus aventuras en Hogwarts, y me habló de sus amigos, definitivamente le tomo mucho cariño a Remus, Sirius y en especial a James. A pesar de estar en casas diferentes. Tú padre era un...

—Un Ravenclaw, lo se.

—Bueno, me contó muchas cosas y una de ellas fue, que él podía transformarse en animal. En nuestra primera cita lo dijo, y lo mostró, tu padre se transforma en un León, totalmente negro, es muy raro verlos incluso los Nomaj piensan que se extinguieron. Chalie siempre fue muy reservado, ni siquiera tu abuelo Newt sabe de eso—eso sorprendió a Scamander, puesto que su padre y abuelo tenían buena comunicación—, cuando nos casamos, tu padre dió a apadrinar a Rolf a Remus, el acepto con gusto, y cuando tú naciste, Harry estaba por cumplir los cuatro meses, Sirius es su padrino como ya sabes, pero lo que no sabes es que James y Lily Potter, eran tus padrinos.

—¿Que?

—Así es, Chalie, Remus, Sirius y James habían quedado en un acuerdo de apadrinar a los hijos de unos y de otros—Victoria sonrió—, era lindo verlos contigo y con Harry de bebés, Rolf ya estaba un poco más grande pero aún así.

—Pero mamá, a lo que yo tengo entendido, es que el animago no elige el animal en el que se transforma...es como características de uno mismo o

—O el patronus del mago—dijo Victoria—, el patronus de tu padre es un León.

—¿Y cuál es el tuyo?

—Antes de enamorarme de tu padre mi patronus era un Hiena. Pero cuando me casé con el cambio.

—¿Cambio?

—A una leona. Suele pasar en casos pocos conocidos, al abuelo Newt también le pasó.

—¿Que?—dijo la pequeña Scamander—, entonces...¿Suele cambiar el patronus cuando te enamoras?

—Son muy pocos los casos, muchas veces no cambian...—dijo Victoria pensando—, como te dije, son pocos.

—Mamá, Harry sabe conjurar el patronus de cuerpo completo...cuando volvimos en el tiempo el fue el que ahuyentó a los Dementores del lago—suspiro—, se vio a si mismo esa noche

—Pero gracias a eso, estás aquí, amor.

—Regrese el giratiempo a la directora—dijo por lo bajo.

Victoria sonrió.

—Esta bien, cariño—paso su mano por el cabello de su hija—, jugar con el tiempo suele ser agotador

Ella solo asintió.

—Estuve trabajando con tu abuela Tina, y posiblemente encontramos solución a este detalle—Tiro un poco del mechón de su hija—. Pero aún estamos experimentando

—Quiero usarlo.