Capítulo IV

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La noche paso tranquila, como desde que llegó con su madre a la madriguera ellas dormían juntas, Mankie estaba en medio de las dos pero su madre la sacudió un poco.

—Cariño, ya es hora.

Scamander abrió sus ojos con pesadez, viendo los ojos de su madre. La habitación estaba con una luz tenue de la vela, volteó a ver a Ginny y ella igual se estaba levantando, y junto a ella estaba Hermione, con su cabello negro y rizado muy alborotado.

—Mamá, ¿Por qué no vas con nosotros?—dijo aún adormilada.

—Por que Molly y yo tenemos cosas que hacer, tengo que ir al callejón Diagon a comprar tus cosas para tu nuevo año.

—Quiero volver a Ilvermorny, mamá...

—Yo lo se cariño, pero solo te falta este año y dos más.

_____(Tn) se levantó, su cabello rojizo estaba alborotado y enredado.

—Buenos días, Ginny

—Hola ___(Tn)

La chica Scamander se vistió y bajo junto a su madre, entro a la cocina y la señora Weasley removía el contenido de una olla puesta sobre el fuego, y el señor Weasley, sentado a la mesa, comprobaba un manojo de grandes entradas de pergamino. Levantó la vista cuando los chicos entraron y extendió los brazos para que pudieran verle mejor la ropa. Llevaba lo que parecía un jersey de golf y unos vaqueros muy viejos que le venían algo grandes y que sujetaba a la cintura con un grueso cinturón de cuero.

—¿Qué os parece? —pregunto—. Se supone que vamos de incógnito...¿Parezco un muggle, Harry?

—Sí —respondió Harry, sonriendo—. Está muy bien.

—¿Dónde están Bill y Charlie y Pe... Pe... Percy? —preguntó George, sin lograr reprimir un descomunal bostezo.

—Bueno, van a aparecerse, ¿no? —dijo la señora Weasley, cargando con la olla hasta la mesa y comenzando a servir las gachas de avena en los cuencos con un cazo—, así que pueden dormir un poco más.

____(Tn) sabía que aparecerse era difícil, había visto a su abuelo, a su abuela, a su madre y padre hacerlo, aparecer y desaparecer.

—O sea, que siguen en la cama... —dijo Fred de malhumor, acercándose
su cuenco de gachas—. ¿Y por qué no podemos aparecernos nosotros también?

—Porque no tenéis la edad y no habéis pasado el examen —contestó bruscamente la señora Weasley—.¿Las chicas siguen arriba, cariño?—____(Tn) asintió.

Salió de la cocina y la oyeron subir la escalera.

—¿Hay que pasar un examen para poder aparecerse? —preguntó Harry.

—Desde luego —respondió el señor Weasley, poniendo a buen recaudo las entradas en el bolsillo trasero del pantalón—. El Departamento de Transportes Mágicos tuvo que multar el otro día a un par de personas por aparecerse sin tener el carné. La aparición no es fácil, y cuando no se hace como se debe puede traer complicaciones muy desagradables. Esos dos que os digo se escindieron.

Todos hicieron gestos de desagrado menos Harry.

—¿Se escindieron? —repitió Harry, desorientado.

—La mitad del cuerpo quedó atrás —explicó Victoria, echándose con la cuchara un montón de melaza en su cuenco de gachas—. Y, por supuesto, estaban inmovilizados. No tenían ningún modo de moverse. Tuvieron que esperar a que llegara el Equipo de Reversión de Accidentes Mágicos y los recompusiera. Hubo que hacer un montón de papeleo, os lo puedo asegurar, con tantos muggles que vieron los trozos que habían dejado atrás...

La Chica Scamander y el Cáliz de Fuego.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora