Capítulo XXIX

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𝗖𝗮𝗽𝗶́𝘁𝘂𝗹𝗼 𝗰𝗼𝗿𝘁𝗼.
𝗣𝗮𝗹𝗮𝗯𝗿𝗮𝘀:1550.

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Harry permaneció sentado, consciente de que todos cuantos estaban en el Gran Comedor lo miraban. Se sentía aturdido, atontado. Debía de estar soñando. O no había oído bien.

Nadie aplaudía. Un zumbido como de abejas enfurecidas comenzaba a llenar el salón. Algunos alumnos se levantaban para ver mejor a Harry, que seguía inmóvil, sentado en su sitio.

En la mesa de los profesores, la profesora McGonagall se levantó y se acercó a Dumbledore, con el que cuchicheó impetuosamente. El profesor Dumbledore inclinaba hacia ella la cabeza, frunciendo un poco el entrecejo.

Harry se volvió hacia sus amigos. Más allá de ellos, vio que todos los demás ocupantes de la larga mesa de Gryffindor lo miraban con la boca abierta. Harry busco la mirada de Scamander, ya que en muchas ocaciones era la que lo hacía ponerse más tranquilo, pero incluso ella lo veía sorprendida.

—Yo no puse mi nombre —dijo Harry, totalmente confuso—. Vosotros lo sabéis.

Uno y otro le devolvieron la misma mirada de aturdimiento. En la mesa de los profesores, Dumbledore se irguió e hizo un gesto afirmativo a la profesora McGonagall.

—¡Harry Potter! —llamó—. ¡Harry! ¡Levántate y ven aquí, por favor!

—Vamos —le susurró Hermione, dándole a Harry un leve empujón.

Harry se puso en pie, se pisó el dobladillo de la túnica y se tambaleó un poco. Avanzó por el hueco que había entre las mesas de Gryffindor y Hufflepuff. Le pareció un camino larguísimo. La mesa de los profesores no parecía hallarse más cerca aunque él caminara hacia ella, y notaba la mirada de cientos y cientos de ojos, como si cada uno de ellos fuera un reflector. El zumbido se hacía cada vez más fuerte. Después de lo que le pareció una hora, se halló delante de Dumbledore y notó las miradas de todos los profesores.

—Bueno... cruza la puerta, Harry —dijo Dumbledore, sin sonreír.

Harry pasó por la mesa de profesores.

—¿_____(Tn)?—le llamo Naum

—¿Él estará bien?—les pregunto a sus amigos ignorando el montón de susurros qué había— No quiero que le pase nada.

Naum tomó su mano y le sonrió para tranquilizarla un poco, aun que muy en el fondo sin qué nadie lo notara, deseaba que ella se preocupara igual por el.

—Tranquila—dijo Hermione—,  el estará bien.

El regreso todos estaban felices de que Harry participará, eso daría a que el ganador no tendría que ser Cedric Diggory. Qué mejor para Hogwarts que el ganador de El Torneo de los Tres Magos sea alguien de la casa Gryffindor, y mejor si eso fuera el mismo Harry Potter, el niño que sobrevivió.

—¿Ya estas más tranquila?—preguntó Hermione.

—¿Ha pasado algo parecido en los últimos torneos?¿Ha habido más de tres magos en esto?

—Creo que ya has pensado demasiado—la detuvo Naum—. No se de que te sorprendes, Harry es la persona con peor suerte en Hogwarts, tu misma lo dijiste en tus cartas. Si no ha muerto en tantas ocasiones no creas que morirá en esta.

—¿Puedes dejar de decir cosas así?

—¿Y qué quieres que diga?—preguntó Naum viendo como Hermione y Ron se alejaban un poco—Harry esto, Hermione el otro, Ron aquello. Parece que te olvidaste de nosotros.

La Chica Scamander y el Cáliz de Fuego.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora