Capitulo 2

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Llegamos al aeropuerto donde se encontraba el avión privado de nuestros padres y antes de subir, nos detuvimos a saludar a nuestras madres.

- Elizabeth, cariño, sé que mí hijo es insoportable a veces pero te pido porfavor que tengas piedad - decía Laura, la mamá de Zac, él al oír eso hizo la típica risa torcida de siempre.

- Ay tía...no lo se, si se pasa de los límites... aunque bueno lo haré por ti.

- Que te puedo decir...ella es la molesta - dijo él.

- ¿Disculpa?

- Tú eres la que empieza siempre, pero tranquila...tu secreto está a salvo conmigo.

- Secre...¿De que secreto hablas Zac?

- ¿Enserio quieres que lo diga?

- Dilo porque no tengo ningún secreto, deja de comportarte como un niño de 4 años.

- Yo te gusto con locura - largó, y nuestras madres al oír eso comenzaron a reír, yo en cambio me mantuve serena y fruncí el ceño.

- Si vas a ser así el resto del viaje dudo que cumpla la promesa que le hice a tu madre - respondí.

- Vamos nena admítelo.

Pero que puto asco me da.

- Zac...hijo... estás molestándola tanto que estoy empezando a creer que tu eres el que tiene una obsesión con ella - dijo Laura haciendo que el abriera los ojos como platos, avergonzado.

- Te delataste solito idiota - susurré.

- Si bueno, ya quisieras. - blanqueó los ojos.

- Ya dejen de pelear que se les va a hacer tarde, aquí tienen sus documentos falsos, Richard Dawson y Eva Miller, y estos son los anillos, deben ponérselos en los dedos anulares, y por último, esto son los audífonos "invisibles", que les permitirá oír lo que hablen los guardias de Koch, siempre y cuando tengas una distancia de no más de 3 kilómetros, y lo de las cámaras ya está en sus laptops. Deben ser precavidos, es su primera misión y por más que no lo parezca sigue siendo extremadamente peligrosa - Nos organizó mí madre, Diana.

- Gracias.

- Y recuerden que para que tengan éxito no deben pelear, deben ser más maduros y trabajar como un equipo...por favor.

- Sisi lo sabemos.

- Ahora váyanse, pero antes vengan a darme un abrazo porque los extrañaré demasiado.

Le sonreí a mi madre y nos despedimos con un abrazo, el personal se encargó de nuestras maletas mientras ambos subiamos al avión y luego nos acomodamos en nuestros asientos.

- Tantos lugares en el avión y decides estar al lado mío...- murmuré con desagrado- Nisiquiera te gastas en ocultar que no puedes estar lejos de mí.

- ¿Y dónde estaría lo divertido entonces? Lejos no podría molestarte, y tan cerca puedo hacerte de todo.- su mirada y sonrisa burlesca me fastidiaron aún más, aunque note un doble sentido en sus palabras.

- Si crees que porque estamos solos en un viaje puedes hacer lo que sea para molestarme, estás completamente equivocado Van Damme.

- Ya lo veremos...y...- sus ganas de fastidiarme fueron interrumpidas por la voz del locutor.

- Por favor, abrochen sus cinturones que estamos por despegar, que disfruten su viaje.

El viaje iba a ser de dos horas y media más o menos así que aproveché para dormir lo más que pude y Zac también.

- Treinta minutos para llegar - me despertó sobresaltada la voz del piloto por el micrófono, y el estúpido de Zac, que ahora se encontraba en el asiento que se enfrentaba al mío, se rió, me límite a quedarme callada, para no tener que pelear de nuevo.

Amor PeligrosoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora