Capítulo 33

1K 59 10
                                    

Elizabeth Wertheimer

- Te amo... - dijo en casi un susurró.

En ese momento mí piel se erizó, y dejé de respirar. ¿Era demasiado pronto? Yo sentía los mismo, y asustaba porque la forma en la que lo amaba era tan grande que se convertía en mí principal debilidad. Mis ojos se encontraron con los de él, las palabras no salían de mí boca, pero ya no se trataba de miedo, se trataba de pensar que esto era un sueño, temía despertar y seguir encadenada, esto ya había sucedido...soñar que él viene por mí, me saca de aquí... pero al final despertar en este lugar de mierda.

- Eli...- me interrumpió de mis pensamientos. - Lo siento si...- me acerque a él sin darme cuenta y junte nuestros labios. Él me correspondió y entonces supe que esto no era otro de esos sueños...

Esto era la realidad.

Él había venido por mí...y él... Él dijo que me ama. Después de estar rodeada de personas que creían que lo hacían pero solo eran una farsa... de personas que no les importaba mí bienestar... Estaba él, y yo también lo amaba, él es como la luz en toda esa oscuridad que me rodea.

Me separé de él y sonreí.

- Yo también te amo. - dije finalmente, y él suspiro, pareció estar aliviado.

- Por un momento creí que me rechazarías y romperías mí corazón. - dijo tocándose el pecho dramáticamente y reí como respuesta.

- No...¿Porque?

- Te pusiste pálida - volví a reír.

- Lo siento.

Sonrió dulcemente y tomo mí mano.

- Salgamos de aquí de una vez por todas...

- Espera...- murmuré.

- ¿Qué pasa?

- ¿Es verdad? ¿Lo de la fiesta?

El apartó su mirada de la mía.

- ¿Cómo lo supiste?

- Mh...un guardia me lo comentó...

Su mirada se perdió en la nada y lamió sus labios pensativo. Luego sonrió y me miró.

- Hagamos algo divertido.

- ¿Qué? - pregunté curiosa.

- Interrumpela a tu manera.

- Y lo dices como si hubieras descubierto América. - bromee - Ya lo había pensado ¿Quién te crees que soy? - dije guiñando un ojo y el río.

- Lo siento su majestad. Ahora vamos.

Salimos de la celda y vi a todos los guardias muertos en el suelo, todos con un orificio en la cabeza. Recordé como cada uno de ellos se burló y trato de abusar de mí.

- Gracias...- Susurre pasando por entre los cadáveres.

- ¿Porque?

- Por venir por mí...- él sonrió.

- No tienes que agradecerme eso amor...

- Gracias por ahorrarme el trabajo de matarlos a todos.

- De nada.

Subimos las escaleras, quedando en el calabozo que no era secreto, pero inmediatamente sentí que Zac me tomo bruscamente y me puso detrás de él, le quitó el seguro al arma y apunto al frente. Habían dos guardias apuntandonos en la oscuridad y se nos acercaron más a pasos lentos.

- Fuera de mí camino - les dijo él furioso.

- La chica se queda. - respondió uno de ellos.

Zac rio.

Amor PeligrosoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora