Alguna vez te has preguntado ¿Cómo es la vida de la mafia? O mejor dicho... ¿La de los hijos de mafiosos?
En esta historia conocerás la vida de Elizabeth Wertheimer y Zac Van Damme...Sus padres son líderes de la mafia, amigos y socios, mientras que...
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Una presentación antes de empezar, que hice cuando no tenía internet...
Ahora sí, disfruten de la lectura.
Había terminado de asesinar a mí última víctima, me quedé quieta en mí lugar, los gritos de cada unos de los hombres hacían eco en mí cabeza, sonreí, tal vez estuvo mal... Pero lo disfruté. Sentí las cálidas gotas de sangre deslizándose por mí piel y cayendo al suelo, mire a mí izquierda, el corazón que le había sacado a ese cadáver estaba en mí mano, lo hice de esa forma porque él había sido un pedófilo, y eso me molestó tanto... Qué... Le saque lo que se suponía que no tenía y no merecía, un corazón.
Suspiré y oí los ladridos de Sasha, los golpes de Zac y los gritos de mí madre detrás de la puerta, Que comience el espectáculo... Sabotee la energia para que quedara todo completamente oscuro y volví a mí lugar, el olor a sangre penetraba mis fosas nasales. Oí golpes muchos más fuertes, hasta que la puerta se abrió, y sentí que alguien corría hacia mí con una linterna...
Zac.
- Princesa...- dijo esta vez con pasos lentos - ven a mí...
Mí corazón dio un brinco al oír su voz, tenía las ganas de voltearme y enroscarme en sus brazos, pero no podía, aún así me volteé y lo mire, para luego pasar a su lado y llegar a John y Samantha... Seres insignificantes que no me conocen nada, y ya se creen capaces de decirme que no soy nadie, y tenían razón...no soy nadie frente a sus ojos, porque no saben nada de mí.
Levanté el corazón para que quedara a la altura de sus ojos y lo estruje con todas mis fuerzas, gotas de sangre cayeron de el.
- Te hice un favor papi...- murmuré - desocupe todas las celdas para que elijas la tuya.
Mire a Samantha y sonreí fríamente, y me largué, no sin antes devolverle la luz al lugar. Mí sonrisa se ensancho al oír los gritos de los demás, ¿Crees que serás una asesina en serie Samantha y yo no? Porque yo puedo demostrarte todo lo contrario, de todas formas, está es mí yo verdadera, la que acaba de asesinar a 35 personas en menos de una hora, con el tiempo suficiente para torturarlos como se me haya antojado, y no lo hubiera hecho si supiera que había personas inocentes allí, eso es lo que me diferencia de ellos.
Entre a mí habitación y le puse seguro, me duche resfregando mis brazos con una esponja, mientras la sangre desaparecía de mí piel y el agua se teñía de rojo claro.
Al salir, me vestí cómodamente y me recosté abrazando mis rodillas y acomodando mí cabeza en ellas.
Suspiré y repasé todo lo que había hecho, los murmuros de las personas detrás de las paredes resonaba por la habitación al igual que las agujas del reloj. Hasta que escuché una voz en específico que hizo que mi estado emocional mejorara.
- Eli...- se oyó detrás de la puerta. - Soy yo... ¿Me dejas entrar?
Me levanté y le saque todos los seguros a la puerta y me encontré delante de él, nuestros ojos se encontraron y lágrimas se escaparon.
