𝐀𝐀𝐋𝟏𝟎 | Jack y Finn no se conocen.
Ambos viven en mismo barrio, respiran el mismo aire y salen de sus casas a la misma hora para ir a la escuela.
Sin embargo, Jack no sabe de la existencia de Finn, ni él de la de Jack, porque al salir uno toma...
advertencias: contenido homosexual. drama. fluff. fack. mención al cast de it y stranger things.
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Los siguientes meses, me dediqué a esforzarme día a día para obtener las mejores calificaciones de toda mi vida.
Entregaba trabajos, participaba en clases y estudiaba cada noche para cualquier examen. Ni siquiera yo mismo podía creer todo lo que estaba logrando; los maestros comenzaron a darme reconocimientos y felicitaciones que me hacían sentir orgulloso de mis logros.
Y lo mejor de todo era que por cada A+ dibujada en mis exámenes yo podía saborear más de cerca mi nuevo instituto.
— Es increíble —murmuró Reylynn, con una pésima cara, intentando leer un libro entre sus manos—. Nada de esto logra quedarse en mi mente.
— ¿Qué lees? —le pregunté mientras comía una manzana.
Era nuestro receso, y asombrosamente ella estaba leyendo. Habíamos decidido sentarnos en una de las bancas más alejadas de la cafetería dado a que ahora los chicos interesados comenzaban a buscarme, y yo odiaba eso.
— Física —dijo con fatiga—. Jamás en mi vida voy a ocupar ninguna de estas fórmulas, no sé por qué tengo que aprenderlas.
Yo sólo me encogí de hombros mientras seguía comiendo.
— Educación, supongo.
— Claro. Oye —me llamó y yo giré a verla. Sus bonitos ojos claros me miraban con suspicacia—. ¿Por qué no estás estudiando?
— Estudié anoche en mi casa.
— ¿Y te sientes seguro?
— Sí —respondí sencillo.
— Vaya, quién diría que de repente te convertirías en un cerebrito. ¿Qué pasó para que tomaras una actitud de niño aplicado?
No le había contado nada sobre mis fuertes deseos de largarme de aquella asquerosa escuela. No quería que ella pesara que no valoraba su amistad lo suficiente como para quedarme, aunque yo sabía que Rey tenía muchísimos amigos más que yo no conocía.
De cualquier forma, esperaba que cuando se lo dijera, me entendiera y me apoyara.
— Pues sólo quiero sacar buenas calificaciones —respondí sencillo encogiéndome de hombros.
Básicamente no era mentira. Yo realmente me estaba esforzando para tenerlas; sólo le oculté un poco más de la historia completa. Eso no cuenta como mentira, ¿o sí?
— Ayúdame a estudiar, entonces —me pidió y yo accedí.
Lo siguiente que duró del descanso nos dedicamos a estudiar más y más para el examen parcial de física.
Cuando fue hora de la evaluación, las preguntas y ejercicios que en la hoja venían se me hicieron los más sencillos de todos, tanto que, en menos tiempo del asignado para realizar el examen, yo terminé todo.
