advertencias: contenido homosexual. drama. fluff. fack. mención al cast de it y stranger things.
—No irás a la BFS —sentenció.
La felicidad que me albergaba se esfumó en cuestión de segundos gracias a esa oración tan sencilla.
— ¿Qué? —pregunté sin tratar de ocultar mi sorpresa.
— Que no irás ahí —repitió.
— P-pero... tú me dijiste--
— Sé lo que dije —me cortó—. Supongo que tú también, así que no comprendo qué parte de "no irás a la BFS" no entiendes.
—Papá, por favor —casi lloriqueé—. Yo conseguí que me inscribieran ahí, y era lo que pediste. ¡Dijiste que tú te encargarías del resto!
— Sí —aceptó—. Siempre y cuando no sobrepasara mis límites financieros. Esa escuela es demasiado cara, Jack, ¡te cobran hasta por pegar tu trasero en una taza de sus baños!
— Estás exagerando —dije con fatiga.
— Tal vez, pero he dicho que no irás, y no irás porque así lo decido yo.
Hablaba con una lentitud y un tono autoritario que me aterraba casi siempre. Pero en esos momentos yo me sentía ofendido y furioso.
— Voy a ir —dije desafiante.
— ¿Y quién va a pagar tus cosas? ¿Tu mamá?
Volteé a mirarla; ella también se veía ofendida, pero no dijo nada. Sólo bajó la mirada y se dio la vuelta para lavar los trastes.
— Puedo conseguir una beca —dije con seguridad; hablándole en su mismo tono—. No te necesito.
— Soy tu padre.
— Y yo tu hijo. ¿Quieres seguir jugando este juego absurdo? Te demostré que era capaz; te probé que podía llegar a hacer cosas increíbles. Ahora voy a probarte que puedo hacer esto sin tu ayuda, ¡ni tu estúpido dinero!
— Jack Dylan Grazer, estás jugando con fuego.
— Y tú estás provocando el incendio entero —me levanté sin dudar un segundo—. Buenas noches.
Tomé rumbo hasta mi habitación y al cerrar azoté la puerta con todas las fuerzas de mi coraje contenido.
— Agggghhhh —gruñí contra la almohada.
Pateé sin querer mi mochila, y esta calló al suelo. De mala gana me levanté a recogerla. Todos mis útiles quedaron esparcidos con el suelo así que tuve que levantarlo uno por uno.
Mis manos se toparon con la carpeta en la que estaba guardada mi boleta de reinscripción y pase a aquella gran escuela. Quería ir, realmente lo deseaba con fuerzas.
Y eso iba a hacer.
No estuve matándome para que al final la oportunidad se me fuera así de las manos; si debía conseguir un empleo para poder pagar las cosas que mi padre no quería, pues entonces eso haría.
Cuando terminé de guardar las cosas, me acerqué a la ventana para sentir un poco de aire fresco y relajarme un poco.
Era noche, y todas las estrellas brillaban iluminando el oscuro cielo. La luna tenía forma de sonrisa, y al verla, como un autorreflejo, yo sonreí también.
Era increíble que la luna me hiciera sonreír incluso cuando sólo quería romper todo a mi alrededor.
¿Por qué mi padre era tan egoísta? ¿Por qué no podía ver un poco por mi felicidad?
No se trataba sólo de la escuela; se trataba de cómo mi vida cambiaría. Yo deseaba aprovechar del potencial que hasta hacía unos meses yo no sabía que tenía, y aprender de la mejor manera con ayuda de buenos maestros. También quería tener amigos; un grupo de chicos a los cuales pertenecer y con quienes poder hacer locuras típicas de los adolescentes.
Recordé la escena que meses atrás había presenciado con el grupo de chicos que iban en auto, y guiado por el recuerdo yo giré mi vista. Jamás había visto al chico que en aquella casa vivía antes del incidente, y después de éste tampoco.
Pero al mirar, me sorprendí con que el sujeto misterioso también se encontraba recargado en su ventana, mirando el vacío.
Estaba un poco lejos, y por ello no podía notar sus características con detalle. Pero se notaba que tenía un cabello muy bonito: largo, ondulado y de un negro tan profundo.
Creo que se sintió observado, puesto que minutos después, el giró su vista hasta toparse con la mía. Me sentí tan avergonzado que me sonrojé por completo. Pero no dejé de verlo, ni él a mí.
Nunca había sido tan sociable como para interactuar con mis vecinos, pero me sorprendía no haberlo visto a él antes. Pude ver cómo una leve sonrisa se dibujaba en su rostro y luego regresaba al interior de su cuarto.
Mientras que yo me quedé en mi ventana, deseando conocer al chico misterioso de mi barrio.
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AMIGOS A LAS 10 ; fack
Fanfiction𝐀𝐀𝐋𝟏𝟎 | Jack y Finn no se conocen. Ambos viven en mismo barrio, respiran el mismo aire y salen de sus casas a la misma hora para ir a la escuela. Sin embargo, Jack no sabe de la existencia de Finn, ni él de la de Jack, porque al salir uno toma...