𝐀𝐀𝐋𝟏𝟎 | Jack y Finn no se conocen.
Ambos viven en mismo barrio, respiran el mismo aire y salen de sus casas a la misma hora para ir a la escuela.
Sin embargo, Jack no sabe de la existencia de Finn, ni él de la de Jack, porque al salir uno toma...
advertencias: contenido homosexual. drama. fluff. fack. mención al cast de it y stranger things.
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— ¿Qué clase te toca? —me preguntó la familiar voz de mi mejor amigo caminando junto a mí por los pasillos que ya comenzaban a llenarse de gente.
Resultaba sorprendente que apenas el día anterior él me hubiera presentado al resto de sus extraños —pero asombrosos— amigos, porque era algo que había esperado por mucho tiempo. Ahora mi emoción y confusión estaban vueltas una sola cosa; no podía esperar a conocer todo.
Por mucho que traté de sonsacarle información a Finn, él no se dejó doblegar. Estuvo todo el camino en autobús esta mañana escuchando amablemente mis suplicar sin ceder un poco al menos.
— Ética y valores —mencioné fingiendo seguir molesto por su firmeza.
— Odio esa clase —dijo con pesadez.
— ¿Por qué?
— La imparte un maestro gruñón, sin ética ni valores —rodó los ojos—. En fin, ya que te tocó el mismo horario que Wyatt, hoy sólo nos veremos en la última clase, la de Literatura. Pero como he sido un alumno aplicado los últimos meses, las clases extra que llevaba para evitar perder el otro año que te conté, el director dijo que bastarán otras dos semanas para acoplarme al curso y podremos coincidir en más clases.
Escuchar aquello hizo que mi actuación desapareciera por fin, dándole paso a una repentina ola de felicidad que me inundó con rapidez.
— ¿En serio?
— Que sí, bobo. A veces me preocupa la poca fé que me tienes.
— Oh, Finn Wolfhard, mi amo y señor, en tus manos deposito toda mi credibilidad y confianza —solté con dramatismo haciendo que ambos riéramos con mofa.
— Eso de ser tu amo y señor... un día te vas a arrepentir de tus palabras porque me lo tomaré en serio —dijo apretando una de mis mejillas con sorna—. Ahora debo irme, me toca Historia —revolvió mi cabello y me guiñó un ojo antes de irse.
Yo sólo me quedé estático, sintiendo mis mejillas ponerse rojas. Aquello de perder la mente frente a Finn se me estaba haciendo una mala costumbre.
No tenía sentido, pero vamos ¿tenía algo de sentido todo lo que había pasado desde que llegué al colegio? Seguramente aún faltaban muchas otras cosas sin sentido esperando a la vuelta de la esquina.
Como para demostrarme que eso era cierto, justo cuando giré una esquina para ir a mi salón vi a Millie caminando unos pasos de espaldas a mí junto a dos muchachos. El leve sonido de su risa llegó a mis oídos, y entonces me sentí animado a hablarle.
— Hey, Millie —yo tenía la intención de caminar un poco con ella hasta llegar a mi clase.
Contrario a la sonrisa agradable que habría esperado recibir de su parte, la chica cortó su risa en seco, se detuvo de golpe y, aún a la distancia, la noté ponerse tensa.
