advertencias: contenido homosexual. drama. fluff. fack. mención al cast de it y stranger things.
— ¿No vas a desearme suerte? —pregunté divertido mirando la expresión seria de mi padre.
— Agradece que tu madre me obligó a traerte en coche —me regañó mi padre.
Yo sólo sonreí. Mamá enojada daba mucho miedo, y papá había tenido que salir de la casa gracias a una escoba que ella sujetaba y lanzaba a diestra y siniestra.
— Ya, relájate, viejo —dije palmeando su hombro.
— ¿Viejo? Por favor, soy una reliquia de acero inoxidable —se defendió colocando solemnemente una mano sobre su pecho.
— Como digas —reí—. ¿Pasas por mí al rato?
— Bájate de mi auto —ordenó.
Volví a carcajearme, y él, como el mal padre que era, también rió conmigo. Iba a adentrarme al instituto cuando fuertemente algo chocó con mi cabeza. No era muy grande, sólo una pequeña cajita de chicle.
— Auch —me quejé sujetando en mis manos lo que me había lastimado.
Lo miré, y el cartoncillo tenía dibujada una carita sonriente. Pude distinguir en el interior que habían letras pintadas con marcardor negro. Con mucha curiosidad, lo abrí y pude distinguir que había escrito con la perfecta caligrafía de mi padre:
"Suerte, hijo."
Sonreí por muchas razones juntas, y supe que independientemente de las diferencias que seguramente íbamos a tener en el futuro, mamá tenía razón: él nos amaba. Y sólo me quedaba amarlo tal como el hombre extravagante que era.
Aún con la cajita en mis manos, alcé la mirada topándome con el gigantesco edificio que le pertenecía a mi nueva escuela. Sonreí con muchas ganas e incluso el corazón se me aceleró.
— Hoy comienza —me animé, y comencé a caminar hacia la puerta.
Lo primero que sentí al pisar el suelo de la BFS, fue que los ángeles comenzaban a lanzarme brillantina de bienvenida.
Lo siguiente, fue que estaba siendo analizando con profundidad por mis ahora nuevos compañeros. Las personas que estaban ahí cerca me observaban con mucha suspicacia.
Y lo último, fue que alguien me tiraba al piso con brusquedad, como si estuviera tacleándome. Por un momento me sorprendió que ninguno de los estudiantes que nos veían hubiesen comenzado a reír, pero luego recordé que ya no estaba en mi escuela de animales salvajes, y que en este nuevo lugar sólo asistían personas de buen comportamiento y educación.
— Auch —me quejé por segunda vez en la mañana.
Como pude, alcé mi cuerpo buscando a la persona responsable de mi caída.
Me sorprendí mucho al ver, de la misma forma que yo, tirado frente a mí al chico misterioso que vivía en mi barrio.
Él al verme pestañeó un par de veces, como reconociéndome, y luego me sonrió con pena. Se levantó, y luego extendió su mano para mí.
— Lo siento —se disculpó.
Su voz era demasiado particular, era profunda y gruesa, pero tenía un toque suave que cultivaba al instante.
— Descuida —le resté importancia, y le sonreí para tranquilizarlo.
A cambio, él asintió levemente sin borrar su sonrisa y luego volvió a salir corriendo a saber quién sabe dónde.
Yo me encogí de hombros, asumiendo que aquél chico debía tener asuntos pendientes más importantes que hablar con un desconocido, así que comencé a caminar por los pasillos en busca del salón en el que me darían la primera clase.
Al llegar frente a la puerta, me cercioré una vez más de que estaba ingresando al salón correcto. Di tres toques contra la gruesa madera y luego escuché pasos acercándose; cuando la puerta se abrió, la persona a la que vi fue a un chico de ojos verdes, de baja estatura y cabello castaño oscuro.
Él al verme, me sonrió y luego abrió por completo la entrada.
— ¿Quién es, Schnapp? —cuestionó quien supuse era el profesor.
— Si mi lógica racional no me falla, es el chico nuevo.
La claridad de sus ojos resultaban algo intimidante para mí; durante un leve segundo me sentí pequeño, hasta que el hombre que impartía la clase me indicó con la mano que me adentrara al salón.
— Hola, muchacho —me saludó.
— Hola —respondí.
— Ok, clase, démosle una cálida bienvenida a nuestro nuevo estudiante. Su nombre es... —paró de hablar, pidiéndome indirectamente que yo completara su oración.
— Jack —le seguí—. Jack Dylan Grazer.
— Bien, joven Grazer, es un gusto tener a un nuevo integrante en nuestro instituto. Me informa que es usted un alumno de excelencia, lo cual me alegra mucho; siempre es bueno contar con más gente de provecho —me sonrió—. Toma asiento, Física no se enseña sola —el sonido de su celular sonar lo desconcentró levemente—. Sólo será un minuto —avisó y luego salió del salón.
Sonreí inconscientemente, de nostalgia y felicidad; comenzaba la nueva escuela con la materia que impartía el maestro por el cual yo había cumplido mi sueño. Siempre le agradecería aquello.
El asiento vacío que escogí, estaba en una fila pegada a la pared, aproximadamente en el medio. Me dirigía a ese lugar, cuando una mano me sujetó el brazo.
— Siéntate cerca de nosotros —me pidió el chico de la entrada, no sabía a quiénes exactamente se refería—. Aquí a lado.
— Está ocupado —mencioné confundido viendo que en el lugar que me indicaba se encontraba sentado un chico de rulos leyendo un libro.
— Muévete, Oleff —le ordenó el castaño al chico.
Éste alzó su mirada y la enfocó en el joven de la entrada. Luego me observó a mí con sus ojos avellana, y después de soltar un suspiro comenzó a recoger sus cosas.
— No es necesario —dije yo, pero él ya no me escuchó y se cambió de lugar.
— Ahora puedes sentarte.
Con inseguridad puse mis cosas en mi nuevo asiento.
— ¿Cuál es tu nombre?
— Noah —y me sonrió—. Un gusto conocerte, Jack.
No estaba seguro de poder decir lo mismo. Miré hacia atrás, buscando al chico de rulos de apellido Oleff; cuando lo localicé él ya no leía, pero sí me veía a mí.
Probablemente estaría ofendido. Sin embargo, cuando le dediqué una sonrisa apenada, milagrosamente él me la devolvió.
hoy me di cuenta de q sigo enamorada de wyatt 😩😩😩
gracias por leer. 🤍
ESTÁS LEYENDO
AMIGOS A LAS 10 ; fack
أدب الهواة𝐀𝐀𝐋𝟏𝟎 | Jack y Finn no se conocen. Ambos viven en mismo barrio, respiran el mismo aire y salen de sus casas a la misma hora para ir a la escuela. Sin embargo, Jack no sabe de la existencia de Finn, ni él de la de Jack, porque al salir uno toma...