𝐀𝐀𝐋𝟏𝟎 | Jack y Finn no se conocen.
Ambos viven en mismo barrio, respiran el mismo aire y salen de sus casas a la misma hora para ir a la escuela.
Sin embargo, Jack no sabe de la existencia de Finn, ni él de la de Jack, porque al salir uno toma...
advertencias: contenido homosexual. drama. fluff. fack. mención al cast de it y stranger things.
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omnisciente:
Luego del incidente "fiebre-confusiones", las cosas fluyeron con bastante normalidad para todo el grupo. No más incidentes incómodos, no más acercamientos dudosos, no más contacto fuera de contexto.
Sólo volvieron a ser los chicos amistosos que intentaban hacer sentir a su nuevo integrante como parte de la peculiar familia que eran.
Y hablando de familias... la familia de Sophia recibió con bastante entusiasmo a Jack una vez que esté se presentó con ellos. Luego de ellos, fue turno de los padres de Chosen para conocer al nuevo integrante del grupo. Y después, Jack conoció a la madre de Jaeden; su padre tenía una familia aparte, y aunque aún mantenían contacto y cercanía, era Angela quien había quedado como su tutora y a quien todos los chicos también consideraban su madre. Todas las familias adoraron al más reciente miembro del club y lo hicieron sentir alegre y cómodo.
Pero las cosas se tornaron distintas el quinto sábado que Jack pasaba como parte del club de perdedores, cuando le tocó conocer a la familia de Jeremy.
— ¿Te parece bien que pase por ti a las 4:45 para ir a casa de Jeremy? —le preguntó el pelinegro a su mejor amigo cuando estaban en la escuela.
En la habitación sólo les hacía compañía Jaeden, luciendo demasiado distraído como casi siempre mientras en sus manos sostenía de nuevo aquel collar que le daba bastante curiosidad a Jack.
— Sí —aceptó sonriente.
Desde que se había unido a ellos, Finn era el encargado de llevarlo hasta las casas del resto de sus amigos. Así que, para ese entonces, aquello de ir juntos se había vuelto una de las tantas costumbres que ambos tenían.
Como la de estudiar juntos para los exámenes o hacer cualquier postre los viernes para llevarlo al día siguiente a casa del perdedor que los recibiría.
— Entonces a esa hora nos vemos —miró el reloj de pared—. Tengo que ir a la oficina del director para ver los ajustes del nuevo horario.
— ¿Al fin compartiremos más clases?
— Sí. Pero ahora tengo que irme —tomó su mochila y comenzó a caminar hacia la puerta—. Jaeden, púdrete; Jack, vete a la mierda.
Los dos chicos sólo alzaron sus dedos del medio en dirección al chico antes de que éste por fin saliera del cuarto.
Jaeden y Jack quedaron sumidos en un silencio sepulcral; el primero se encontraba demasiado retraído en sus propios pensamientos, y el segundo sólo lo miraba fijamente, sintiéndose nervioso por quedarse a solas con el chico que sólo hablaba cuando sus amigos de mayor confianza estaban cerca.
