𝐀𝐀𝐋𝟏𝟎 | Jack y Finn no se conocen.
Ambos viven en mismo barrio, respiran el mismo aire y salen de sus casas a la misma hora para ir a la escuela.
Sin embargo, Jack no sabe de la existencia de Finn, ni él de la de Jack, porque al salir uno toma...
advertencias: contenido homosexual. drama. fluff. fack. mención al cast de it y stranger things.
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El corazón le latía inquieto en aquella tarde fresca.
Los Ángeles no solía ser un lugar frío por naturaleza, pero la calidez de la ciudad no le brindaba ningún consuelo en ese momento. Estaba recayendo, y no podía recurrir a sus amigos. No cuando celebrarían Año Nuevo dentro de un par de horas y todos estaban emocionados.
Sólo debía poner una bonita sonrisa, de esos que usualmente agradaba a los chicos, y asistir al convivio pequeño que organizaban, para poder abrazarlos y decirles lo mucho que los quería y lo mucho que deseaba conservarlos por mucho tiempo más. Nadie tenía que preocuparse.
Todo iba a estar bien.
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En casa de los Wolfhard reinaba el caos. Era mala idea darle a los chicos juegos de mesas como Jenga, porque terminaban gritando y haciendo trampas para no perder, armando bulla mientras los adultos trataban de acomodar las cosas para la cena. Estaban los padres de todos los "perdedores" en aquel hogar, conviviendo como sus hijos solían hacer y riendo de sus propias charlas mientras los menores se divertían, gritaban y enloquecían.
Luego de la charla con Finn, Jack se sentía mucho más tranquilo y relajado que días anteriores. Respetaba el proceso que su amigo decidió llevar con respecto a ellos, y sólo se concentraba en disfrutar. Disfrutar de cómo sus manos se encontraban traviesas debajo de la mesa en secreto, de cómo sus ojos coincidían de vez en cuando con soñador anhelo, y del cómo sus corazones latían contentos al ver la sonrisa del otro.
Estaban siendo días agradables para todos. Tal vez, si la alegría del momento no los hubiera distraído tanto, podrían haber notado que ciertas cosas estaban comenzando a ponerse mal.
— ¿Cuándo iniciaremos con los regalos? —preguntó Jeremy con emoción, siempre ansioso por el mismo tema.
— En un par de horas, Jeremy —tranquilizó Wyatt con la misma paciencia de cada intercambio de regalos.
— Jack, ven —llamó Chosen de repente al castaño, llamando la atención de cierto pelinegro en el lugar—. Quiero hablar contigo de algo.
El aludido sólo se paró confundido de donde estaba sentado, preguntándose internamente las posibles razones por las que Chosen quería hablar con él.
