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-¿En qué piensas tía?

-Sabes que siempre me pongo melancólica cuando se acerca el solsticio de invierno... es la fecha en la que tu tío dejó de estar con nosotros.

-No te pongas triste... deberías de estar feliz porque por fin el idiota de Kao, está junto a su destino.

-Ohm... sabes el secreto que tu tío se llevó a la tumba ¿verdad?- viendo como su sobrino suspiraba y afirmaba- ¿Qué fue lo que te dijo? Tú fuiste el último en verlo con vida.

-Tía... no estoy del todo seguro, pero creo... que él tuvo que ver con la desaparición de Teal- pensando en Earth.

-¿De qué estás hablando?- diciendo con sorpresa- ¡Es imposible... el jamás se atrevería a hacerle eso a Jab!

-Cómo te digo, no estoy seguro... pero el tío Will en sus últimas horas le pedía disculpas a Jab y a Lukkade por lo que había hecho... lo decía una y otra vez sin cesar... cuando le pregunté, simplemente dijo el nombre de Teal.

-¡No!- tapándose el rostro para llorar- ¿Qué fue lo que hizo?






200 SIGLOS ATRÁS...

-¿Qué deseas Will?

-Mi oráculo de los Dioses... sabes que mis sueños nunca se equivocan, sé que los clanes y las parejas destinadas ya no son exclusivas de nuestra especie... pero este sueño no deja de atormentarme... quiero saber de qué se trata y si debo hacer algo para prevenir la caída de mi clan.




De la nada frente al oráculo y frente al Rey de fuego se posaba una fuente de agua cristalina de la cual vapores de colores y una esencia de canela inundaba el lugar, el oráculo simplemente toca con su dedo índice el centro de esta fuente y comienzan a aparecer imágenes distorsionadas de un futuro.

-Lo que ves es el futuro... el segundo heredero de hielo tendrá el poder de destruir al heredero de fuego...

-No puedo permitirlo... debo salvar a mi familia y a mi gente... aunque eso implique asesinar al hijo de mi amigo- diciendo con pesar.

-Una solución mejor debes buscar, este destino difícilmente puedes cambiar... pues es necesario que el fuego y el hielo se unan.

-¡Pero si unirlos traerá destrucción a mi clan!

-Lo que vez es sólo una parte del camino... nunca sabrás lo que en realidad sucedió para llegar a ello... el fuego y el hielo deben unirse para... 

-¡Jamás!-viendo detenidamente al oráculo de los Dioses- Debo eliminar al segundo hijo de hielo y así salvar mi pueblo.

-Si sales de esta cueva, tu destino será mucho peor... cuidado debes tener Will.

-No me importa morir si así puedo salvar a mi hijo de su destrucción.









El aquelarre de hielo se encontraba de fiesta, pues la consorte Lukkade había dado a luz al segundo hijo, un hermoso niño de piel como el alabastro y ojos almendrados, los aquelarres felicitaban a la familia real entregando regalos para el pequeño que llevaría por nombre Teal.

-Lukkade... Teal es hermoso- decía Khem que sostenía al pequeño en sus brazos.

-¡Lo sé!- sonriendo- Es tan buen niño, Tommy está feliz de tener por fin a su hermanito, no deja de mimarlo... he tenido que sacarlo por las noches de su habitación pues se duerme con él en su cuna.

-Lo adora... Kao era igual con Boun y después lo fue con Ohm, cuando este perdió a sus padres... no quería dejarlos solos.

-Se llevarán tan bien... no puedo esperar a que Teal crezca para que pueda convivir con nuestros hijos.

-Lo mismo digo Lukkade, aunque se van a llevar poco más de 100 años de diferencia- riéndose.






Llegando a Chiang Mai, la consorte Lukkade recostaba al pequeño Teal en la cuna, que tenía poco mas de dos años humanos, pues la edad de un paranormal era muy distinta, Tommy corría de un lado a otro feliz de estar cerca del mar, a su corta edad era todo un remolino y no podía quedarse quieto.

-¡Mamá!- decía el niño abrazándose a sus piernas- Quiero que Teal ya sea grande para poder llevarlo a nadar al mar.

-Me temo que tendrás que esperar un poco mas Tommy- acariciando los cabellos de su hijo mayor- Pero mientras puedes jugar con tu amigo Jimmy.

-¿Con ese gigantón?- viendo a su madre con sorpresa- ¡Si!- corriendo hacia la puerta- ¡Jimmy!







Esa noche, siendo luna llena, Lukkade salía a relucir como lo que era, una guardiana de los bosques, por lo que sale de la mansión para introducirse en estos y poder despertar de nuevo su poder, sin saber que esa misma noche perdería algo que amaba con locura.

-No puedo creer que tenga tanto sueño- decía el Rey Jab, tallando sus ojos- Creo que la cena me cayó de peso- estirándose en su silla. 

-¿Papi?- decía Tommy con sus pijamas y tallando sus ojitos como señal de cansancio.

-¿A dormir?- viendo a su pequeño asentir- Bien te llevaré a la cama y te contaré un cuento.






Cuando el Rey Jab se levanta de su silla, siente un extraño mareo que lo dejó inconsciente en el piso, pasando lo mismo con el heredero del clan de hielo; dejando sólo en su habitación al pequeño Teal que no paraba de llorar; ahí es cuando dos sujetos cubiertos de negro se introducen a la habitación del pequeño príncipe y se lo llevan, provocando que las aves de hielo se pusieran inquietas.

-¡Vamos... debemos llevárselo antes de que la reina de hielo regrese!- eludiendo a los guardias sin problema. 





Cerca del amanecer, la consorte regresa sintiendo una extraña opresión en el pecho, al entrar a casa luego de su ritual de luna llena, ve a su esposo y a su hijo mayor tirados en el suelo inconsciente, por lo que con rapidez va hacia la habitación del pequeño heredero para encontrarla vacía.

-¡No, no, no!- gritando y alertando a los guardias- ¡Busquen a los responsables de esto y traigan de vuelta a mi pequeño!









Un año después de que el segundo heredero de hielo desapareció, la consorte Lukkade seguía destrozada, al igual que su hijo mayor, ninguno de los dos comía, Jab estaba desesperado pues no podía concebir que también los perdiera a ellos, por eso se acerca a sus amigos del aquelarre de fuego para que los ayudara.

-Lo siento mucho Jab- decía Will- Estoy seguro que encontrarán a Teal.

-Yo no importo Will... me importan Lukkade y Tommy... ninguno quiere comer, no dejan de llorar por Teal...si querían hacernos daño ¿por qué sólo se lo llevaron a él? ¿Por qué no me mataron?

-No lo sé amigo mío- diciendo con pesar.








-Vamos Lukkade... no te puedes apagar así- decía Khem, que veía a su amiga de la infancia dejarse morir- Debes ser fuerte para tener a Teal de nuevo entre tus brazos, no importa el tiempo que tome.

-¿Crees que lo volveremos ver?- viendo a su amiga- ¿Qué está con vida?

-¿Qué te dice tu corazón de madre?

-Que está vivo... que lo veré de nuevo.

-Entonces para que eso sea posible tienes que comer... debes darle el ejemplo a Tommy.



El anillo del vampiroDonde viven las historias. Descúbrelo ahora