El anillo del vampiro

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Esa noche mientras terminaba de acostar a sus pequeños después de comer, acariciaba sus cabecitas con ternura y con una amplia sonrisa.

-Estoy seguro que su padre los amará desde el primer instante- suspirando. 

Quedándose dormido sobre la silla mecedora abrazando a los osos de peluche, se sumía en un sueño profundo, sentía que era transportado hacia un lugar de suma importancia, frente a él se encontraba un ave fénix de hermosas plumas rojas y doradas que simulaban un fuego ardiente, parecía estar hipnotizado con su belleza.

-¿Qué eres?- acercándose a él.

-Me perteneces... mi ave de hielo... no dejes que el dragón nos aleje de nuevo- escuchándolo en su cabeza, pero parecía que escuchaba la voz de Kao.

-¿Kao?- sintiendo como las lágrimas bajaban por sus mejillas- ¡Lo siento!- cayendo de rodillas frente a él.

-No lo hagas mi cielo... eres mi destino- sintiendo un cálido fuego rodearlo- No dejes que el dragón nos aleje... recuerda quién eres- escuchándolo una y otra vez en su cabeza como si fuera un eco.     

Mientras frente a sus ojos pasaban más imágenes, podía ver a dos aves fénix una de hielo y otra de fuego pelear contra un dragón negro.

-¡Basta!- sintiendo su dolor- ¡Déjalos en paz!

Viendo como el dragón dejaba de atacar a las aves para dirigir su mirada a él, Earth simplemente cierra los ojos al sentir como el aliento de este se encontraba muy cerca de él.

-Tú serás mío...- decía el dragón, sintiendo como una espada lo atravesaba, provocando que lo despertara. 

Al abrir los ojos, ve que se encontraba en el piso, inmediatamente se levanta y revisa su abdomen, notando que no había herida alguna, pero aun así sentía un ardor en ese lugar.

-¿Qué fue eso?- mirando a la luna llena iluminando la noche- ¿Fénix de hielo y fuego? ¿Dragones?

A la mañana siguiente, Jimmy salía de la habitación con sus cosas dejando a Tommy aun dormido en la cama; sabía que eso podría parecer un golpe bajo, pero si no se daba prisa en volver a Phuket, tal vez podría ser demasiado tarde para Earth y Kao.

-Por favor... la persona que está en mi habitación sírvale el desayuno y entréguele un hermoso ramo de rosas rojas... con esta nota por favor.

-Claro señor Karn- haciendo una reverencia.

-Gracias- saliendo con rumbo al aeropuerto. 

Caminando de un lado a otro en sus habitaciones privadas, sabía que lo que faltaba en ese lugar eran las cosas de Earth, no tenía idea de lo que estaba pasando, pero debía averiguar que demonios le había sucedido y el único que podría decirle era ese oráculo de los dioses, por lo que ese día se vistió y salió del lugar sin que nadie lo notara; si alguien sabía hacia donde se dirigía probablemente nunca lo dejarían salir ¿acaso Earth había hecho algo malo?