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Los oráculos se acercaban al lugar donde estaba el laberinto, viendo como el dragón había sido eliminado y de las aves míticas aparece una escultura de hielo parecida a un sol.

-¡Prometiste que no les pasaría nada!- gritaba Tommy cayendo de rodillas ante lo que eran los restos de su hermano pequeño y su pareja, sin importarle la fuerte tormenta que caía sobre ellos.

-Tranquilízate, Tommy- decía Pinneare.

-¿Tranquilizarme?- decía furioso- ¡Mi hermano está muerto!

-¿Padre?- mirando como su padre desviaba la mirada- ¿Nos engañaste?

-Lo siento hijo... sabes que el oráculo de los Dioses no podemos revelar toda la verdad. 

-¡Eso tendrás que explicarles a sus hijos!- protegiendo a los gemelos.

-Jimmy, yo...

-Regresa a tu cueva... el que hayas salido nos ha causado dolor a todos- alejándose de su padre con Tommy entre sus brazos.



Viendo el dolor de la pareja de su hermano y el dolor que la muerte de las aves míticas iba a causar a dos de los clanes más poderosos, sabía que su misión aun no terminaba, por lo que toma la escultura de hielo y la coloca en una caja tallada en madera.

-Tengo que entregar esto a los padres de hielo y fuego.

-Lo sé... iré contigo.






Los miembros de las familias de hielo y fuego se encontraban reunidos en la casa del clan de fuego, todos estaban a la expectativa de saber que había sucedido con sus hijos, habían sentido la tormenta y una opresión en el pecho de ambas reinas no traía un buen augurio; Fluke quería decir algo pero simplemente no podía, lo que había visto en sus sueños le causó tanto temor que sentía que si relevaba lo que había visto se volvería realidad.

-¡Tommy, Jimmy!- decía Fluke acercándose a ellos con los hijos de Kao y Earth- ¡Están a salvo!- viendo la cara de tristeza de ambos.

-¿Hijo?- viendo detrás de ellos- ¿Dónde están tu hermano y Kao?

-Madre...- sintiendo un nudo en la garganta.

-¡No.. no, no, no... el oráculo no pudo hacernos esto!- sintiendo el abrazo de su esposo.

-Calma Lukkade- acariciando los cabellos de su esposa intentado reprimir sus lágrimas.

-¿Qué sucedió?- gritaba Boun.

- Era la única solución que encontraron para protegernos a todos- decía Tommy- Lo siento... debía hacer algo más.

-El trágico destino se repitió de nuevo.




Los oráculos se acercaron a ellos viendo la escena devastadora que su profecía había causado, siendo vistos por Ohm, este de inmediato se acerca al oráculo mayor para tomarlo por la capa y gritarle con dolor por la pérdida de aquel al que consideraba su hermano.

-¡Cómo pudiste hacernos esto!- mirando al oráculo.

-Su destino aun no finalizada Ohm- decía Pinneare.

El anillo del vampiroDonde viven las historias. Descúbrelo ahora