Bienvenida a casa

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Capítulo 27

Nos marchamos de la casa de los Barry, cuando el amanecer ya había llegado. Íbamos montados en Belle y yo solo disfrutaba del viento casi helado que acariciaba mis mejillas, observaba todo el paisaje con mis ojos cansados.

- ¡Oh Matthew no es una mañana muy hermosa! - dije con un suave tono de voz - Parece que puedes tirar los árboles de un soplido - soplé imaginadome que podía tirar esos árboles y luego rei -

Matthew estaba en silencio solo oyendome hablar.

- Me da gusto que la señora Hammond haya tenido tres pares de gemelos - hablé nuevamente- Sino no hubiera sabido que hacer

- La vida es muy rara ¿no? - habló Matthew de repente -

- Marilla estará muy sorprendida cuando oiga lo que se perdió- mencioné luego-

- Es un hecho - respondió el -

*POV MARILLA*

Llegué a Green Gables por el mediodía, al entrar me encontré a Matthew sentado en su mecedora frente a la chimenea. Rápidamente me acerqué a el.

- ¿Matthew? - dije acercandome - ¿Matthew te sientes bien? - pregunté preocupada -

- Ah? ... eh si estoy bien - dijo despertándose rápidamente- ¿Qué tal Charlottetown?

- ¿Por qué estás durmiendo al mediodía? - pregunté confundida, ignorando por completo su pregunta?

- Todo está bien Marilla... supongo que Anne dormirá el resto del día

- ¿Qué pasa se siente mal? ¿qué ocurrió? - pregunté desconcertada por toda la situación-

- No no no - dijo levantándose de su silla- No hay nada que temer, te lo diré con una taza de café... ¡Me vendría bien el café! - dijo marchándose a la cocina -

Yo quedé con el ceño fruncido sin entender nada, pero me quité mi abrigo y seguí a Matthew a la cocina.
El sirvió café y se sentó comenzandomé a contar la historia.

De la cual quedé completamente sorprendida, y sonreía cada vez que me imaginaba a Anne haciendo todo lo posible para salvar a Minnie May.

Luego de terminar la historia, tocaron la puerta. Me paré para ir a atender y detrás me encontré a Eliza Barry, quién me miraba con un gesto particular y no era el de furia que casi siempre tenía, este era diferente. Era de agradecimiento.

- ¡Buenas tardes Marilla! - dijo suavemente -

- Eliza - dije yo seriamente -

- Vine a disculparme - dijo rápidamente- ¿Puedo ver a tu maravillosa y asombrosa Anne? - agregó luego casi llorando-

- Anne sigue durmiendo. Pero puedes decirme lo que quieras que yo le daré el mensaje - hablé finalmente sonriendo -

*POV ANNE*

Me desperté muy activa por la tarde, había dormido casi todo el día. Bajé las escaleras energéticamente y vi a Marilla bordando en la mesa del comedor.

- ¡Buenas tardes Marilla, te extrañé! - dije acercandome a ella- ¿viste al primer ministro... que cara tiene? - pregunté luego -

- Bueno... no llegó a ser primer ministro por su cara pero me sentí orgullosa de ser conservadora a Rachel siendo liberal no le cayó bien - explicó con su típico tono de vos formal - Ven - agregó después mientras se levantaba de la silla - Tienes que comer algo, supongo que tienes hambre -

- ¡Estoy famélica! - exclamé mientras las seguía a la cocina - ¿Matthew te contó los eventos de anoche? - pregunté mientras me sentaba encima de la mesa de la cocina -

- Así es - dijo ella - Y debo decir que fue fortuna que tu hayas sabido que hacer... yo tampoco hubiera tenido idea, nunca he visto la tos ferina - dijo mientras me servía comida en un plato y me lo entregaba -

- Y lo mejor de todo esto es que pude pasar tiempo con mi querida Diana - dije sonriente mientras recordaba los eventos de la noche anterior -

- Me imagino que si... todo este tiempo sin hablar, supongo que fue muy duro para ti

- ¡Fue una terrible agonía! - exclamé fingiendo pero en realidad hablamos todos los días en el depósito, lo recordé y quise reírme-

- En fin ha sido un mes muy largo en efecto- dijo ella mientras me ofrecía pan -

- Me sentí muy mal al dejarla esta mañana - dije mientras comía- Sabiendo que todo volverá a ser como hasta ahora - admití tristemente -

Y Marilla no dijo nada, solo me miraba comer mientras sonreía. Yo me había quedado con el gesto triste mientras seguía comiendo. Hasta que ella habló.

- Come otros bocados más- dijo sin parar de sonreír-

- ¿Por?

- Porque cuando te diga quién nos visito hace un rato, tu reacción te va a llevar muy lejos del mundo de las cosas materiales como el apetito

Yo seguía comiendo sin entender mucho de lo que decía Marilla, pero me gustaban sus palabras.

- Vino a verte la Señora Barry hace rato - dijo en ese momento -

Me quedé con la cuchara inmóvil a punto de entrar a mi boca, mientras continué escuchando lo que decía Marilla.

- ... y espera que la perdones - mientras escuchaba lo que decía Marilla, iba bajando la cuchara lentamente esperando oír lo que pensaba que iba a decir de un vez por todas - ... y que seas amiga de Diana otra vez - dijo finalmente -

y yo no pude contener mi emoción, sonreía ampliamente y salté de la mesa. Marilla tenía razón mi reacción me llevó lejos de las cosas materiales y el apetito dejó de importarme.
Le entregué el plato bruscamente y ella lo tomó.

- ¡después lo lavo... - dije enseguida- no puedo ocuparme de algo tan poco romántico como un plato en este momento tan feliz - dije con la felicidad saliendome hasta por las orejas -

Corrí hasta la puerta y salí, pero Marilla me detuvo para que llevara mi abrigo así que volví a tomarlo y salí nuevamente.

Comencé a saltar y correr por todo Green Gables, con una felicidad desbordante, la cual no sabia como hacer para controlarla.
Por fin - grité mirando al cielo- finalmente podría estar de nuevo con Diana, estar de verdad con ella y no solo en un pequeño depósito a escondidas en la escuela. Ahora podría volver a estar con ella en libertad.

No podía explicarlo, era demasiada emoción porque todo lo que quería desde la noche de ayer era estar junto a Diana. Y ahora lo estaría.

Ya no podía esperar a que sea lunes, para ir con Diana a la escuela y verla otra vez.

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*Al día siguiente*

Me encontraba corriendo por el bosque que conducía a la escuela, pero yendo en la dirección de la casa de Diana porque sabía que la encontraría en el camino. Apresuraba mi paso cada vez más.

Hasta que finalmente la vi.

- ¡Diana! - grité al instante de verla-

- ¡Anne! - dijo abriendo los ojos muy grandes -

Comenzamos a correr hasta llegar a nuestro encuentro.

Y nos abrazamos como nunca antes lo habíamos hecho, porque todas las veces que nos vimos habían sido fantásticas y todos esos abrazos que nos dimos fueron increíbles. Pero ninguno como este, ninguno tan cálido y lleno de felicidad como este. Porque era el abrazo que habíamos estado esperando desde el día en que nos separamos, el que nos decía "bienvenida a casa" porque sin yo quererlo ni pensarlo. Diana Barry se había convertido en mi lugar seguro, se había convertido en el final del camino a donde yo siempre quería llegar después de un día largo y cansado.

Ella era mi casa, era mi hogar, el lugar en donde siempre quería estar.

I Swear [Dianne: Anne x Diana] [From anne with an e]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora