Altair

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Capítulo 69

Durante el camino a casa de tia Jo, Anne y Diana se tomaron de la mano y permanecieron así todo el viaje mientras tia Josephine las miraba con ternura. Luego de un silencio habló.

- Como es que pudieron llegar hasta aquí -dijo sorprendida-

- Todo fue gracias a Anne, tia, ella tuvo la idea del tren -respondió Diana mientras miraba a la pelirroja con una sonrisa-

- Me lo imagino, aún así ¡fue muy arriesgado!

- Lo sabemos pero que otra opción teniamos. Mi padre me quería llevar a Francia, el quiere que me case con ese Fred Wright a toda costa -dijo angustiada Diana-

- No puedo entender a tu padre Diana, siempre fue muy terco pero está vez se paso de la raya. Aún así es cuestión de tiempo para que te busquen aquí

- Lo sé tía pero tu me ayudaras ¿verdad?

- Haré todo lo que esté a mi alcance. Te lo aseguro.

Luego de eso el silencio se apodero del carruaje y el gesto de tia Josephine se volvió de angustia. No sabía muy bien si iba a poder proteger a las niñas, al final de cuentas ella era solo una anciana.

Por parte de Anne, ella solo oyó la conversación anterior pero no quiso aportar nada, sentía que ya no era necesario y al igual que tia Jo, también creía que tarde o temprano los padres de Diana buscarian en Charlottetown y principalmente en la casa de tía Josephine.
Anne no quería arruinar las esperanzas de su querida Diana diciéndole lo que tia Jo le había dicho, ella queria que se mantuviera con fé durante todo el tiempo que pudiera. Por que al final eso era lo único que a la niña le quedaba.

Diana sentía que había superado una gran prueba al salir de Avonlea. Ahora se sentía imparable al menos hasta después de oir las palabras de su tía, en el fondo seguía sintiendo miedo pero ya no tanto. Al estar con Anne y tía Jo se sentía protegida.

Al llegar a casa de tia Jo, esta les asignó un cuarto para que se alojaran y esa noche fue especialmente bonita.
Antes de irse a la cama, cenaron muy bien y luego descansaron en la sala un buen rato, con la chimenea encendida se acomodaron frente a ella y al principio estuvieron muy silenciosas las tres pero a medida que pasaba el tiempo fueron rompiendo ese silencio. Contando historias y escuchandolas, la tia Jo se sorprendió mucho al oír a Anne y pensó que tenía una increíble imaginación.

- Algún día quizás puedas ser escritora -le dijo cuando la pelirroja acabo una de sus historias- Tienes todo lo que se necesita y más

- ¿Eso crees? -dijo Anne sonriendo y la tia Jo asintió-

Ninguna dijo nada pero de seguro ambas pensaban en lo mismo. En aquél día cuando Anne conoció a la tia Jo por primera vez, ese maldito o bendito día cuando Gilbert la besó. Ahora ya no le importaba en absoluto ese muchacho y ni siquiera quería pensar en el, pero por un lado si ese desafortunado evento no hubiera ocurrido, jamás hubiera conocido a la tia Jo o al menos no de la forma en la que la conoció esa tarde.

- He pensado lo mismo desde la primera vez que la conocí -habló Diana mirando a Anne con una sonrisa-

La pelirroja se la devolvió y acarició su mano suavemente, a lo cual tia Jo sonrió.

- Esta bien -dijo interrumpiendo el momento- Será mejor que vayamos a dormir, es muy tarde -dijo levantandose del sofá en el que estaba-

Con dificultad tomó su bastón y se dirigió a las escaleras, las niñas se levantaron de la alfombra y la siguieron. Ya arriba se despidieron en el pasillo y cada una se marchó a su cuarto.

I Swear [Dianne: Anne x Diana] [From anne with an e]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora