1 -proteccion-

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No tenía ni idea de a quien se le había ocurrido proponerle a la junta escolar, de darnos clases de educación sexual todos los viernes a la última hora. Pero sea quien sea, nos odia.

El viernes era el último día de la semana. El que todos los alumnos esperábamos con ansias para poder librarnos de este infierno que era la escuela, aunque sea, solo por un par de días. No se porque pensaban que íbamos a disfrutar discutiendo sobre nuestras partes íntimas, ni si quiera me gustaba discutir estos temas conmigo misma. Todavía recordaba la vez que mi mamá había tratado de abordar el tema de sexo seguro en mi cumpleaños número 16.
Esa fue, probablemente, la experiencia más traumática de toda mi vida. De todas formas, no es como si tuviera de que preocuparse, yo era virgen y planeaba seguir siéndolo por un muy buen rato.

Mi amiga y yo entramos al salón de clase, como era de esperarse, los únicos asientos disponibles eran los de hasta el frente. Los chicos "cool" tomaban los asientos de hasta atrás, para reírse tranquilos sin ser interrumpidos.

Mientras Mia y yo tomábamos nuestros asientos en la primera fila, un par de chicos nos sonrieron, lo cual era raro. Nadie sabía de nuestra existencia más que los profesores. Mía y yo siempre habíamos sido se esas "don nadie" de la clase de chicas que nadie molesta, pero que tampoco nadie admiraba, como dije, simplemente nadie sabía que existiamos.

Y estaba bien con eso. Bueno, no realmente, a nadie le gusta vivir más de tres años ignorada por la población del sexo masculino estudiantil.

A decir verdad, es una mierda el tener que soportar que las porristas se lleven toda la atención. Pero ya lo supere, después de todo solo me queda como un año y medio con estos idiotas descerebrados.

El Sr Mansilla, entrenador de gimnasia de los hombres, entro al aula. ¡Genial!

Había algunas personas que se habrían librado de esta humillación pública con charlas privadas con psicólogos, clases extra de deportes o arte, pero en cambio nosotros estábamos acá.

Mia y yo hicimos una mueca de horror mientras el Sr Mansilla tiraba su mochila en el suelo y se posicionaba completamente quieto en una esquina haciendo esta situación todavía más incómoda.

- bueno, pongamos esto en claro - hablo con profundidad - odio estar acá, igual que ustedes. Así que simplemente hagamos las cosas más fáciles y cállense mientras yo hablo.

Todo el mundo asintió con la cabeza al unísono, el Sr Mansilla siempre había tenido la habilidad de de dejar a todos sin habla.

- bien - aplaudió mientras se paseaba de un lado a otro en el aula - ahora todos estamos acá en esta habitación porque no pueden mantener las manos quietas. En mis tiempos, los adolescentes salían a la calle en bicicletas. Pero obviamente, esta generación se vuelve cada vez más salvaje porque todo lo que quieren hacer es tener sexo.

La habitación estaba en silencio y casi pude sentir como mi cara se tornaba color rojo. Aunque nadie más parecía estar sufriendo lo mismo que yo. Así que decidí intentar controlar mis colores y evitar la mirada del profesor psicótico.

- obviamente, ustedes quieren pasar un buen rato. Ya saben experimentar - el Sr Mansilla se encogió de hombros mientras agarraba una lapicera y nos señalaba - pero hay que recordar que deben pensar con el cerebro antes que con las pelotas. Pueden salir realmente mal si no protegen a su tesoro.

- lo entendemos Mansilla - hablo un chico mientras toda la clase estallaba en risas. Yo solo me acomodé mas en mi asiento, como intentando desaparecer.

El Sr Mansilla siguió caminando de un lado a otro antes de volver a hablar. - eh escuchado lo que dicen los muchachos en los vestidores - Mansilla hizo una pausa mientras me miraba fijamente para después sacudir la cabeza - y créanme, el amor no es dulce ni perfecto.

Sex Education { pablizza }Donde viven las historias. Descúbrelo ahora